Juan José Frangie

Mi tío Juan José me recuerda todo el tiempo de donde vengo y me reafirma por qué soy quien soy ahora. Me confirma que la vocación de servicio la traemos en la sangre y la aprendimos en casa.

Siempre nos hemos identificado y nos reconocemos parecidos en muchas cosas: nuestro amor a México , nuestra necesidad constante de ayudar y de servir, nuestro empuje incansable de trabajar y de emprender , nuestra tenacidad para buscar siempre el como si…

Toda mi vida le agradeceré que haya puesto sus ojos en mí para acompañarlo en el que quizá ha sido el reto más importante de su vida: gobernar el municipio de Zapopan. No sé si lo sabe, pero esta oportunidad me cambió la vida.

Trabajar a su lado ha sido un verdadero honor. Cuando estoy con él, lo observo, lo escucho con atención, veo como como aborda los temas importantes y no podría sentirme más orgullosa de él. Siempre admiraré la sencillez y la calidez con la se dirige a la gente, la lealtad a sus amigos y su ser siempre agradecido.

Mi tío entiende muy bien que estos puestos son pasajeros y temporales y que la gente no puede esperar , por eso no se distrae en lo que no suma, por eso ha sabido rodearse de un equipo comprometido que sabe que a estos puestos se viene a servir, no a servirse.

En este episodio hablamos de cómo se sirve, justo, desde el servicio público. Me contó historias sobre sus papás, mis abuelos, sobre las carencias en su infancia, sus proyectos de joven y de cómo es que le dijo sí a la política. Estoy segura que al escucharlo se encontrarán con la parte más humana de quien quiere gobernar Zapopan otros tres años.

Me encanta saber que mi tío, como todos los Frangie, tiene muy claro que a esta vida se viene a trabajar y a servir, pero sobre todo, me encanta darme cuenta que asume con muchísimo compromiso la responsabilidad de servir desde un puesto público, siempre consciente que al final, habrá que rendirle cuentas a quienes lo pusieron ahí: Dios y la ciudadanía.