Desde la Edad Media, la Iglesia dispuso de una base territorial en el centro de Italia, los denominados “Estados Pontificios”.
¿Cómo había llegado la religión católica a disponer de su propio país? Según un relato que fue muy famoso durante siglos, Constantino, el emperador romano que estableció la tolerancia para los cristianos, habría entregado al papa Silvestre, a principios del siglo iv, una serie de dominios. Además, les concedía la primacía, como obispos de Roma, sobre toda la cristiandad. Era su forma de mostrar su agradecimiento después de que el pontífice lo hubiera curado de la lepra.