INTERNACIONAL /VENEZUELA
BOGOTÁ.- Nunca durante los 24 años de chavismo en Venezuela se había presentado una purga dentro del régimen como la que hoy lleva a cabo el presidente Nicolás Maduro contra uno de los grupos de mayor influencia en la cúpula gobernante: el que encabeza el defenestrado ministro del Petróleo, Tareck el Aissami, considerado hasta hace unos días uno de los hombres más poderosos del país.
La magnitud de la purga es tal, que hasta el viernes 14 habían sido detenidos cerca de un centenar de allegados a El Aissami. Entre ellos hay funcionarios de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y de la Superintendencia de Criptoactivos, empresarios, militares, jueces y políticos.
Además, el gobierno ha confiscado decenas de propiedades y bienes entre los que se encuentran mansiones, edificios, oficinas empresariales y centros comerciales de familiares y aliados de El Aissami, así como “granjas” de criptomonedas, que generan activos digitales usados por el gobierno y funcionarios venezolanos para lavar dinero y eludir las sanciones económicas que mantienen Estados Unidos y la Unión Europea contra el régimen.
En Venezuela no existe antecedente de una batida de esta naturaleza por un caso de corrupción o por un