ESTE AUTOMÓVIL FUE, A LA VEZ, el último de su clase y el modelo que marcó el futuro de la marca. El Ferrari definitivo de carreras con motor delantero, y también la culminación de los V12, con el propulsor colocado por delante del conductor. Sesenta años después de su nacimiento, cada nuevo Cavallino Rampante con esa configuración es, en esencia, un sucesor directo del GTO.
Hoy se erige como uno de los clásicos más valiosos. Hasta la reciente subasta récord del Mercedes 300 SLR Uhlenhaut (143 millones de dólares), la mayor cantidad de dinero pagada por un automóvil (70 millones de dólares, que a día de hoy son la misma cantidad de euros) corresponde a un 250 GTO –fue en 2018–. Enzo Ferrari solo hizo 39 unidades de una producción prevista de cien coches. Ese era el número mínimo necesario para la homologación de carreras GT (la O significa ). Como parte de la artimaña, se saltó los números de chasis para dar la ilusión de cantidad. Esa producción reducida no fue un obstáculo para que se convirtiera en uno de los coches de carreras más exitosos