El Mate en la historia
Los mates coloniales
ada más argentino que un mate, nada que simbolice mejor nuestras costumbres, tradiciones y los sentimientos nacionales. Aún hoy en día, no ya con respecto al siglo XIX, representa a la Argentina, aun cuando su uso se haya extendido hasta el Uruguay, el Paraguay, el sur del Brasil y del Perú, Bolivia, Chile y hasta en Siria, el mate está absolutamente identificado con la Argentina, de modo que, ¿por qué no empezar por hablar del mate como un testimonio nacional, corno emblema de la patria vieja? Para hablar del origen del mate “recipiente”, debemos comenzar con las modestas calabazas o calabacillas, como se las denominaba en la época colonial, que cuando sus propietarios comenzaron a tener una situación económica más holgada, empezaron por adornarlas con virolas y terminaciones de plata. Estaban los mates redondos, los chatos o “de galleta” y los que tenían una prolongación hacia el costado que eran denominados “de rabitto” o “porongos” y a los que se les agregaba la figura de un pájaro u otro animalito del ámbito regional en plata. Probablemente después, interviniendo los artífices en forma directa, el mate toma su forma posterior y concreta en materiales preciosos, como son la plata y, en algunos casos, el oro. El mate de plata se realiza de distintas formas, de diferente tipos, de diversos estilos y, como todas las cosas, va cambiando a medida que pasan los años, los estilos, las
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