Cuando hablamos de la Ruta de la Seda, no estamos haciendo referencia a una única vía de intercambios comerciales muy activa, sino que aludimos a una red de rutas que desde tiempos remotos cruzaban montañas, desiertos y estepas desde China al Mediterráneo oriental, pues era necesario hacer frente y superar todos esos obstáculos naturales; además, el trazado del camino no permanecía inmutable, ya que solía borrarse con las primeras lluvias o las primeras nevadas, por lo que las caravanas se veían obligadas a reabrir a menudo nuevas sendas. Tal denominación fue difundida en 1877 por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen, aunque el término puede encontrarse ya en textos anteriores.
RUTAS
La ruta comercial terrestre más larga cubría, aproximadamente, unos 7000 km y partía de Chang’an (actual Xi’an). Desde esta ciudad el camino transcurría hasta el Huang He (río Amarillo) y la ciudad de Lanzhou, situada en su orilla; desde allí, bordeando el extremo sur de las mesetas del desierto