LA TRAMPA DE LA ANSIEDAD
MICHAEL TRAN siempre se consideró alguien tímido y un poco ansioso. Pero en 2012 empezó a tener ataques de pánico que lo debilitaban. En ese tiempo, Tran, de 19 años, era estudiante de segundo año en la Universidad de Maryland. Padecía visión de túnel. Su ritmo cardiaco se aceleraba al máximo. Perdió la habilidad de caminar, pararse o hacer casi cualquier cosa. Tran dejó de ir a clases y ese mismo año abandonó la universidad. Finalmente fue a ver a un médico. “Me pongo muy nervioso,” le dijo al doctor. “No puedo desempeñarme frente a la gente. No puedo… Siento una terrible ansiedad al conducir”.
La consulta duró cinco minutos, y Tran salió con una receta de alprazolam, un medicamento para la ansiedad que se conoce comúnmente por el nombre de la marca: Xanax. Después de tomar medio miligramo dos veces al día, Tran se sintió cómodo para salir. Hizo amigos como nunca antes e incluso hizo skydiving. “Es como una droga creada por Dios”, explica Tran.
Al igual que él, casi un tercio de los adultos será diagnosticado con desorden de ansiedad en algún momento
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