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La previa muerte del lugarteniente Aloof
Los mejores cuentos
La anguila
Serie de libros electrónicos30 títulos

Narrativas hispánicas

Calificación: 3.5 de 5 estrellas

3.5/5

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Información sobre esta serie

Cuatro divertimentos, pero también avisos, tan graves como humorísticos, que buscan proyectar una especie de cuadrilátero metafórico de nuestras vidas.

En estos caprichos o disparates, González Sainz ha querido navegar esta vez en una corriente que podríamos decir que discurre de Cervantes a Goya y a Kafka o Pirandello. Se trata de cuatro divertimentos, tan graves como humorísticos, que buscan proyectar una especie de cuadrilátero metafórico de nuestras vidas; cuatro iluminaciones sobre la condición de nuestra época y de nuestra conciencia o falta de ella, sobre el destino de los habitantes del nihilismo contemporáneo, con su sistemático embarullamiento, falsificación y banalización de todo, y sobre la naturaleza del poder y la inocencia, sobre el engaño y el vaivén de las cosas humanas.

«En unos momentos en que la fantasmagoría de la realidad es tan desenfrenada −ha sugerido el autor−, quizá nada mejor que la apremiante realidad de estas fantasías para alumbrar nuestras vidas: nada mejor que el inquietante extravío de los personajes para centrarnos, y pocas cosas tal vez más adecuadas que sus disparates y desatinos para atinar algo más, y disparatar quizá algo menos, en nuestras decisiones y comportamientos individuales y colectivos.»

Con una prosa de meticulosa precisión y una mirada capaz de captar lo extraño que aflora en lo cotidiano, el autor introduce al lector en misteriosos territorios narrativos y lo acerca al vértigo ante lo desconocido a través de situaciones insólitas e imaginarias que, sin embargo, o por ello mismo, iluminan insólita e imaginariamente lo más habitual y real de nuestras vidas.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 mar 2021
La previa muerte del lugarteniente Aloof
Los mejores cuentos
La anguila

Títulos en esta serie (100)

  • La anguila

    669

    La anguila
    La anguila

    Un libro sorprendente, osado y de altísima calidad literaria. Este es un libro sobre el cuerpo. Sobre un cuerpo que ama y es amado. Un cuerpo que también es abusado, violentado a través del sexo y el parto, del aborto y la sangre, de la mugre. Materiales no artísticos en manos de una pintora que escribe, de una escritora que mira. La anguila aborda la memoria y la herencia, habla sobre nacimientos y pérdidas, sobre el deseo que traspasa generaciones, los gestos aprendidos y truncados. Sobre rebeliones y huidas, sobre la amistad y sobre Chile. Es el retrato de una mujer que asume los riesgos de mirar atrás sin veladuras y se dirige hacia una vida nueva.

  • La previa muerte del lugarteniente Aloof

    La previa muerte del lugarteniente Aloof
    La previa muerte del lugarteniente Aloof

    Ésta es una novela de aventuras, un texto popular que el lector disfrutará desde la primera página hasta la última. Contiene además una meditación acerca de la aventura que forma parte de la trama misma de las aventuras que aquí se cuentan. Meditar acerca de sus aventuras no es lo propio del aventurero, que se limita a llevarlas a cabo. Aquí tenemos un aventurero peculiar que es, además, reflexivo y que trata de entender por qué hace lo que hace, por qué se aventura en sus aventuras. El carácter, entonces, de este personaje sin nombre que atiende por un mote, «Aloof», se duplica porque, al preguntarse por el significado de sus aventuras, acaba preguntándose por el significado de su propia identidad. Pero la identidad de Aloof no queda clara, ni para él mismo ni para el narratólogo que, al cabo de los años, encuentra el manuscrito donde Aloof dejó registrada una de sus aventuras.  La trama de esta novela es, pues, en parte aventura y en parte filosófica gracias no sólo a la actividad del narratólogo que comenta lo que ocurre sino también gracias a que el otro protagonista de la novela, Lord Redkins, es también un aventurero reflexivo que sólo a medias cree que el correr aventuras signifique algo más allá de la propia acción de llevarlas a cabo. Queda finalmente el texto, la ficción, como el resultado objetivado de la experiencia de estos personajes, que quizá pueda arrojar algo de claridad sobre su pasado.  Este «diálogo» entre el texto del lugarteniente Aloof y el narratólogo, un «francotirador académico», es un sorprendente, magnífico, fascinante hallazgo de Álvaro Pombo, que se reafirma, una vez más, como uno de los mejores escritores en lengua española de nuestro tiempo.

  • Los mejores cuentos

    Los mejores cuentos
    Los mejores cuentos

    Dice Pitol que en unas vacaciones, solitario en una casa de campo, comenzó a escribir sus primeros cuentos. Debía de tener veintitrés o veinticuatro años. Pasaba allí la convalecencia de una ruptura amorosa, también la primera. Se proponía odiar al mundo, pero no lo conseguía. Por las mañanas escalaba las alturas de una cordillera donde se enclavaba su cabaña. En esos paseos intentaba rodearse de una aureola romántica, decadente, aun diabólica. Buscaba los acantilados más escabrosos, los más peligrosos, pero al llegar allí cualquier tentación tanática se disolvía de inmediato; le venían a la mente los acantilados de Devon y un viaje a Inglaterra: recorrer las mismas calles que James, la Woolf, Waugh, el doctor Johnson, Dickens, y entre ese deseo de viajar y la contemplación de un maravilloso paisaje -los bosques, algunos arroyos, una lejana iglesia del siglo XVI parecida a una fortaleza, muy cercana a un pequeño hotel donde descansaba Stravinski cuando iba a México-, se adormecía largo rato en la hierba, para después descender de la montaña, llegar, radiante de alegría, a su casa, ponerse a leer a James, Kafka, Faulkner, Borges, Rulfo, Onetti (aún no llegaba Chéjov). Una noche escribió un cuento, el primero, «Victorio Ferri cuenta un cuento», incluido después en casi todas las antologías del cuento latinoamericano, y otros más, todos amargos y crueles, sobre personajes tocados por el diablo. El aire de la montaña y la escritura nocturna desprendieron las toxinas malignas. Durante varios años escribió cuentos y luego novelas, y en los últimos años, libros donde varios géneros se entreveran con pericia e imaginación. Todo eso es el fruto de aquellos cuentos escritos hace casi cincuenta años.  Ahora, cuando Sergio Pitol se ha convertido en uno de los escritores latinoamericanos más imprescindibles de nuestro tiempo, ganador del Premio Juan Rulfo a la obra de una vida, nos complace presentar esta antología personal de sus mejores cuentos, encabezada por un extenso texto del gran escritor Enrique Vila-Matas.

  • Después del invierno

    Después del invierno
    Después del invierno

    Claudio es cubano, vive en Nueva York y trabaja en una editorial. Cecilia es mexicana, vive en París y es estudiante. En el pasado de él hay recuerdos de La Habana y el dolor por la pérdida de su primera novia, y en su presente, la complicada relación con Ruth. En el pasado de ella hay una adolescencia difícil, y en su presente, la relación con Tom, un chico de salud delicada con quien comparte su afición por los cementerios. Será durante un viaje de Claudio a París cuando sus destinos se entrecrucen. Mientras Claudio y Cecilia describen con minuciosidad su día a día en París y Nueva York, ambos dejan traslucir sus neurosis, sus pasiones, sus fobias y las reminiscencias del pasado que dictan sus miedos, dando cuenta de cómo se conocieron y de las circunstancias que los llevaron a gustarse, a quererse y a detestarse de manera intermitente. Después del invierno muestra con un estilo incisivo, a veces humorístico y a veces conmovedor, los mecanismos de las relaciones amorosas, así como sus diversos ingredientes. Con una banda sonora de fondo en la que suenan Nick Drake, Kind of Blue de Miles Davis, Keith Jarrett o Las horas de Philip Glass, la historia de amor entre Claudio y Cecilia forma parte de un relato mayor que abarca un periodo importante de sus existencias. Cada uno sigue su periplo trazando un mapa hecho de encuentros y ausencias, de búsquedas e incertidumbres, de anhelos y pesares; cada uno, obligado por sus circunstancias, desciende al abismo de sus derrotas anímicas en busca de las claves para relacionarse tanto con los otros como consigo mismo, y para construir, si es posible, su propio oasis de felicidad. Guadalupe Nettel ha escrito una novela rotunda, de una ambición e intensidad poco usuales, que ahonda con maestría en su reconocible universo, el de los seres que habitan los márgenes, el extrañamiento, la anomalía. Con ella se consagra definitivamente como una de las voces imprescindibles de la actual narrativa latinoamericana.

  • Decencia

    Decencia
    Decencia

    Un viejo es secuestrado por un par de revolucionarios en los años setenta. A un niño le estalla en la cara la Revolución Mexicana de principios del siglo XX. El viejo recuerda al niño que fue; y el niño, al viejo que será. En medio de todo, las piezas que explican al uno y al otro: el primer cigarro, la primera función del cinematógrafo, el primer muerto... Decencia celebra y parodia con idéntica vehemencia las ambiciones de totalidad de las grandes narrativas latinoamericanas. Más que hacer sumas y restas, corta transversalmente, abre y cierra ángulos, no deja un respiro. Es al mismo tiempo un bildungsroman subvertido por el caos de la experiencia recobrada y una road novel que dura cien años. Si algo ha distinguido los libros de Álvaro Enrigue es la violencia con que replantea las fronteras de lo novelístico, con que sondea los límites de los géneros literarios bajo una sola consigna: someter el tiempo −inexorablemente rígido y lineal− a la lógica mucho más plástica y flexible del lenguaje. Hay un solo axioma que el lector tiene que conceder para habitar de lleno el universo de Decencia: el futuro puede modificar el pasado y todos podemos recordar el futuro.

  • Compañeras de viaje

    Compañeras de viaje
    Compañeras de viaje

    En este nuevo libro de relatos -el quinto- de Soledad Puértolas, la autora centra su atención en una serie de personajes femeninos que, por diversas razones, acompañan a alguien -generalmente, un hombre, muchas veces el marido o el amante- en un viaje que, en principio, no les concierne, pero que propicia episodios reveladores de lo que son y de la relación que mantienen con el otro. Con estas dos coordenadas, las mujeres y los viajes, Soledad Puértolas construye una sucesión de narraciones que exploran el papel que unos tenemos en la vida de los otros y que se percibe con mayor claridad cuando los escenarios habituales de nuestras vidas se cambian por lugares desconocidos.  Las circunstancias pueden ser muy distintas, la mujer puede encontrarse en el coche que conduce su marido camino del veraneo familiar, o en un tren, rodeada de estudiantes, hacia un Londres enigmático donde le esperan empleos de cuidadora de niños, o en una ciudad californiana, donde el marido acude a la universidad mientras ella, ociosa, se busca ocupaciones, o en París, Nantes, Turín, Seúl, o en un velero que compite en unas regatas... Esta mujer, personaje secundario, la acompañante del viajero, toma de pronto la palabra y nos da su interpretación, o el mismo narrador se fija en ella y la convierte en la verdadera protagonista de la historia. El lector acaba por descubrir en el interior de estas mujeres soñadoras, inquietas y temerosas un extraño empeño, una rara obstinación por ser ellas mismas, signifique eso lo que signifique. Y participa de esos momentos de intensa felicidad, de fugaces revelaciones, que inesperadamente obtienen y que en definitiva es lo que todos esperamos de los viajes. Lejos de los escenarios de nuestra cotidianidad, en otro tiempo -algunas veces, incluso en otra franja horaria-, se puede sentir la sombra oscura del desamparo, pero también -y esa ilusión nos compensa momentáneamente de toda penalidad- el dulce resplandor de la libertad.

  • Providence

    Providence
    Providence

    ¿Qué es Providence? ¿Un videojuego maléfico? ¿Una monstruosa página web? ¿Un complot ocultista con ramificaciones tecnológicas? ¿Una película imposible sobre el futuro? Todas estas cosas y ninguna. Desde luego no es una biografía apócrifa de Lovecraft, por más que éste pueda declarar en el epígrafe: «Providence soy yo.» Providence es una novela hipnótica que encierra muchas novelas o versiones de sí misma, todas ellas sorprendentes y originales: relato de terrores y terrorismos post-11S, novela de campus pornográfica, reverso tenebroso del american way of life, reescritura no cinéfila de la Historia del Cine; retrato, en fin, en uno de sus niveles más lúdicos, de una conspiración a escala global para imponer el mundo virtual al mundo real. Providence es un libro rompedor y vírico. Su conspicuo protagonista, Álex Franco, es un cineasta español con una visión perversa de Hollywood. Tras obtener cierta nombradía underground con sus cortos juveniles, ve cómo su primera película fracasa en el Festival de Cannes. Es aquí, sin embargo, donde conoce a una misteriosa mujer, Delphine, que le propone el proyecto de una nueva película, Providence. Éste es sólo uno de los principios visibles de la novela. Otro podría suceder unos meses antes, en Marraquech, donde Franco, como artista ambicioso e insatisfecho, se atreve a firmar un pacto fáustico a fin de liberarse de la maldición de su vida.  Providence es también la ciudad norteamericana en la que Franco, personaje conflictivo y escandaloso, se instala con la promesa de realizar todos sus deseos y fantasías sin hacerse una idea de lo que le espera allí: sectas mafiosas, conspiraciones apocalípticas y sociedades secretas que pugnan por el control de su metamórfica realidad. Ese siniestro mundo lovecraftiano que acaba devorando la novela y a su protagonista.  Providence es, en suma, un viaje cinematográfico al fin de la noche americana. Esa América real que encubre el horror gótico tras una fachada colorista de glamour y consumo. Esa América que vive ya una utopía tecnológica inimaginable sin renunciar a su imagen decimonónica y sus valores vetustos. Providence pretendería dar así una respuesta contundente a lo que se puede esperar de una novela escrita a comienzos del siglo XXI.  «Ciencia ficción, sátira social, novela pronográfica. Juan Francisco Ferré ha lanzado una gran bomba post-moderna sobre el planeta libro. Revelación extranjera de la "rentrée". Un nombre a retener» (Les Inrokuptibles).

  • Demonios íntimos

    Demonios íntimos
    Demonios íntimos

    En este libro, Xavier Rubert de Ventós trata de cumplir el propósito anunciado en Oficio de Semana Santa (1979): el de explicar sólo aquello que experimenta a flor de piel, hablar desvergonzadamente de sus vergüenzas, cándidamente de sus manías y pasiones, envolver mentiras y verdades hasta hacerlas inextricables. «Yo sólo escribo», dice el autor, «cuando las sensaciones o ideas se me hacen demonios íntimos que trato de ahuyentar con la literatura. Pero no resulta fácil expresarse con naturalidad y seguridad, superar los propios vértigos y censuras, dejar avanzar el pensamiento con la confianza de que hallará lo que busca, la misma confianza con que el rey se sienta sin mirar atrás, seguro de que va a encontrar la silla que alguien le habrá acercado. »  «Un entorno razonablemente sensual e incluso una relativa gimnasia sexual ayudan sin duda al espíritu: lo que éste no admite es ninguna atadura sentimental. Al cerebro no le roba energía el amueblamiento sensual o el erotismo profiláctico, es decir, todo lo que apacigua a un cuerpo que debe funcionar al mismo tiempo como su fuente de energía y su instrumento. El pensamiento nos permite, pues, aquello que nos estabiliza pero no lo que nos moviliza; tolera lo que nos gratifica pero no lo que nos seduce. Más que en la represión, el pensamiento y la cultura se basan en la frialdad, se levantan sobre el egoísmo y se mantienen a fuerza de narcisismo. Nos perdonan quizá los placeres, pero nunca los amores.»

  • Los girasoles ciegos

    Los girasoles ciegos
    Los girasoles ciegos

    Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías. Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota. Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido. Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar que sabemos. Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura. Premio Nacional de Literatura 2005, Premio de la Crítica 2005, Premio Setenil 2004.

  • Hipotermia

    Hipotermia
    Hipotermia

    El periodista de «La pluma de Dumbo», convencido desde joven de que algún día sería un gran escritor, escucha un comentario cáustico de su hijo sobre la gran novela que nunca llega; en «Inodoro», un electricista se queda dormido en la casa vacía donde está trabajando, y, cuando despierta, una chica de voz seductora lo llama desde el lavabo; Drake, el joven basurero abandonado por su mujer de «Ultraje» convierte por una noche el camión de la basura en un barco pirata. Y en «Extinción del dálmata» y «La muerte del autor» se cuentan los irónicos, terribles grandes finales de dos hombres, de dos antiguas lenguas que se extinguen con ellos. Pero en Hipotermia hay mucho más. Porque en este libro, entre relatos cerrados, apretados, redondos, que se anillan unos con otros y al hacerlo se resignifican, hay tres novelas reducidas a sus momentos climáticos: la del escritor de libros de autoayuda que, corrompido por las disciplinas que predica, destruye su universo emocional y acaba como profesor en Boston, el infierno; la del ejecutivo del Banco Mundial que de tanto fingir que es otro ya sólo puede percibir la realidad cuando viene mediatizada por la televisión, el teléfono móvil o el correo electrónico; y la de un historiador de la vida privada que, muerto espiritualmente, resucita como cocinero, artista del cadáver, el arte más glamouroso de la contemporaneidad, y es el protagonista de los deslumbrantes «Salida de la ciudad de los suicidas» y «Retorno a la ciudad del ligue», con los que concluye pero no se cierra este espléndido modelo de libertad narrativa que es Hipotermia, una novela integrada por relatos, según intención del autor.

  • Los ojos del huracán

    Los ojos del huracán
    Los ojos del huracán

    A mediados del siglo XIX, mientras crece la demanda internacional del consumo de azúcar, Cuba vive una época de gran esplendor y riqueza, y cientos de catalanes parten hacia La Habana impelidos por el deseo de «hacer las Américas». Pero las grandes fortunas no se hacen plantando y recolectando caña de azúcar. El dinero fácil al que los personajes de la novela aspiran se hace con la compraventa de seres humanos. Ésta es la realidad con la que se topan los protagonistas de Los ojos del huracán al desembarcar en La Habana. Tal es el mundo al que han emigrado y en el que deben integrarse para poder cumplir los sueños que los llevaron tan lejos de Barcelona. Muy pronto, la trata de esclavos se convierte en el eje de sus vidas y las reglas peculiares que rigen la economía y sociedad cubanas se transforman en sus reglas.  Sin embargo, junto al deseo de riqueza, cada personaje de Los ojos del huracán esconde otra pasión: Conrado Grau quiere construir una casa moderna para su esposa. Lola Pous quiere que su hija sea rica. Horacio Anglés quiere que la estrella cubana brille en la bandera de los Estados Unidos. Clara Martí quiere sobrevivir por sí misma en un mundo de hombres. Patricio Carassa quiere poder amar con la libertad del corazón. Ernesto Frasier quiere ser un adalid del periodismo. Francisco de Borja Anglés quiere emular a su padre. Los esclavos César y Benilde quieren ser libres aunque apenas se atreven a desearlo. Madame Alma quiere expiar la culpa que la atormenta. Altagracia Pizón quiere vengarse. Pablo Lin quiere tener un fumadero de opio. Elisa quiere ser como las niñas blancas. Bonaparte quiere ser el dueño de La Mercé. Jorge quiere andar. Ramón quiere la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud...  Mientras tanto, la Historia sigue su curso. El abolicionismo, el independentismo y la guerra van creciendo en la isla con la fuerza de un huracán, y las grandes fortunas hechas con la trata abandonan Cuba y recalan en Barcelona, donde los antiguos negreros, debidamente absueltos de su pasado, se introducirán en la alta sociedad barcelonesa contribuyendo al crecimiento y modernización de la ciudad.  Novela de aventuras, histórica, feminista, amorosa, social... Los ojos del huracán retrata uno de los momentos más apasionantes de la historia de España y vierte su mirada sobre un tema controvertido y olvidado de la vida en las colonias: la trata de esclavos. La alternancia de voces narrativas en el discurso hace de esta obra una novela polifónica donde los personajes, vivos y muertos, se explican a sí mismos para comprenderse y que los comprendamos, sin resignarse a ser olvidados y con la esperanza de que entendamos las ambiciones y contradicciones que guiaron sus vidas.

  • Dándole pena a la tristeza

    Dándole pena a la tristeza
    Dándole pena a la tristeza

    Alfredo Bryce Echenique retorna a la novela con esta incursión sentimental en el mundo íntimo -incluso en los bajos fondos- de una acaudalada y muy limeña familia, los De OntañetaTristán, lo que le da ocasión para hacer trepidantes virajes hacia la novela negra que resuelve con dosis del más fino humor e ironía. Bryce, el maestro de la narración impregnada de oralidad, el creador de personajes tan inolvidables como Julius, Martín Romaña, Manongo Sterne y varios más, nos ofrece ahora el vívido retrato del fundador de esta saga, don Tadeo de Ontañeta, el minero de finales del siglo XIX que con enorme creatividad y no poco sacrificio, viajando por los Andes de mina en mina, funda un gran imperio financiero, y de sus descendientes. A juzgar por el dramático curso que toman las vidas de los De Ontañeta Tristán, De Ontañeta Wingfield y De Ontañeta de Ontañeta, el barniz de civilización con el que adornan sus vidas no los libra de lo muy primario, instintivo y hasta animal que late en su ser. Sólo ello explica que el juego de la vida consista, para algunos de los protagonistas de esta novela, en dirigir otras vidas, contrariar destinos y, en un extremo sobrecogedor, deshacerse, como quien elimina un desecho, de quienes ponen en riesgo el orden señorial. «En las familias así tan ontañetas, siempre lo peor está aún por venir», advierte el narrador.  Odiándose amorosamente, los descendientes de donTadeo de Ontañeta pasan de mano en mano la oscura vara del poder, que cuanto más oscura se cimbrea en las casonas del centro de Lima, La Punta o el Olivar de San Isidro, más se estira y resplandece en los salones y bares del Club Nacional o del Lima Golf Club. En Dándole pena a la tristeza Alfredo Bryce logra el retrato tierno, violento, feroz e incluso inmisericorde de una familia que lo pierde absolutamente todo y cuyos últimos descendientes encarnan la más atroz decadencia de un linaje. «El nexo mayor de Dándole pena a la tristeza es con la novela por excelencia de un linaje: Cien años de soledad. Asfixiante retrato de la oligarquía peruana con humor rabelesiano» (Ricardo González Vigil, El Comercio, Lima). «Alfredo Bryce vuelve a la novela y lo hace abordando uno de los temas centrales de su obra: la decadencia de la vieja oligarquía limeña. En esta novela hace gala de un brillante sentido del humor y de una sintaxis barroca, llena de digresiones. Sin lugar a dudas, la mejor novela de Bryce desde No me esperen en abril» (Javier Agreda, La República, Lima).

  • Intento de escapada

    Intento de escapada
    Intento de escapada

    La rutina de Marcos, aplicado estudiante de Bellas Artes, asocial, retraído y «enfermo de teoría», se ve interrumpida por la llegada a su pequeña ciudad de provincias del célebre Jacobo Montes, el gran artista social del presente, cuya controvertida y transgresora obra pretende denunciar los lugares oscuros del capitalismo contemporáneo. Gracias a las clases de Helena, profesora de Historia del Arte y directora de la sala con la que el artista va a colaborar, el joven Marcos queda fascinado enseguida por la figura de Montes y, casi por azar, acaba convertido en su asistente durante el periodo de preparación de la exposición. Unos meses en los que Marcos, aparte de comprender los mecanismos internos del mundo del arte, aprenderá a mirar con nuevos ojos toda una serie de realidades que había dejado pasar de largo, en especial la del universo complejo y marginal de la inmigración, problema central sobre el que Montes pretende trabajar en la ciudad. Toda una experiencia de iniciación en el arte y en la vida que, sin embargo, no acabará como Marcos había imaginado. Los métodos de Montes no son demasiado ortodoxos. Su «sociologismo visceral» está en el límite de lo admisible. Y cuando la teoría se lleva a la práctica, las cosas corren el riesgo de irse de las manos. En ese momento, el arte se transforma en un juego grotesco y peligroso. A través de una escritura inteligente en la que se pueden encontrar ecos de autores como Philip Roth o Don Delillo, pero que también sorprende con un giro meta literario cercano a Auster o Vila-Matas, esta primera novela de Miguel Ángel Hernández presenta una crítica profunda y envenenada del arte contemporáneo más radical y, especialmente, de la actitud cínica que se oculta detrás de ciertas prácticas artísticas «comprometidas».  Una visión del arte actual, una meditación sobre las migraciones contemporáneas y las consecuencias del mundo global, pero también -y no en menor medida- un relato de aprendizaje adolescente, el de Marcos, sus miedos, sus complejos, sus frustraciones..., su intento de escapada. Y, por supuesto, sus preguntas constantes, las mismas que, desde el primer momento, no cesará de formularse el lector: ¿cuál es la línea que separa el arte y la vida? ¿Está legitimado el artista para ir más allá de la ética? ¿Cómo debemos posicionarnos ante la injusticia? Y, sobre todo, ¿cómo escapar de un sistema injusto cuando todo escape está prefijado en la lógica del propio sistema?

  • Y el cielo era una bestia

    Y el cielo era una bestia
    Y el cielo era una bestia

    Sigurd Mutt regresa a Barcelona. Han pasado casi treinta años. Entonces era un joven criptozoólogo, empeñado junto con sus compañeros Belaire y Sjögren en desentrañar los misterios del Naturalismo Oculto y en rastrear, contra los dictados de la ciencia oficial, la pista de animales peligrosos y animales que no existen. «Ciencia oficial», así la llamaban ellos con desdén, como ya hicieran antes sus maestros. Pero ahora, a finales de 2007, vencido y cansado, Sigurd Mutt se dirige a Vor, un pueblo en los Pirineos donde tiene intención de pasar una breve temporada en un antiguo balneario de resonancias aristocráticas: el sanatorio Vulturó. Lleva consigo las últimas voluntades de su colega Belaire, que le fueron enviadas a Hamburgo junto con lo que parece ser un fragmento de un insólito texto titulado Tras Columbkill. Si quiere descubrir su alcance y significado, deberá completarlo, algo que sólo podrá hacer en Vulturó. Allí encontrará a Vicente Baeza, el Rubio, un policía retirado que conoce hasta el último secreto del mundo de los timadores; al niño Iván Agulín, quien dice no tener padres; a Olimpia Sanderson, una mujer alojada en el piso más alto que no sale jamás de su habitación; a Tod Volta, un distinguido caballero fascinado por la estrategia militar de todos los tiempos; y a la señorita Elvira, un ser esquivo y sugerente con «aspecto de catequista». Unas veces con ellos y otras contra ellos, siguiendo el enigmático capricho de Belaire y su texto Tras Columbkill, Sigurd Mutt se verá inmerso en dos universos que le son ajenos: por una parte, la vida recatada del escritor José Echegaray, primer Nobel de la literatura española, y por otra, la vida improbable de un santo medieval llamado Columbkill, hacedor de milagros y guerrero infatigable. Robert Juan-Cantavella crea un mundo cerrado lleno de puertas traseras y teñido de antiguos saberes iconoclastas: la línea imaginaria que une el pueblo de Vor y el sanatorio Vulturó. Un mapa cuyos contornos han sido retrazados durante los últimos años con la sangre de un asesinato que acaba manchando las manos de Mutt. En un gesto que tiene algo de bandazo a contracorriente, Juan-Cantavella, autor entre otros títulos de Proust Fiction, tan celebrado, presenta un excitante relato de misterio que es también la historia de unas ideas inciertas y un gabinete de curiosidades.

  • Formas de volver a casa

    Formas de volver a casa
    Formas de volver a casa

    Formas de volver a casa habla de la generación de quienes, como dice el narrador, aprendían a leer o a dibujar mientras sus padres se convertían en cómplices o víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet. La esperada tercera novela de Alejandro Zambra muestra el Chile de mediados de los años ochenta a partir de la vida de un niño de nueve años. El autor apunta a la necesidad de una literatura de los hijos, de una mirada que haga frente a las versiones oficiales. Pero no se trata sólo de matar al padre si no también de entender realmente lo que sucedía en esos años. Por eso la novela desnuda su propia construcción, a través de un diario en que el escritor registra sus dudas, sus propósitos y también cómo influye, en su trabajo, la inquietante presencia de una mujer. Con precisión y melancolía, Zambra reflexiona sobre el pasado y el presente de Chile. Formas de volver a casa es la novela más personal de uno de los mejores narradores de las nuevas generaciones. Un libro que ratifica lo que Ricardo Piglia ha dicho sobre Alejandro Zambra: «Un escritor notable, muy perceptivo frente a la diversidad de las formas.» Formas de volver a casa ha recibido el Premio Altazor y el Premio del Consejo Nacional del Libro de Chile en 2012.

  • Arrecife

    Arrecife
    Arrecife

    Hubo un tiempo en que las playas eran un sitio de descanso. En la época del turismo extremo los viajeros necesitan otras emociones. Mario Müller, ex integrante del grupo de rock Los Extraditables, descubre una visionaria posibilidad en el Caribe: los placeres del miedo. Y a orillas de un inmenso arrecife de coral edifica La Pirámide, resort que ofrece peligros controlados hasta que un buzo muere fuera del agua. Müller conoce la naturaleza de sus huéspedes: unos crían arañas venenosas, otros juegan a la ruleta rusa, otros quieren actualizar los sacrificios mayas. En el arrecife, delicadas especies nadan entre piedras afiladas.  Reflexión sobre los daños que elegimos para intensificar la vida, esta apasionante novela de Juan Villoro describe una nueva ecología: el cambio climático vacía los hoteles y el lavado de dinero los regenera como emporios fantasma. Pero Arrecife también es una historia de amistad, amor y redención. Mario Müller recupera a su mejor amigo para asignarle una misión que transformará tres biografías. Tony Góngora, narrador de los hechos, ha perdido buena parte de la memoria. La Pirámide representa para él una variante de la caverna de Platón, un sitio de aislamiento donde «conocer es recordar». La intriga policiaca lo lleva al fondo de sí mismo.  Con la ironía y la profundidad reflexiva que definen su escritura, Juan Villoro, uno de los mejores escritores latinoamericanos en tantos géneros literarios, otorga realidad a una utopía: los problemas de ese paraíso son las virtudes de una novela excepcional.  «Esas atmósferas ominosas que tanto nos recuerdan por momentos a las ficciones apocalípticas o fantasmagóricas de Ballard. Los diálogos tienen esa sequedad irónica de las mejores respuestas y observaciones psicológicas de un Chandler. Arrecife es una novela perfecta a la hora de sincronizar el desdén por la vida que se inflige el narrador y el esfuerzo casi titánico, agónico, de un moribundo Mario, el amigo capital, por indicarle la ruta de su salvación definitiva. En esta magnífica novela de Juan Villoro no hay tiempos muertos» (J. Ernesto Ayala-Dip, El País). «Lúcida y poderosa lectura del pasado y presente, donde el terror, el sacrificio de los dioses y el mito se confunden» (J.A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia). «La prueba irrefutable de que uno está ante un escritor de fuste reside en esa envidiable capacidad para cambiar de temas y registros cuando todo parecía dirigido a volver sobre lo mismo» (Ricardo Baixeras, El Periódico). «Villoro se ha basado, para su libro, en ese fenómeno sadomasoquista de nuestra civilización que lleva a ciertos turistas del mundo desarrollado a disfrutar de un fin de semana en un campo de concentración o en una mazmorra de la Inquisición. Lo que él ha hecho es darle a su ficción unos tintes étnico-mítico-telúricos que la hacen totalmente verosímil… Una magnífica novela» (Iñaki Ezquerra, El Correo Español). «No queda nada lejos de Crimen y castigo. Hay un asesinato, un diálogo moral potente y un personaje que lucha para redimirse… Villoro nos recuerda que las noticias de violencia son el pan de cada día en México y hay mucho turista que va desafiando el riesgo, consciente que se puede encontrar perdido en un ataque de guerrilla. Es para satisfacer este morbo que La Pirámide ofrece un catálogo de actividades peligrosas, destinado a aventureros temerarios que quieran tener una experiencia próxima a la muerte» (Josep Lambies, Time Out Barcelona).

  • El camino de Ida

    El camino de Ida
    El camino de Ida

    Emilio Renzi, habitual personaje de las novelas de Ricardo Piglia, ha llegado al campus de una prestigiosa universidad de New Jersey para impartir un seminario sobre los años argentinos de W. H. Hudson. Fue invitado por la directora del departamento, la bella y belicosa Ida Brown. Renzi acaba de divorciarse e imagina que el viaje le ayudará a poner las cosas en perspectiva; la distancia y la estadía en un lugar extraño, donde apenas le conocen, quizás le devuelvan el hilo perdido de su vida.  Pero ese plan se desbarata apenas arriba. Una extraña llamada telefónica la primera noche lo pone en alerta. Luego, la pasión lo arrastra e inicia un romance imborrable y clandestino con Ida. Pequeños incidentes y extraños equívocos culminan con la trágica muerte de la profesora Brown en un inexplicable accidente. Que incluye un detalle inquietante: Ida tiene la mano quemada, y eso parece conectarla con una serie de atentados contra figuras del mundo académico.  Entonces el campus se puebla con policías y agentes del FBI. Renzi no es sospechoso, aunque tampoco está libre de sospecha. Como todos, tiene algo que ocultar. Su problema es que esconde un hecho que puede comprometer a la muerta y a él mismo. Recurre a un detective privado de Nueva York, que, además de iluminar su situación, le brinda varias lecciones prácticas sobre la violencia en los Estados Unidos.  Cuando finalmente se descubre al responsable de los atentados, el asombro es mayúsculo. Se trata de Thomas Munk, un brillante ex alumno de Harvard, profesor de matemáticas en Berkeley, mente privilegiada de su generación y autor de un radical Manifiesto sobre el capitalismo tecnológico. Renzi reconstruye el pasado de Munk y viaja a California para entrevistarlo en la cárcel. Intuye que el destino de Ida está en juego y que nada volverá a ser como antes. Más de lo que esperaba, de algún modo. Inspirándose libremente en el caso del Unabomber, esta novela combina una sutil trama sentimental con una indagación sobre el poder de reinventar una vida que parece detenida. Narrada en primera persona por Renzi, con una escritura hipnótica que pasa naturalmente de la autobiografía al registro policial, El camino de Ida confirma a Ricardo Piglia como uno de los grandes escritores contemporáneos.

  • Recursos humanos

    Recursos humanos
    Recursos humanos

    «Un escritor que sorprende por la eficacia de la prosa, que consigue convulsionar al lector ante las contradicciones y las debilidades del género humano» (Guadalupe Nettel, Hoja por Hoja) Enfrentado a una vida miserable como empleado de una empresa, Gabriel Lynch decide rebelarse. Sus odios no tendrán otro objetivo que Constantino, su jefe, el perfecto caballerete empresarial que le ganó el puesto y la mujer. Sin embargo, para que su alzamiento resulte efectivo, el apocalíptico y lenguaraz Lynch tendrá que enfrentarse a su carencia casi total de recursos, pasados y presentes, y a su proverbial mala fortuna, reverso exacto de la suerte que parece acompañar cada movimiento de su enemigo. Esta es la historia de una guerrilla de un solo hombre, de un gerente que seduce mujeres con chistes sobre su digestión y de dos chicas, una de Recursos Humanos y otra de Finanzas, entendidas como objetivos políticos. A través de estas páginas, el lector se topará, a grandes golpes de estilo, con una ácida exploración del mundo pesadillesco de la oficina y una mirada irónica y feroz sobre las relaciones entre jefes, empleados y desempleados, de la mano de un narrador mayor en la nueva literatura iberoamericana.

  • Mi amor en vano

    Mi amor en vano
    Mi amor en vano

    Esteban, un joven que sobrevive a un accidente de tráfico, debe plantearse la vida de una forma nueva. Tendrá que vivir desde el combate contra el dolor y desde la limitación. Se desvincula de su vida anterior, de su familia y de su grupo de amigos, se va a vivir solo a un barrio distinto. En el nuevo contexto, el Centro de Rehabilitación al que acude diariamente será el principal referente. Entre los vecinos de su nueva vivienda, una familia compuesta por Dayana, una mujer madura que ha sido actriz, cantante y modelo de artistas, Eugenio, su marido, alcohólico y periodista deportivo, y su hija Violeta, que se dedica a hacer arreglos de ropa y collares, va acercándose más y más a él. Teresa, una mujer asidua del Centro de Rehabilitación y dueña de un temperamento arrollador, irrumpe en su mundo. Esteban va siendo parte de una red de relaciones humanas complejas e intensas. A su alrededor, atisba muchas vidas rotas, vidas gastadas que aún sueñan con rehacerse, con recuperar los sueños, con mantener algo. La pasión ocupa un importante lugar. Sueños, ambiciones, traiciones, infidelidades conyugales, luces y sombras. Una nueva visión de la vida se conforma a los ojos de Esteban. Aquí cabe el dolor, la frustración, la pérdida, la soledad. La revelación, el instante político, se revela como imprescindible.  En este nuevo reto literario, Soledad Puértolas ahonda en un universo que siempre le ha interesado: la emoción, la pasión que nos mueve a los seres humanos, las atracciones y las simpatías entre unos y otros, el anhelo de encontrar algo que dé sentido a todo, la lucha contra la amargura, el fracaso, el dolor y la limitación, la sed de belleza, la ilusión del amor. 

  • Rating

    Rating
    Rating

    ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la televisión en su desesperada búsqueda de audiencia? Esta pregunta parece respirar en todas las páginas de esta historia. Rating es una novela que explora los límites morales en el crudo mundo de los reality shows y que hurga, desde su interior, en la exitosa industria de la telenovela latinoamericana. La novela alterna, hasta fusionarlas, la voz de Manuel Izquierdo, un guionista en plena crisis de los cincuenta, que después de dos décadas escribiendo melodramas televisivos se ha vuelto cínico y descreído, con la de Pablo Manzanares, un estudiante de literatura que quiere ser poeta y ha conseguido un trabajo menor en un canal. Desde las palabras de estos dos personajes, de estas dos experiencias que se cruzan, Barrera Tyszka propone un relato que desarrolla una sola historia y termina construyendo una única voz, apostando incluso por la creación de una sintaxis que reproduce el efecto caótico de la retórica televisiva.  Alberto Barrera Tyszka vuelve a sorprendernos con una escritura ágil, por momentos vertiginosa, pero también llena de reflexión y de no pocos hallazgos literarios. Con una narración llena de humor y desparpajo, Rating ofrece una mirada crítica y compleja sobre la televisión, al tiempo que desnuda los procedimientos internos de la telenovela, una industria que es responsable de la educación sentimental de un continente y que ha hecho de la cursilería un producto de exportación. Con esta nueva novela, Alberto Barrera Tyszka confirma las grandes expectativas suscitadas por La enfermedad (Premio Herralde de Novela), que tuvo críticas extraordinarias en España y América Latina y que resultó finalista del Premio Fémina en Francia y del lndependent Foreign Fiction Prize en Gran Bretaña. También obtuvo el Premio de la Editorial Popular de Literatura de China a la mejor novela en español de 2007. «De su cinismo y escepticismo nace lo mejor y lo más original del libro: las abundantes observaciones sobre el culebrón y el mundo de la televisión, con sus leyes implacables y su obsesión por el rating, un mundo que el lector vive página a página, arrastrado por el humor corrosivo, delirante y melancólico» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia).

  • Estela del fuego que se aleja

    Estela del fuego que se aleja
    Estela del fuego que se aleja

    Treinta años después de su primera edición, la recuperación de Estela del fuego que se aleja la señala como una novela asombrosamente vigente, que conserva intacta la dinamita de su humor despiadado y su capacidad de interpelar perturbadoramente al lector.

  • A la vista

    A la vista
    A la vista

    Ponciano Palma y Sixto Araiza lo planearon todo muy bien. Ante todo, había que despertar aún más la codicia nunca dormida de Serafín Farías, el dueño de la empresa de transportes, el patrón, el explotador, ese señor que se sentía Un Hombre con mayúsculas por su poder tan absoluto sobre trabajadores tan necesitados. Le hablaron de unos terrenos espléndidos que podría comprar a precio de ganga. Y, con el pez ya mordiendo el anzuelo, uno de ellos se fingió otro en el teléfono, dijo ser Idilio Villalpando, el fantasmagórico dueño de las imaginadas parcelas. Y le dijo también que como Sixto era amigo de la infancia de él, el dueño de las tierras, podía encargarse de llevar al dueño de los trabajadores hasta los codiciados terrenos, que no quedaban nada cerca de donde el explotador vivía. Hacia allí fueron los tres, y en aquel lugar lejano y desértico Ponciano y Sixto mataron a tiros a Serafín Farías, y despeñaron el camión por un barranco. Se separaron después, y uno tenía que huir al este y otro al oeste. Pero a veces, cuando se acaba el odio -o al menos el primero, el mayor de los odios-, se descubre lo que nunca se ha querido ver.  Y Ponciano y Sixto, que creían haber cometido el crimen perfecto, comenzarán a deambular por el siempre sorprendente México sadiano, y por otro inesperado desierto interior, en una huida hacia delante, hacia atrás y hacia todos lados, en pos de ilusiones falsas o verdaderas, en busca de otra vida, o de otro sentido para la misma vida.  Y he aquí A la vista, una tragedia cómica, o comedia trágica, donde brilla una vez más uno de los más grandes escritores mexicanos contemporáneos, un constructor de barrocos edificios verbales, pero también fiel a la palabra hablada, la de los narradores populares, la de los charlatanes gozosos.

  • Casi nunca

    Casi nunca
    Casi nunca

    Demetrio Sordo es un agrónomo que pasa sus días en la grisura de su empleo como administrador y técnico agrícola en un rancho de Oaxaca, en 1945. Un día, aburrido, decide que el sexo dará sentido a su vida y va al primer burdel que encuentra. Ahí termina muy allegado a una morena, Mireya, con quien se entiende a la perfección. Poco después, la madre de Demetrio, Telma, le pide que viaje hasta Coahuila, donde ella vive, para asistir a una boda en la población de Sacramento, hogar de su prima Zulema. La idea obvia es que el joven se entienda con alguna señorita ilustre de la comunidad para que haya boda. Y así sucede: Demetrio queda prendado de Renata y casi de inmediato comienza su compromiso.  Se establece así el principal conflicto de la novela: Demetrio quiere mantener ambas relaciones hasta que sea inevitable romper con Mireya. Pero ésta ya ha pensado en que sea el agrónomo su salvador, quien la ayude a salir del burdel y se case con ella para fundar juntos una familia. Cuando él regresa a Oaxaca, ella busca quedar embarazada y termina por huir del burdel pensando que su galán la acogerá. Éste sólo acierta a trazar un plan de huida. Retira todo su dinero del banco, los ahorros de tres años para comprar una casa, y se sube con la chica en un tren con destino a la frontera, pero no llegan juntos: él se baja primero y huye. Aparece en Sacramento, y su tía Zulema le recomienda que vaya a buscar a un viejo amigo que le dará trabajo. Así consigue Demetrio una posición estable y ahorrar cierto dinero.  Continúa su compromiso con Renata, pero muy pronto queda harto de los tres ranchos alejados que tiene que supervisar y que no le aportan sino soledad y, sobre todo ahora que se ha deshecho de Mireya pero no se ha casado con Renata y no hay burdeles en la proximidad, nada de sexo. Deja entonces el lugar, se va a casa de la madre, en Parras, y juntos abren unos billares de gran éxito. Un día está a punto de perder a Renata porque ya no puede más y le besa lascivamente la mano. La determinación de Demetrio empieza a flaquear ante las inacabables dificultades para consumar la unión con su amada.  Este procedimiento anecdótico que oscila entre la perversión y la santidad, da cuenta del edificio verbal que ha construido Daniel Sada: narrador obsesionado por encontrar una voz propia, y lejano, por supuesto, de la mera gimnasia experimental. Además de una trama divertida, que no decrece en su nivel de intriga, Sada logra que la atención del lector recaiga en la materia de su tejido, en las complicadas (aunque nada incomprensibles) vueltas del lenguaje, como si éste tuviera a su vez su propia historia que contar, paralela a la de los hechos y elaborada con tesituras, tonos, cimas y valles. A la par de la historia, el decurso fraseológico revela una tercera novela, la que de verdad importa, que sólo se intuye en un principio pero que suma al final: es la creación de una realidad vasta, edificada como una conjunción fascinante de actos y palabras. Casi nunca es la última y espléndida novela de un gran autor mexicano, tan valorado por escritores como Álvaro Mutis, Carlos Fuentes y Juan Villoro, entre otros, hasta llegar a Roberto Bolaño: «De mi generación admiro a Daniel Sada, cuyo proyecto de escritura me parece el más arriesgado.»

  • La vida de hotel

    La vida de hotel
    La vida de hotel

    He traído sólo una maleta ligera. Pero habrían podido ser más y más pesadas, porque el viaje fue corto. Ocho manzanas: novecientos noventa y dos metros, según el ticket electrónico del taxi. Nadie me despidió ni cerró tras de mí la puerta de casa, nadie me acompañó o mucho menos siguió mis pasos. Sí me esperaban, en cambio, a la llegada: reservado a mi nombre el cuarto donde iba a pasar la noche. Así empieza el enésimo viaje de un crítico de hoteles con años de oficio a las espaldas. Vaga por su propia vida ligero de equipaje, y sabe que moverse mucho no basta para sentir que se avanza.  Esa noche espía por error una escena extraña en la habitación contigua. La pareja vecina interpreta sin ganas un curioso ritual erótico, dirigida por una mujer que da muchas órdenes pero pocas respuestas. Intrigado por ella y decidido a encontrarla, se embarca sin saberlo en una travesía de final incierto. De ciudad en ciudad, de hotel en hotel, de alcoba en alcoba, acabará descubriendo que en el fondo todas las persecuciones son huidas disfrazadas.  La mirada que prende y niega el deseo, el temor a alcanzar lo que se acecha, los objetos que callan su mensaje cifrado, la sensación de pasar por el mundo como por los salones y pasillos de un vasto hotel sin huéspedes. Al final cazadores y presas se confunden en una búsqueda apasionante que empieza, como todas, con una ojeada inocente a través de una cerradura. El viaje alrededor del cuarto puede arrastrar muy lejos, y ya lo avisa uno de ellos: «El ojo es una herida abierta.»  Con La vida de hotel Javier Montes confirma la calidad de una de las voces más personales de su generación. Reencontramos su humor esquivo, su talento para las atmósferas ambiguas, su gusto por las fábulas y las máscaras. Y sobre todo su pulso para retorcer una historia trepidante, en la tradición del mejor suspense, hasta convertirla en una parábola tenebrosa de muchas lecturas posibles. Un autor imprescindible en la nueva narrativa española: «Javier Montes no es nada inocente. Ofrece historias de apariencia cotidiana sin que nos desoriente su complejidad estructural. Se decía que André Gide era el más grande novelista enemigo de la novela. No digo que Montes sea ese novelista gideano. Pero lo que propone desde dentro de la novela clásica es una renovada visión del género. Maneras singulares de armar historias de nuestros días.» (J. E. Ayala-Dip, El País).

  • Un sueño fugaz

    Un sueño fugaz
    Un sueño fugaz

    Hace una década, lvánThays publicó un libro llamado La disciplina de la vanidad, donde unos jóvenes escritores se angustiaban por saber quiénes eran los llamados al éxito literario. Pero dentro de esa novela había otra novela. La de un escritor que tuvo su cuarto de hora de fama, que luego vivió la frustración y el fracaso en la vida y en la obra, y que va reencontrándose con viejos amigos de un taller literario para adolescentes llamado Centeno, y aceptando en cada encuentro su vida extinguida. Un sueño fugaz es esa novela. Se trata de una road movie literaria que se mueve no a través del espacio sino del tiempo. Un viaje que empieza con un escritor cuarentón que vive en Venecia con una mujer a quien no ama y el fantasma de un hijo fallecido, y termina en Lima, cuando es ya anciano y es visitado por una groupie literaria que lo considera un autor «de culto» y que parece no haberse enterado de que ese hombre vive según la máxima de Rudyard Kipling: «debes encontrarte con el éxito y el fracaso, y tratar a esos dos impostores de la misma manera». Al fin y al cabo, ¿qué es el éxito o el fracaso para aquel que ha descubierto que la vida es tan sólo un sueño fugaz del que estamos condenados a despertar? Después de Un lugar llamado Oreja de Perro, lván Thays con este nuevo libro hace ciertas las palabras de Mario Vargas Llosa, quien escribió en su día: «lván Thays es uno de los más interesantes escritores que han aparecido en América Latina en años recientes.»

  • Te vendo un perro

    Te vendo un perro
    Te vendo un perro

    En un ruinoso edificio de la ciudad de México, un grupo de ancianos pasa los días entre rencillas vecinales y tertulias literarias. Teo, el narrador y protagonista de esta historia, tiene setenta y ocho años y un apego enfermizo a la Teoría estética de Adorno, con la que resuelve todo tipo de problemas domésticos. Taquero jubilado, pintor frustrado con pedigrí –hijo de otro pintor frustrado–, sus mayores preocupaciones son llevar la cuenta de las copas que toma al día para extender al máximo sus menguantes ahorros, escribir en un cuaderno algo que no es una novela y calcular las posibilidades que tiene de llevarse a la cama a Francesca –presidenta de la asamblea de vecinos– o a Juliette –verdulera revolucionaria–, con las que constituye un triángulo sexual de la tercera edad que «le habría erizado la barba al mismísimo Freud». La vida rutinaria del edificio se rompe con la irrupción de la juventud, encarnada en Willem –mormón de Utah–, Mao –maoísta clandestino– y Dorotea –la dulce heroína cervantina, nieta de Juliette–, en un crescendo de absurdos que arriba a un clímax para mojarse los pantalones. Concebida bajo el dictado de Adorno, que afirma que «el arte avanzado escribe la comedia de lo trágico», entrelazando fragmentos del pasado y del presente, esta novela recorre el arte y la política del México de los últimos ochenta años, marcados en la historia familiar por la sucesión de perros de la madre del protagonista, en un intento por reivindicar a los olvidados, los malditos, los marginales, los desaparecidos y los perros callejeros. Con su tercera novela, el escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, tras la excelente acogida, tanto en lengua española como en sus muchas traducciones, de Fiesta en la madriguera y Si viviéramos en un lugar normal, se confirma como un narrador imprescindible, con una voz personal y un sentido del humor muy singulares.

  • Bajo este sol tremendo

    Bajo este sol tremendo
    Bajo este sol tremendo

    Cetarti está hundido en la nada. Sin trabajo (despedido por «falta de iniciativa y conducta desmotivante») ni propósito, pasa sus días encerrado viendo la televisión y fumando porros. Una tarde recibe la llamada de un desconocido, que le informa de que su madre y su hermano han sido asesinados a escopetazos. Viaja a Lapachito, el derruido pueblo donde vivía su madre, para hacerse cargo de los cadáveres. Allí, en un paisaje de casas hundidas en el barro y animales venenosos, conoce al suboficial retirado Duarte, antiguo militar, albacea y amigo del asesino de su madre. Desde este punto de partida, el lector acompañará a Cetarti en un derrotero azaroso que incluirá las chapuzas ilegales para cobrar un seguro a medias con Duarte, la mudanza a la casa de su hermano muerto (pasillos repletos de basura ordenada, «una especie de tumba de Tutankamón pero con mugre en vez de tesoros»), y la nebulosa complicidad en los oscuros negocios del albacea. También es la historia de Danielito, un inocente hijo de la violencia y auxiliar de Duarte, hermanado a su vez con Cetarti en la deriva, el puro estar y las acciones con motivos que no logran percibir. Opaca, lacónica y por momentos brutal como sus personajes, Bajo este sol tremendo probablemente comparta territorio con algunas películas de los hermanos Coen. Es una novela poderosa, sin reflexiones psicológicas ni demasiados datos concretos del porqué de la anestesia emocional de sus protagonistas. Construida sólo desde el relato de las acciones de estos outsiders casi absolutos, no hay guiños generacionales ni discursos éticos o políticos sobre la tortura, el crimen, la culpa, el vacío existencial o la historia reciente del país. Y, sin embargo, estos temas asoman en la trama, golpeando la narración como chocan los insectos contra el parabrisas de los coches que conducen Cetarti, Duarte y Danielito en sus viajes a la nada, atravesando las rutas amenazantes de la negra provincia.

  • La enfermedad

    La enfermedad
    La enfermedad

    Ernesto Durán sabe que está enfermo. Aunque los resultados clínicos digan lo contrario, desde que se ha separado de su mujer y vive solo, padece todos los síntomas de un mal que, según sospecha, puede ser mortal. Su mente, más que su cuerpo, no puede mentirle. No es un caso de simple hipocondría. Su obsesión va más allá: tiene la certeza de que sólo hay un médico que puede salvarlo. Pero el elegido, el doctor Javier Miranda, en esos mismos momentos se enfrenta a una tragedia personal: un diagnóstico irrefutable que señala que su padre, que lo crió solo desde que murió su madre, cuando era un niño, y al que está muy unido, tiene cáncer, y le quedan pocas semanas por vivir. Mientras Durán necesita desesperadamente hablar de su caso, pronunciar sus dolencias, el doctor Miranda se siente rehén del silencio, es incapaz de hacer con su padre lo que siempre ha hecho con tantos pacientes: decir la verdad. La vivencia de la enfermedad en estas dos personas que ocupan posiciones tan distintas, el médico que sabe acerca de la vida y de la muerte y no quiere o no puede hablar, y el enfermo de angustia que sólo sabe que su sufrimiento no le deja vivir, es la columna vertebral que sostiene esta hermosa novela, madura, adulta, reflexiva y refinada, que nos susurra desde su primera página algo que personajes y lectores tenemos que asumir, algo que está en nuestra naturaleza: vivir mata. Un libro notable, escrito en un registro inusual en nuestra lengua, que mezcla lo profundo con lo veloz, que apela a las emociones pero también a la inteligencia del lector, y se adentra en las formas con las que Occidente, actualmente, le ha dado la espalda a la enfermedad y a la muerte, en un empeño insaciable por construir un ideal de bienestar físico que tiene poco que ver con la verdad de la condición humana. Desde distintas historias, conmovedoras y tiernas, divertidas y trágicas, Alberto Barrera Tyszka nos propone una versión de la existencia que asume su fragilidad, que entiende que la enfermedad no es una vergüenza, y que trata de encontrar en la palabra literaria una posible experiencia de salud. En cualquier caso, la lectura de esta novela es una experiencia difícil de olvidar.  «Pocos escritores han sido capaces de describir este doloroso viaje hacia el final con tantísima exactitud. El escritor venezolano dota a la enfermedad de un poder literario sin precedentes al considerarla lo que verdaderamente es: el síntoma último de la vida.» (Oriane Jeancourt Galignani, Transfuge)

  • ¿Hay vida en la tierra?

    ¿Hay vida en la tierra?
    ¿Hay vida en la tierra?

    ¿Hay vida en la Tierra? cuenta cien historias tan diversas como contundentes, cien relatos apoyados en una prosa adictiva. Juan Villoro analiza el extraño misterio de ser mexicano, se ocupa de la forma en que la tecnología modifica nuestras relaciones, desarrolla una teoría del mariachi, presencia una confesión del escritor japonés Kenzaburo Oé, conoce a dos tortugas en el campo de concentración de Dachau, abre una maleta que encierra el dolor del exilio republicano, enfrenta el desafío mayúsculo de pedir un capuchino y diseña un episodio de Los Simpson en el Distrito Federal. Hilarante catálogo de las paranoias, malentendidos, molestias e ilusiones que conforman la vida cotidiana, ¿Hay vida en la Tierra? traza un singular retrato de nuestra época. El registro de los sucesos transita con fluidez de lo culto a lo popular. Los afilados aforismos de este libro pueden venir de Nietzsche, una galleta china de la suerte, un gurú del kung-fu, un taxista extraviado, una niña de siete años o un peluquero deprimido. Imprescindible manual de primeros auxilios para entender la forma en que el presente se convierte en tradición, ¿Hay vida en la Tierra? revela secretos para cuidar amistades como peces dorados, llegar al destino con oportuno atraso y entender la despedida como un poema épico. Villoro, en una exhibición literaria de primer orden, logra que la indómita vida diaria adquiera sentido al ordenarse en una historia. «Es de una visión que resulta compulsiva y exacta; que no se rinde, inagotable» (Francisco Magaña, Letras Libres). «Un observatorio de lo cotidiano. Pequeños relatos que siempre tratan de vincular el destino individual con alguna cosa del mundo exterior que está cambiando las costumbres y que refleja la época actual» (Yanet Aguilar Sosa, El Universal).

  • El traspié: Una tarde con Schopenhauer

    El traspié: Una tarde con Schopenhauer
    El traspié: Una tarde con Schopenhauer

    En esta comedia filosófica, elocuente y sutil, se imagina una de aquellas sesiones entre la escultora y su ilustre modelo. El filósofo exhibe sus ideas ante una oyente tan atenta como ocasionalmente irónica. Se repasa el destino del hombre, orgulloso de sus certezas y martirizado por sus perplejidades. Mientras, la superstición ronda, llega un forastero atrevido, se prepara una invocación a los espíritus y la carne dicta urgencias que se burlan de los alambicados sistemas intelectuales. Y suena al fondo una alegre melodía de Rossini... Al final de su vida, el filósofo Arthur Schopenhauer alcanzó ?al menos en parte? el reconocimiento público de su obra que durante tanto tiempo se le había negado. Una joven y prometedora artista, Elisabeth Ney, solicitó permiso para hacerle un busto. Halagado, el gran pesimista accedió a esta petición. Durante varios meses posó para la joven y entre tanto conversó con ella de todo lo imaginable. Entre el viejo pensador célebre por su misoginia y la bella artista se trabó una relación extrañamente dulce. En algunos momentos, Schopenhauer pareció revisar su opinión sobre el género femenino...

Autor

Alfredo Bryce Echenique

Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) es uno de los mayores exponentes de la literatura latinoamericana. Doctor en Letras por la Universidad de San Marcos, en 1964 se trasladó a Europa: vivió en Francia, Italia, Grecia, Alemania y España, para regresar de nuevo a su Perú natal, donde reside actualmente. Profesor en diversas universidades francesas, ha compatibili­zado la enseñanza con la escritura. A través de sus novelas y relatos, Bryce Echenique ha creado uno de los universos narrativos más originales de la literatu­ra en español de finales del siglo XX y principios del XXI, siendo uno de los autores hispanoamericanos actuales más traducidos. Su obra ha recibido impor­tantes premios. En Anagrama se han publicado las novelas Un mundo para Julius, con la que fue Premio Nacional de Literatura en Perú, Tantas veces Pedro, La vida exagerada de Martín Romaña, El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz, La última mudanza de Felipe Carrillo, Dos señoras conversan, No me espe­ren en abril, Reo de nocturnidad, con la que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en España, y Dándole pena a la tristeza, así como la recopilación de cuen­tos La esposa del Rey de las Curvas, los volúmenes de antimemorias Permiso para vivir y Permiso para sentir y los libros de ensayos y artículos A vuelo de buen cubero (y otras crónicas), Crónicas personales, A trancas y barrancas y Crónicas perdidas.

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