Así en la actualidad contemplemos que la estabilidad y la seguridad son la clave de nuestra existencia y la fuente inspiradora del hacer, no se puede pasar por alto que en lo más recóndito de nuestro ser duerme una naturaleza nómada y andariega como producto de los procesos históricos a los que nos hemos expuesto. El paso del sol por el signo de Piscis manifiesto desde los inicios del mes de marzo, nos habla de un periodo en el que las grandes moles de hielo pretenden derretirse con el fin de que las aguas represadas suelten sus amarras y se dispongan a recorrer largos trechos, lo que nos lleva a valorar la posibilidad de dejar ir y de fluir en forma inspirada ante las circunstancias. Llegó la hora de confiar que en últimas el agua terminará en el océano y que llegará la primavera con su energía renovadora recordándonos que la vida sigue su curso inexorablemente.

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