LA COMIDA DEL VERANO
Lo que realmente nos puede salvar como raza humana es amar sin medida la naturaleza, y seguir intuitiva e inteligentemente sus ritmos para vivir en armonía interna. Los ritmos de la naturaleza marcan nuestro ritmo circadiano, que se produce por la interacción del medio ambiente interno y externo, especialmente por el sol, la temperatura y nuestro propio microbioma.
Estas interacciones cambian cada día, cada noche, durante todo el año y son las responsables de cambios físicos, emocionales y mentales. De manera que nuestro sentido del orden, el equilibrio y el ritmo provienen de nuestra gran madre esencial.
Una de las bendiciones de la sabiduría de la cocina macrobiótica es entender los ritmos de la naturaleza, así como sus transformaciones orgánicas y aplicarlo a la hora de nutrirnos para fluir en armonía con la atmósfera del momento. Todo ello redunda en el bienestar, la salud y en una profunda conexión con la vida.
Con el cambio de estación cambian las condiciones en las que crecen los frutos de la tierra, y
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