Se han vertido miles de palabras sobre la felicidad, Y en todos estos años hemos procurado acercarnos a ella con puntos de vista y propuestas muy diferentes. Ahora bien, sus parámetros no son aleatorios sino totalmente tangibles: el aspecto de la gente feliz es alegre; con su voz contagia alegría, sus movimientos son amplios y relajados, y sus casas son espacios que irradian placidez.
Los signos externos de la felicidad nos ligan con otras especies. Así, cuando un perro mueve la cola en señal de satisfacción está agitando el extremo inferior de su columna vertebral, que para nosotros sería exactamente lo mismo que agitar las caderas. El movimiento del coxis tiene un efecto euforizante sabido por todos que explica la euforia que representa bailar desbloqueando esta zona.
En general, los signos externos de felicidad se refieren a dos conceptos: movimiento y distensión. Además, al realizar un ejercicio exhaustivo se segregan automáticamente endorfinas, sustancias que actúan en nuestro sistema nervioso igual que lo haría una droga potente, disminuyendo nuestro