odo lo sólido se desvanece en el aire». La sentencia, conocida por su inquietante vigencia pues podría encabezar cualquier análisis que se realice de nuestros tiempos, es de Marx y se enuncia en toda su extensión en el primer capítulo, «Burgueses y proletarios», del entre 1847 y 1848. La diferencia de cuando se escribe en su momento como juicio de situación con nuestros días reside, quizá, en la intención. En el tono, en el sentido con el que originariamente se produce. Para Marx el hecho de que «Todos lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al
La filosofía de la sospecha
Jul 20, 2023
4 minutos
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