TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIS.- Territorio antes ajeno a la narcoviolencia y donde las acciones operativas de grupos del crimen organizado eran de bajo perfil, la Selva Lacandona ya se ha contaminado tanto de esta intrusión criminal, que el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que reconocer lo que ahí pasa desde hace algunos años.
Pistas clandestinas que se multiplican, aeronaves que aterrizan y despegan rápidamente, aseguramiento de cargamentos de drogas, militares sometidos por civiles que les arrebatan lo decomisado, asesinatos y desaparición de personas, desplazamiento forzado masivo de comunidades y convoyes de camionetas con hombres armados que siembran el terror. Es la nueva realidad en la Lacandona.
En su conferencia mañanera del lunes 20 de marzo, desde el Cuartel Ge neral de la VII Región Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Tuxtla Gutiérrez, López Obrador reconoció que la zona es controlada por un cártel del