TRÁFICO DE MUJERES Y NIÑOS LA FACETA MÁS SÓRDIDA DE LA GUERRA
PARÍS.- “Ofrezco hospedaje a joven ucraniana delgada a cambio de relaciones sexuales. Foto exigida”.
Este mensaje, publicado por un irlandés en las redes sociales a finales de febrero, mientras miles de mujeres y niños se precipitaban fuera de Ucrania huyendo de los bombardeos rusos, causó revuelo en internet y escándalo en Irlanda.
A mediados de marzo la policía sueca interrogó a una cuarentena de clientes de prostitutas contactadas a través de internet; 30 confesaron haber “comprado los servicios” de refugiadas ucranianas recién “traídas” a Estocolmo.
En las mismas fechas, la Unidad de Lucha contra el Tráfico, del Ministerio de Justicia de Israel, abrió una investigación sobre el caso de un centenar de refugiadas ucranianas que habían llegado a Tel Aviv en condiciones más que sospechosas.
Según explicaron algunas de ellas en un reportaje de televisión, un hombre las contactó al principio de la guerra, se encargó de hacerlas salir de Ucrania, asumió sus gastos de viaje por avión a Tel Aviv y les prometió ayuda para conseguir trabajo. Pero tan pronto arribaron a Israel fueron forzadas a prostituirse o a realizar trabajos domésticos en condiciones de extrema dureza. Todas
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