UN NUEVO ATENTADO
El día 8 de este mes, Hitler se encontraba en Munich para participar en la celebración anual del Putsch de la Cervecería de 1923. Como todos los años acudió a la Bürgerbräukeller para ofrecer un sentido discurso ante la vieja guardia del partido, sin saber que un carpintero suabo, llamado , había colocado una bomba, que debía estallar a las 21.20 horas mientras el Führer se dirigía a los presentes en la sala. Quiso el destino, caprichoso como siempre, que el mal tiempo obligase a cambiar los planes de Hitler, quien en vez de regresar en avión hasta Berlín tuvo que hacerlo en tren, obligándole a adelantar su discurso a las 20:10 para terminarlo poco antes de la 21 horas y no a las 22:00 como tenía previsto. Fue así cómo después de su partida estalló un potente artefacto ubicado en el interior de una columna que estaba justo detrás del lugar en donde Hitler había estado apenas unos minutos antes, provocando la muerte de ocho personas y heridas de diversa consideración en otras setenta y tres.
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