Pocos saben que en el reino animal y vegetal existen especies pirófilas, que se benefician de la presencia de está ligado al control de las llamas. Nos permitió calentarnos, ahuyentar a los depredadores o despejar sin esfuerzo grandes superficies de terreno. Pero, sobre todo, nos hizo humanos. El fuego nos permitió cocinar, lo que facilita notablemente la absorción de nutrientes. Nuestros « primos» los chimpancés, orangutanes o gorilas, solo ingieren alimentos crudos. Además, necesitan horas para masticar y digerir lo que enguyen. Aprender a encender una hoguera para cocinar hizo que se dispararan las calorías que absorbemos con cada comida. Pero lo más interesante es que, en última instancia, permitió el desarrollo de un cerebro tan grande, y necesitado de energía, como el del De modo, que sin fuego no existiríamos como especie, así de rotundo.
