La Justicia de la Gente: Trilogía, #1

Por Dieter Rudolph

La historia en curso de un asesino decidido a continuar su misión de librar al mundo de personas indeseables que han cometido pecados que no deberían ser perdonados; ¿Su objetivo? ¡Los pedófilos convictos! Para nuestro asesino unos años en la carcel, a menudo en prisiones abiertas con estilos de vida que algunos incluso considerarían lujosos, no es un castigo lo suficientemente severo. Planea las muertes de manera precisa para que la ley no tenga forma de detener sus asesinatos. El caso además es doblemente frustrante para la policía ya que la gente corriente  aclama al asesino como el Juez de la Gente. Parece que no hay fin para los candidatos que requieren la “Justicia de la Gente”.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 19 mar 2025
• ISBN: 9781667479217

Dieter Rudolph

Der Vater des Autors, der bei Ausbruch des Zweiten Weltkriegs in Hamburg geboren wurde und 1934 der Wehrmacht beitrat statt als Landarbeiter in Norddeutschland zu arbeiten, wurde 1943 nahe Stalingrad getötet. Seine Großeltern mütterlicherseits starben 1944 und 1946 und ließen seine Mutter als Einzelkind ganz allein zurück. Sie erbte das Haus und den Betrieb der Eltern. Die dreiköpfige Familie - der Autor hat einen nur 18 Monate älteren Bruder - zog später nach Wales, wo er sich eine äußerst erfolgreiche Karriere in den Bereichen Vertrieb und Marketing aufbaute. Schließlich gründete er mehrere Unternehmen für französische und deutsche Investoren, die auf verschiedenen Märkten tätig waren, und schuf letztendlich sein eigenes Unternehmen. Nun ist er im Ruhestand und führt ein Leben als Autor, nachdem er mit seinem Wohnmobil ausgiebig das europäische Festland bereist und sich damit einen lang gehegten Wunsch erfüllt hat. Er war zwei Mal verheiratet – das erste Mal 27 Jahre lang; seine zwei Ehe hielt 18 Jahre – und wohnt jetzt allein an der Costa Blanca in Spanien. Anmerkung des Autors: Das Schreiben ist für mich immer von Interesse gewesen. Schließlich wollte ich meine Lebensgeschichte in Worte fassen, da sie sich in einer schwierigen Zeit aufgrund der Folgen des Zweiten Weltkriegs entwickelte. Nach nur vier Jahren weiterführender Ausbildung in Wales suchte und fand ich Arbeit. Aus etwas Schrecklichem entsteht immer etwas Gutes, und so gab es für arbeitswillige Teenager meiner Zeit eine Anstellung. Für mich war mein Arbeitsleben sehr erfolgreich, wozu mein Ehrgeiz zweifellos beigetragen hat.

Vista previa del libro

The People’s Justice

First Book of a Trilogy

Book one

Dieter Rudolph

Copyright © 2017 Dieter Rudolph

All rights reserved.

ISBN:-10:1519329628

ISBN-13:978-1519329622

Dedicado

A nuestros hijos

Paul Edward Rudolph – nacido en 1969

Carole Ann Burgess (nee Rudolph) – nacida en 1971

Helena Diane Hickman (nee Wallis-Rudolph) – nacida en 1991

Tambien a nuestros

Nietos

y

Visnietos

Al igual que a las futuras generaciones de nuestra familia.

Este libro es una obra de ficción. Nombres, personajes, lugares e incidentes provienen de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Se usan nombres de calles y ciudades para dar mayor realismo a la obra, pero de ninguna manera esto sugiere que los hechos de este libro y de los siguientes libros hayan ocurrido en esos momentos o lugares que los lectores conocen. Los lugares son y seran escogidos de manera aleatoria, usando los conocimientos del autor y otros recursos. Todos los derechos reservados incluyendo el derecho de copia completa en partes o de cualquier forma.

Sobre el autor.

Nacido al inicio de la segunda Guerra Mundial en Hamburgo,el padre del autor quien se había unido a la Wehrmacht en 1934 en vez de trabajar en las granjas de la Alemania Septentrional, se reportó que había sido asesiando en Stalingrado en 1943. Sus abuelos maternos murieron en 1944 y 1946 dejando a su madre sola ya que era hija única, aunque heredó la casa de sus padres y su negocio. La familia de tres, ya que el autor tiene un hermano 18 meses mayor, se mudó a Gales, donde pudo construir una exitosa carrera. Ahora está jubilado y busca una vida como autor tras vivir por toda Europa en su autocaravana, un objetivo vital que ha conseguido cumplir. Actualmente vive en España en la Costa Blanca. 

Pie de página:

Escribir es y siempre ha sido uno de mis intereses. Eventualmente quise poner en palabras la historia de mi vida, ya qué se desarrolló en un momento complicado debido a las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Busqué y obtuve trabajo tras cuatro años de estudios en Gales. De lo malo, siempre sale algo bueno, asi qué los jovenes de mi epoca qué querían trabajar encontraron empleos. Para mí, mi vida laboral ha sido muy exitosa y mi ambición sin duda ayudó.

Habiendo escrito dos libros sobre el tema anterior deseaba escribir un libro de ficción sobre un tema que me interesa mucho.

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The author’s other books are listed next:

"FAREWELL TO HAMBURG"

Purchase the newest June 10, 2017 edition

Paperback ISBN-13:978-1515119623

Also, as an E-book for Kindle.

ABSCHIED VON HAMBURG

Paperback ISBN-13:978-1547583102

Also, as an E-book for Kindle.

I CAN DO THAT 

Paperback ISBN – 13:978-1518808609

Also, as an E-book for Kindle.

MARRIAGE

Paperback ISBN – 13:978-1981799756

Alan Norman Plenty  PSEUDONYM

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La Justicia de la Gente

La historia en curso de un asesino decidido a continuar su mision de librar al mundo de personas indeseables que han cometido pecados que no deberían ser perdonados; ¿Su objetivo? ¡Los pedófilos convictos! Para nuestro asesino unos años en la carcel, a menudo en prisiones abiertas con estilos de vida que algunos incluso considerarían lujosos, no es un castigo lo suficientemente severo. Planea las muertes de manera precisa para que la ley no tenga forma de detener sus asesinatos. El caso además es doblemente frustrante para la policía ya que la gente corriente  aclama al asesino como el Juez de la Gente. Parece que no hay fin para los candidatos que requieren la Justicia de la Gente.

Capítulo 1

El momento adecuado.

Mi día acababa de la manera habitual desde aquel golpe de suerte hace dos años. Tomando una pequeña comida en un restaurante local para mí y tras ello dando un paseo por nuestro adorable parque, con la ocasional charla con algunos de los vecinos o jardineros, a los cuales conozco desde hace más de veinte años desde que me mudé por primera vez a mi apartamento.

Sentado en mi salón con vistas al parque, el cual estaba bien cuidado por el ayuntamiento, con muchas flores y exhibiciones de plantas, tomando sorbos de brandy y pensando en mi día. 

Sonriendo al recordar como me había cruzado con un vecino mayor en nuestro parque y como me preguntaba con un claro acento polacoBuenas tardes, Tony. ¿Has estado fuera recientemente, o tienes algun viaje planeado? Yo contesté, Buenas tardes, Jan. Que buen aspecto tienes. Un viaje estaría bien, a un lugar más cálido tal vez. No importaba que nunca recordase mi nombre, aunque al principio le corregía las ultimas veces ya ni me molestaba. Contemplaba un asunto grave y llevaba un tiempo haciéndolo.

La administración de loterías no había publicado mi ganancia de mas de 6o millones de libras. Nadie de mi familia, mis amigos o mis vecinos sabía de mi riqueza, o del dinero invertido. Había vivido en teoría, hasta donde la gente a mi alrededor podía observar, de la manera en la que me permitía mi pensión. Perfecto pensaba, pero tendría que hacer ciertos ajustes si quería llevar a cabo mi plan. Y sin duda lo llevaría a cabo.

Con 78 años, en gran condición física y tomandome unas pequeñas  vacaciones bajo el sol de algún país vecino, ya que alejarme de mi apartamento durante algunas semanas de vez en cuando podría resultarme útil.

Los vecinos ya se habían acostumbrado y no le daban muchas vueltas a que el apartamento estuviera vacio durante unas semanas de vez en cuando, muchos estarían envidiosos de mi estilo de vida hace lo que quiere cuando quiere.

Con total discreción, no había nada apuntado que pudiese revelar mis intenciones, no podía arriesgarme a que algún entrometido que decidiese colarse en mi apartamento se interpusiera en mi camino. Creándome serios problemas si se llevaba alguna nota junto a otros papeles, sin darse cuenta hasta más tarde de lo que esta contenía, quizás incluso dandosela a la policía ¿Y luego qué? Mis planes jamás verían la luz del día.

Mi siguiente paso era comprarme una autocaravana adecuada, una que me permitiese moverme a través del país a donde quiera que necesitase estar. Para esta busqueda usaría mi VW Golf con 10 años de antigüedad, estaba bien cuidado, nada que atrajese la atención o que pudiera levantar sospechas sobre mi historia. Nada ostentoso, algo comodo y que no atrajese miradas indeseadas.

Tras buscar en Internet decidí visitar una compañía cerca de Newark en Trent, estaba bien posicionada en la parte central de Reino Unido y tenía una larga historia. Al llegar, le expliqué al vendedor que siempre había tenido el sueño de ser el dueño de una auto-caravana. Una pequeña ganancia inesperada, proveniente de un familiar que había muerto recientemente, me había permitido plantearme esta nueva forma de viajar. No me decidí por ningun modelo en la primera visita. De hecho no fue hasta la tercera visita que me decidí por un modelo bastante lujoso y con 4 años de antigüedad. Justo el tipo de caravana que compraría alguien en mi posición, nada que crease sospechas. Pagué una entrada considerable y les expliqué que me estaba mudando a una nueva casa para poder completar el registro con mi nueva dirección. Estuvieron encantados, con el dinero aun caliente en sus bolsillos, y felices de ayudar.

Mi apartamento en Crescent Buxton, Derbyshire, a 170 millas de Londres, era ahora mi segunda casa, dándome la libertad de viajar de un lado a otro cuando fuera necesario y con los vecinos acostumbrados a mis periódicas ausencias.

Algunas seran viviendas corporativas lo cual significa que los residentes viviran a distancia. Le expliqué al vendedor que estaba viviendo en el extranjero y tenía planeado mudarme en un par de semanas. Si pagaba en efectivo el apartamento ¿Podría usar esa dirección para registrarlo todo a mi nombre y encargar que se ocupasen de todo lo necesario?

Me dijeron que no había problema y que dejase mi número de teléfono eso si, necesitaban hacer algunas preguntas para asegurarse de que las transacciones no se estaban usando para lavar dinero, añadió el venderor. Les dije que les dejaría un número en los próximos días y le pedí a mis banqueros una carta asegurando que todos mis fondos provenían de una fuente legal. Mis banqueros organizaron el pago de la cantidad acordada y me dieron sin problemas la carta que aseguraba la legalidad de mis fondos.

Tras esto fuí a una tienda de movíles para comprar un telefono de prepago, inmediatamente les mandé el número a los agentes inmobiliarios, junto a la carta del banco. Era el momento de repasar todo lo que había organizado con cuidado y detectar cualquier posible cabo suelto.

La gente de la autocaravana, a la cual avisaría de mi dirección en Londres cuando estuviese lista; ni ellos ni los agentes inmobiliarios de Londres conocían el apartamento de Buxton. Era el momento de relajarse unos días, para ello fuí a un hotel en Bournemouth, me registré como Alan Plenty, un nombre que se me acababa de ocurrir, les dije que pagaría en efectivo y les pareció bien. Aun hacía calor, el sol brillaba durante el día, y fui capaz de relajarme, pensando en profundidad los pasos que debía seguir para que mis deseos se cumpliesen.

Encontrar a mis objetivos sería fácil. Matarlos y como hacerlo requeriría mas ingenio. Fuí a un cyber local para informarme sobre flechas venenosas, pensando que un dardo envenenado podría ser un metodo adecuado. Me resulto útil, pero ¿Donde podría obtener veneno en Gran Bretaña? Ademas el arco y la flecha serían demasiado aparatosos. Necesitaba algo que actuase rápido para obtener el resultado que queria, muerte instantanea, eliminando así la posibilidad de que me identificasen como el responsable.

No había una respuesta fácil asi que tendría que valorarlo con más tiempo. Dejé mi apartamento de Buxton, diciéndole a mis vecinos que iba a pasar un tiempo fuera en climas más cálidos, tras esto recogería la auto-caravana del almacén y iría hasta la zona donde llevaría a cabo el asesinato. Luego, en la siguiente fase, tendría que encontrar a mi víctima y establecer contacto con ella, ya fuera en su bar habitual, cruzándomelo en un parque mientras paseaba a su perro o visitando su biblioteca local. Esta parte era crucial ya que tenía que estar seguro de que estaba matando a la persona correcta.

En cuanto a la policía, sentía que la mayoría aplaudiría mi hazaña, pero aun asi tendrían que investigar el asesinato o serían pasto para los medios. Algo dejado en el primer asesinato eventualmente activaría la imaginación de los medios de comunicación y llevaría a la policía en la dirección equivocada.

Ya había decidido que iba a ser ese algo, una nota dejada en cada víctima. ¡A los medios les encantará! En ella pondrá que Dios me ha mandado deshacer al mundo de estos indeseables y que la Iglesia en Reino Unido me financiaba. Aquellos que apoyasen mi causa deberían poner 5 libras en la próxima colecta a la que tuvieran acceso.

La policía buscará a una persona guiada por sus creencias religiosas, alguien que destaque y que vaya regularmente a la Iglesia, con la esperanza de que alguien lo identifique. Esperaba que no hubiera mucha gente señalada por sus respectivos feligreses.

Ahora, para no cometer ningún error, debía pensar cuidadosamente en todo lo necesario para garantizar mi libertad. Al llegar a la zona del asesinato, para encontrar a la víctima lo mejor será usar el transporte público o incluso andar dependiendo de las circunstancias. ¿Quizas usar una bicicleta, guardada en la caravana oculta dentro del maletero?

La Nota dejada en el el primer cuerpo y en los siguientes será hecha usando mi impresora, llevando guantes en todo momento y plastificándolas para asegurarme de que no se estropeen. Serián aceptadas como el trabajo de un loco hasta que apareciesen las siguientes víctimas. Sería terrible que se las llevase el viento o se estropeasen con la lluvia, y crear las notas en una tienda de informática o en la biblioteca local sería demasiado peligroso.

Tras algunas ejecuciones me desharé de la impresora en algún contenedor público, como tengo en gran estima a la investigación forense, no tengo duda de que cada impresora tendrá alguna especie de huella única que pudiera, si en algún momento se cerniese la sospecha sobre mí, llevarme a la cárcel. Una perspectiva poco prometedora,