¿Cuáles son, según usted, los principales ejes que se pretendió modificar con la reforma laboral de 2019? ¿Era necesaria?
Sin duda fue fundamental que se realizara esa reforma. (Dicho sea de paso, creo que tenemos que cambiarle el nombre y la concepción a la ley. Debería llamarse Ley Federal del Empleo, porque el concepto de trabajo es mucho más amplio que el de empleo. Esta ley sería exclusivamente para el trabajo subordinado; posteriormente tendríamos que hacer un esfuerzo lingüístico y conceptual que nos permita distinguir todos los distintos tipos de trabajo: autónomo, no asalariado, voluntario no remunerado, forzoso, en plataformas digitales, entre otros, distintos del empleo.)
Hay que recordar que la reforma de 2019 proviene de la del 24 de febrero de 2017, que modificó sustancialmente el ámbito del derecho laboral. Los especialistas han considerado que la reforma al artículo 123, además de abordar el fondo de la problemática del derecho colectivo y de la justicia laboral, es la más importante en la materia que hemos tenido en los últimos 100 años. En función de ello, era importante instituir una regulación clara que normara la reforma constitucional de 2017.
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