Cuando nuestras emociones están fuera de control, podemos olvidar lo que Dios ha hecho por nosotros así como también lo que los demás han hecho para ayudarnos.
Elías, el profeta de Dios, estaba pasando por estas circunstancias. A causa de sus emociones descontroladas había olvidado que Dios lo había sustentado en el arroyo de Querit, y también cuando la mujer de Sarepta quien teniendo menos que él, le ayudó, así como también cuando Dios le había respondido con fuego en el monte Carmelo. El, a causa de la depresión estaba olvidando como había sido usado y bendecido.Elías le dijo a la viuda no temas y él, en este momento de su vida, estaba en temor.
El mensaje dado a esta mujer también era una oportunidad para aplicarlo a su vida en este momento de crisis emocional.
Así como Elías, Dios nos ha usado en muchas ocasiones para bendecir y ahora es tiempo de que apliquemos esa palabra para nuestra vida.
Debemos centrar nuestras emociones y fuerza no en nosotros sino en quién es El Señor en nosotros y cómo Él respaldará su palabra y su poder en nuestras vidas y en cualquier momento por encima de nuestras emociones.