DEPORTES
Para el nadador mexicano Miguel de Lara el tercer ciclo olímpico es “la vencida”, pues por fin consiguió su boleto a los Juegos Olímpicos París 2024, tal como lo escribió en una carta dirigida a sí mismo en 2004 y que enterró en una capsula del tiempo. Ahora casi 10 años después, De Lara acudirá a su primera justa olímpica en lo que él llama “el deporte más difícil del mundo”.
Aunque es mucha coincidencia que un niño de 10 años, que cursaba el quinto año de primaria, pusiera el sueño olímpico en una carta, De Lara no cree en casualidades ni piensa que manifestó su destino, pues para él es el trabajo duro su único delimitante para merecer lo que está consiguiendo deportivamente.
“Soy muy aterrizado en cuanto a la física y la ciencia, pero sí creo que nuestras decisiones nos llevan a un lugar específico eventualmente. Siempre decía que quería descubrir si el destino era algo inevitable o si teníamos algo que ver en él, entonces me gustaba pensar ¿qué tal si el destino dice que yo tengo que seguir hasta eventualmente lograrlo? Y el saber que si voy a llegar me vas a ver morir intentándolo y si llego voy a tener que pasar el nadador.