La combinación de ingredientes naturales y sencillos es la base para preparar unas deliciosas madalenas caseras al estilo de la abuela. Con un poco de práctica con la receta casera tradicional, todos podemos dejar volar la imaginación y añadirles fruta fresca, copos de cereales, nueces, pasas o miel.
El delicioso aroma de unas magdalenas recién hechas colándose por los rincones de la casa un domingo por la mañana, es uno de los más dulces despertares.
Este olor exquisito, que sin duda te sacará de la cama, irá cobrando forma a medida que tus pasos se dirijan hacia la cocina. Allí encontrarás a los demás… también en pijama. Y es que, si no has podido resistirte a su aroma, tu vista también sucumbirá a sus encantos: pequeñas formas doradas, recién horneadas, de esponjosa consistencia y tierno corazón que te cautivarán y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estarás deleitándote con uno de estos pequeños y sabrosos “elementos”.
MADALENAS, MUFFINS Y CUPCAKES
Con su característico envoltorio, la madalena puede formar parte del desayuno o de la merienda, a modo de postre o simplemente par picar a cualquier hora, desde la receta más típica a la más sofisticada.
Pero este dulce constituye tan sólo una posibilidad dentro de la extraordinaria gama de elementos horneados que se pueden elaborar a partir de la receta básica del pan, es decir, harina, sal y agua. En este número podemos encontrar toda clase de recetas que pueden ayudarnos con las variantes.
Los son el equivalente anglosajón de nuestras madalenas tradicionales. A veces pueden ser de tamaño gigante. Y las madalenas más pequeñas y muy, tan de moda en estos momentos.