Susana Frangie
“Ser congruente y vivir desde lo que se cree”
En este tercer episodio recibí a la mujer que más admiro en mi vida, a la mujer a la que le debo todo lo que hoy por hoy soy, y de quién he aprendido tanto. Mi madre. 
Desde que tengo memoria la recuerdo cocinando para alguien más, visitando enfermos, consiguiendo donadores de sangre, vendiendo boletos para alguna causa… Ella me confirma que el servicio se ve y se aprende en casa, que lo heredamos porque lo vimos y lo vivimos, y mis hermanos y yo, no pudimos tener mejor maestra. 
No conozco a nadie más firme y más claro en sus convicciones que  ella. Mi madre es la mujer más congruente que existe y así vive todos los días: haciendo lo que cree. 
En un mundo que nos arrastra hacia el individualismo, el consumismo, la comodidad y la tecnología, ella se mantiene sencilla, necesitando pocas cosas, cercana a Dios, sin whatsapp ni redes sociales, enfocada en su familia, sin distraerse y poniendo sus ojos en lo que verdaderamente importa. 
Mi madre es el ejemplo más claro de que no hay esfuerzo pequeño, de ella aprendí que para cambiar el mundo de alguien, a veces no es necesario siquiera salir de tu cocina. Ella me enseñó el verdadero poder de servir desde donde estás y desde lo que tienes. 
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