En más de una ocasión hemos escuchado a algunos astrónomos referirse a su disciplina como a una especie de arqueología, e incluso de paleontología especial, en la medida en la que en diversos ámbitos de tan vasta ciencia se observa y estudia un cielo que es puro pasado, un pasado muy ancestral. La estampa nocturna que observamos a simple vista, y en especial aquella que para los astrónomos se hace visible gracias a la tecnología, dejó de existir en su mayor parte hace mucho tiempo y, paradójicamente, solo las distancias colosales que nos separan de ella y que mantienen visible su brillo, nos permiten aproximarnos a lo que un día fueron esos objetos que la componen.
El Proyecto VASCO (siglas en inglés de , cuya traducción es ) coteja el pasado y el presente de nuestro cielo en busca de lo que «ya no está». Básicamente tiene como objetivo