JIMÉNEZ DEL OSO Y LA SECTA DE LA AYAHUASCA
A quella noche de noviembre de 1989 se iluminaba con los relámpagos de una tormenta que descargaba su inclemente tromba de agua cuando, procedente de Buenos Aires, el avión de Aerolíneas Argentinas tomaba tierra en el aeropuerto Galeao de Río de Janeiro (Brasil). Desembarcaban Fernando Jiménez del Oso (ver MÁS ALLÁ, 372) y Juan José Benítez, acompañados del equipo de rodaje compuesto por do, Emilio Carnicero, Jorge Herrero, José Villalba, Angel Yebra, Miguel Parrondo, Jose Nogueira, Adolfo Cristóbal y el realizador Carlos Puerto, quien narra las vicisitudes en su libro Las huellas del misterio (1996). El equipo de En busca del misterio –serie emitida por las televisiones autonómicas en 1990– cargaba las dos toneladas de material técnico que iban a necesitar para la grabación de varios reportajes por tierras brasileñas.
Sesiones de espiritismo con médiums que afirmaban “psicografiar” acuarelas de artistas difuntos como Renoir o Van Gogh, hasta rituales de Candomblé, durante los que los orishas se incorporaban cabalgando frenéticamente en los cuerpos de sus devotos serían algunas de las “aventuras” registradas por las cámaras con la banda sonora de Michel Huygen como telón de fondo. Pero la aventura más arriesgada que iba a protagonizar Jiménez del Oso iba a acontecer bajo la techumbre de madera del templo de una comunidad conocida como Iglesia de Alto Santo o del Santo Daime…
Fue en el mismo aeropuerto, mientras esperaban a que la cinta transportadora les devolviera el equipaje, cuando Fernando, enarcando –escribiría en (1993)–
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