Jesús viene a nosotros para darnos vida abundante y es mucho más extenso de lo que pensamos. Dios es vida y el enemigo es muerte y las emociones descontroladas ocupan un plan en la agenda del enemigo en contra nuestro.
Debemos ordenar nuestras emociones y nuestros pensamientos y alinearlos a la voluntad de Dios pues si no esto será un arma que el enemigo encontrará a su favor. Dios quiere ayudarnos a tener estos sentimientos y estas emociones bajo su control por el poder de su palabra.