Son sabrosas, frescas, nutritivas y protegen la salud en múltiples aspectos. Sin embargo, para aprovechar al máximo su potencial, habría que seguir una indicación muy importante: consumirlas con el estómago vacío, para destinar la energía orgánica a la asimilación de sus elementos beneficiosos y “capitalizar” la sensación de saciedad que ayuda a controlarse en las comidas y no subir de peso. Sin duda, comer frutas sin tener en cuenta este precepto es casi lo mismo que tener un electrodoméstico ultramoderno en casa y no usarlo bien por no haber leído el manual de instrucciones. Acá te daremos las pistas más importantes para que tu “dieta frutal” sea, de ahora en más, tu mejor medicina y tu mayor aliada en la balanza.
Consumir sólo frutas
• 5 manzanas deliciosas.• 200 gramos de uvas blancas.• 1/2 limón. • 2 manzanas.• 2 duraznos.• 100 gramos de frutillas.• Jugo de medio limón.• 3 cucharadas de miel.• Margarina para untar, a gusto. • 2 peras.• 2 bananas.• 1 vaso de agua o de leche descremada. • 1 melón “rocío de miel”.• 1 durazno.• 1 manzana.• 1 banana.• 1 naranja.• Frutillas, cerezas o guindas, a gusto. • 4 duraznos.• 4 naranjas.• 2 yogures naturales.• El jugo de otras 4 naranjas.