Niños y plantas medicinales en invierno
Bastante fiebre. Un caso real
Este caso lo hemos vivido en casa hace poco. El pasado miércoles de noviembre, mi hijo de trece años –al que le gusta andar en camiseta de manga corta aunque haga frío– volvió a casa destemplado; se sentía bastante mal y se fue a la cama. La fiebre llegó enseguida: se puso a 38,3 ºC.
Le apliqué una envoltura fría de tronco (hidroterapia), le di un zumo recién hecho de manzana y zanahoria y dejé que durmiera un poco. Por la noche, a las 22 horas, estaba a 39,7 ºC. Conociendo su salud, le cambié la envoltura por otra, recién pasada por agua fresca, y de nuevo le dejé durmiendo más. La fiebre fue bajando poco a poco. Al día siguiente, a las 6 de la mañana no tenía ni rastro de fiebre.
Por precaución, se quedó en casa e hizo dieta durante todo la jornada. Un día después el apetito había vuelto y fue a clase con normalidad.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos