La piedra que obstaculiza el proceso de paz
BOGOTÁ.- Nunca como ahora es vigente la afirmación de que la paz en Colombia será incompleta mientras el Estado no llegue a un acuerdo para cerrar el conflicto armado con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ese grupo insurgente, el único en pie de lucha desde noviembre de 2016, cuando se firmó la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya demostró que no es un enemigo menor y que, por el contrario, tiene mayor capacidad de perturbación y un creciente poder militar.
Según un informe de inteligencia del ejército colombiano, sólo en 2017 –primer año de vigencia del acuerdo con las FARC el ELN incorporó a sus filas a unos mil nuevos combatientes, con lo cual llegó a 4 mil hombres en armas en 2018.
Una fuente militar dice a Proceso que esa guerrilla cuenta hoy con unos 5 mil combatientes y “un número igual o superior” de milicianos que integran sus redes de apoyo en las áreas urbanas, la mayor parte en Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga.
“Esto quiere decir que el ELN triplicó su
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