XOCHIMILCO, CDMX.- El cruce de Nuevo León y Chapultepec es una especie de tubería donde una ansiosa muchedumbre fluye en un drenaje lento: mujeres con bebés en carriolas, ancianos encorvados, vendedores de paletas heladas, alegrías y pepitorias, payasos con el maquillaje sudoroso, hombres con bultos de distintos tamaños.
Todos caminan con paso insomne, sorteando el bloqueo que desde principios de diciembre mantienen habitantes de la comunidad de San Gregorio Atlapulco -los chicuarotes-, en protesta contra las obras hidráulicas que el Sistema de Aguas de la CDMX ejecuta en los alrededores del embarcadero de Caltongo y centro de Xochimilco.
“No más aguas negras en San Gregorio”, se lee con letras negras junto a una bandera tricolor que algunas personas utilizan como cortina