UNA ESTRECHA RELACIÓN: MÚSCULOS Y LONGEVIDAD
Riesgo de cáncer: inferior al 40%.
Riesgo de diabetes: inferior al 70%.
Riesgo cardiovascular: inferior al 43%.
Las personas que han obtenido estos resultados no se conforman con llevar una buena alimentación. Su longevidad tiene otra explicación que nos interesa a todos.
Zonas azules
Las llamadas zonas azules siguen suscitando verdadera fascinación. Así es como llamamos a esos lugares del mundo en los que se concentra un mayor número de personas centenarias. Desde hace muchos años los científicos –y también los ciudadanos de a pie– se mueren por entender los secretos de esta longevidad.
El último estudio realizado al respecto saltó a los titulares el pasado mes de abril. El estudio se interesaba concretamente por la zona azul de las montañas de Cerdeña. En un trabajo en colaboración, investigadores italianos, españoles y belgas elaboraron una lista de todas las causas posibles e imaginables que podrían explicar esta longevidad excepcional; entre ellas, por supuesto, la alimentación, pero también la actividad física y el vínculo social.
Sin embargo, al mirar de cerca la alimentación de estos habitantes de las montañas, lo que descubrimos es más bien sorprendente: consumo diario de cereales completos, legumbres (lentejas, garbanzos), productos lácteos (principalmente a base de leche de oveja), patatas, sopa de verduras (la famosa minestrone), frutos secos, ocasionalmente cerdo y pescado, huevos, algunas frutas (sólo de 1 a 2 piezas al día)… y todo ello acompañado de uno a dos vasos de vino al día, aceite de oliva y un poco de miel. ¡En definitiva, nada nuevo! Ésta sería la descripción de una dieta mediterránea clásica que, si bien globalmente es excelente, lo cierto es que no va asociada a una longevidad
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