Son las seis de la mañana. María José Mata Cocco respira profundamente mientras entra a la alberca. Ya está agotada y eso que no ha empezado a entrenar. Está hinchada. Ese cuerpo no es el mismo de ayer por la noche. El traje de baño le aprieta mucho. Se siente incómoda y no entiende por qué no tiene la fuerza necesaria para nadar las distancias que requiere una deportista de alto rendimiento. Sólo sabe que esos síntomas indican que está próximo a llegar su periodo menstrual.
En estas condiciones entrenó durante alrededor de tres años la nadadora mexicana María José Mata Cocco, es el tiempo que tomó que por fin un especialista la diagnosticara con el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), un padecimiento que, según un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud, sufre entre el 8% y el 13% de las mujeres en el mundo, y hasta el 70% de los casos no están diagnosticados.
En México, de acuerdo a cifras publicadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social, entre el 6 y el 10% de las mujeres mexicanas acusan esta enfermedad.
Mata Cocco es actualmente la mejor nadadora de México en los 200 metros estilo mariposa y la única latinoamericana que puede presumir que alcanzó las semifinales en el último Campeonato Mundial de Natación,