La sangre y la piel
Las ojeras se conocen como «hipercromía idiopática del anillo orbitario» y se deben a una acumulación de sangre que altera la coloración de la piel. Pero ¿por qué aparecen y a qué se deben realmente? Aparecen en la zona situada bajo los ojos los vasos sanguíneos y resultan más visibles porque aquí la piel es mucho más fina (¡hasta cinco veces más!) que la del resto del cuerpo. Además, en esta parte de la cara hay una menor concentración de colágeno, elastina y glándulas sebáceas, que además van disminuyendo con la edad. El paso de los años hace mella en la capacidad elástica de la piel, por lo que las ojeras se hacen cada vez más evidentes.
Lo mismo ocurre con las bolsas en los ojos, otras marcas de la edad cuya causa principal es la retención de líquidos –edema– o el crecimiento y herniación de las formaciones de grasa que hay en la zona ocular.