Tu plan invernal para vivir con salud
Los seres vivos–también los humanos–han incorporado en su funcionamiento fisiológico los cambios estacionales gracias a la evolución. El organismo los aprovecha para regular el calor corporal y los sistemas nervioso, hormonal e inmunitario. Por eso, al dejar de relacionarse con el invierno se priva al cuerpo de valiosos estímulos.
Disfrutar de cada día, haga la temperatura que haga, llueva o nieve, es la mejor manera de asegurarse una buena salud, porque el estado de ánimo influye de manera fundamental en las defensas del organismo.
MÁS VITALIDAD
Las personas que se agobian, aunque tomen todas las precauciones, es más probable que resulten afectadas por un virus oportunista. Conviene adaptarse de buen grado a las circunstancias, para disfrutar de la vida con mejores defensas y resistencia física y mental.
Para mejorar la vitalidad es recomendable acostarse pronto, madrugar y pasear–o hacer algún tipo de ejercicio físico, ya sea correr o practicar taichí–durante 20 minutos al aire libre a fin de aprovechar al máximo las primeras horas de luz del día, lo que ayuda a producir serotonina, un neurotransmisor asociado a la sensación de bienestar, y a regular la producción de melatonina, la hormona que regula los ritmos de descanso y actividad, y cuya producción resulta influida por la exposición a la luz.
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