se enteró de que la inauguración de su primer restaurante, Cavita, en Marylebone (Londres), se retrasaría siete meses por problemas de construcción, hizo lo que la mayoría de los chefs frustrados harían: instalarse en unos cuantos festivales gastronómicos por toda la capital, jugar con algunas recetas y cruzar los dedos. Luego, hizo lo que la mayoría de las personas frustradas no hacen: unirse a la peregrinación anual de una de las comunidades indígenas más antiguas de México,
A encender el fuego
Mar 04, 2022
3 minutos
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos