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En una reciente entrevista al escritor, musicólogo e intelectual Pascal Quignard, un mito de las letras francesas que decidió renunciar confesaba: «Ahora que llega la primavera, lo que más espero son los espárragos del Yonne, en Sens. No hay nada mejor en la tierra». Resulta sorprendente cómo un sabor puede inspirar los sentimientos más profundos. Todos hemos oído hablar de la magdalena de Proust, un concepto que acuñó el autor de la novela en su libro En él describe cómo un personaje embargado por la tristeza moja en té una de Commercy –dulce típico del noroeste de Francia– e inmediatamente se ve transportado a sus veranos de infancia en Combray. Un simple olor o sabor tiene el poder de desencadenar una catarata de emociones y despertar recuerdos que, en ocasiones, creíamos olvidados. En estas páginas de ELLE Gourmet rendimos homenaje a la artesanía, a los productos de la tierra, a sabores nuevos y a los de siempre para ayudarte a viajar a lugares insospechados, reales y de la memoria.