Entre las 2.222 personas que viajaban en el Titanic había diez españoles. Siete de ellos sobrevivieron al choque con un iceberg camino de Nueva York. El recién reeditado Los diez del Ti tanic, obra de Javier Reyero, Cristina Mosquera y Nacho Montero, explora cómo eran sus vidas antes del 10 de abril de 1912, cuando el transatlántico inició su travesía, y qué fue de ellos tras el desastre, cuando 1.516 almas acabaron en un pecio del Atlántico Norte, a unos cuatro mil metros de profundidad.
Momentos antes de ser engullidos por una garganta misteriosa, los pasajeros que se lanzaron al agua sin chaleco salvavidas y no fueron capaces de asirse a los escombros flotantes fueron atenuando sus gritos como la llama de una vela que se apaga. En total, se salvaron 704 personas, un 31% del pasaje. El 10 de abril de 1912, cuatro catalanes, dos madrileños, una conquense, un asturiano, una andaluza y un español que residía en, sobre el joven que acabaría recibiendo sepultura a cuatrocientas millas de los grandes bancos de Terranova, tras ser recubierto con una tosca lona y cosido a ella, literalmente, de la cabeza a los pies. “Monros estuvo en el Titanic sin que nadie de su familia lo supiera, tras aceptar un trabajo para el que no estaba capacitado, porque él se enroló como ayudante de camarero con uno de los mejores restaurantes del mundo”.