CUMPLIÓ en septiembre 74 años, pero Karlos Arguiñano dice que aún le queda cuerda para rato. "El día que empiece a no saber dónde está la cebolla o me corte los dedos cocinando, ese día me echarán, pero hasta entonces aguantaré", asegura. Mientras, sigue haciendo lo que mejor se le da, compartir con todos sus recetas, en la tele y con sus libros.
Acaba de publicar Cocina fácil y rico (Editorial Planeta), con las mejores recetas de su programa Cocina abierta con Karlos Arguíñano, que emite Antena 3. Y para presentarlo ‘oficialmente’ nos fuimos con él a Zarautz (Guipúzcoa), a su hotel-restaurante, un palacete de principios del s.XX, conocido como Villa Aiala que, dice, en su día perteneció a los marqueses de Casa Valdés, suegros de Esperanza Aguirre.
La tortilla de patatas
Con este restaurante consiguió en 1985 su primera (y única) estrella Michelín. "Pero empecé en la televisión y me la. quitaron. Aunque no me importa nada. Ahora vivo en las nubes", dice.
"Voy para 75 años y a todo el mundo le recomiendo