En 2011 Beatriz Maldonado Cruz fue la intema número 37057 en las Islas Marías. Ya no tenía nombre, sólo un lápiz labial, un amigo imaginario que la sostuvo para no enloquecer por completo, entre la comida incomible, el agua insalubre, el confinamiento, los castigos…
La prisión de las Islas Marías, en el Océano Pacífico, finalmente fue cerrada por completo en 2021 y Beatriz ahora es activista junto con otras compañeras que conoció en Santa Martha Acatitla: Adri, Margarita y Perla, quienes luchan para mejorar las condiciones de vida de otras mujeres que se encuentran en prisión.
Beatriz
Beatriz fue detenida en marzo de 2010 en la Ciudad de México durante un operativo de la entonces Agencia Federal de Investigación con más de 200 elementos, tres perros y un helicóptero. Eran los años de los operativos espectaculares que fueron parte de la llamada guerra contra las drogas.
Ella vendió droga para saldar una deuda que no era suya y que ponía en peligro a sus hijos e incluso a su nieta de tres años. Su esposo consumía cocaína y le debía más de 300 mil pesos a un grupo del crimen organizado.
“Hay un trasfondo. Miles de mujeres tienen la misma situación que yo… en este caso, defender a mi familia”, dice Bety.
Antes de terminar de pagar la deuda fue detenida con uno de sus hijos y su esposo, quienes eran inocentes. Primero fue llevada a Santa Martha Acatitla, pero en el calderonismo, el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna –hoy preso en Estados Unidos acusado