Memorias de una sirena
Por Hernán del Solar
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con Memorias de una sirena
Libros electrónicos relacionados
Un hijo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Federico: sí o sí poeta Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Lili, Libertad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Parece que fuera es primavera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarea Morta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Verdadera Historia De Perico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl azul intenso de tu alma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuién teme a la muerte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Como la espiral de un nautilus Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAventuras En El Caracol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuestro Amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa promesa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa luna tiene ojos negros Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Agua Salada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBambi Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn medio de nada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuando aprendí a pensar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesKanda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos cuentos de la Maragata -4-: Astorga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos Vividos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMujeres pensantes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos peligros de fumar en la cama Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los mapas de la memoria (The Maps of Memory): Regreso al cerro Mariposa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlmas Teñidas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones14 años de lujuria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarisol Pepa Flores (epub): Corazón rebelde Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPasmado mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe dolor carmesí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa librería de la puerta roja: Disculpen las molestias, cerrado por amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTengo el aura un poco gris Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros de lectura para niños para usted
El Niño Volador Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un esqueleto en vacaciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una Princesa Diferente - Súper Princesa (Libro infantil ilustrado) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Caperucita Roja Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Rimas cantarinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSEO & Marketing 2023: Marketing & Publicidad, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn Monton de Coches Calificación: 4 de 5 estrellas4/57 Historias para lectores principiantes - 2-5 años - Jardín de infancia y preescolar Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cómo enseñar a leer a tu bebé Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Haz lo correcto! Un libro sobre la honradez Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna Princesa Diferente: Súper Princesa Calificación: 5 de 5 estrellas5/510 Historias Divertidas para niños de 2 a 5 años Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Humberto viaja al pasado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 2 Mellizos en: Los Bichos y el Químico Loco Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Diario de una Súper Chica - Libro 1: Diario de una Súper Chica, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOpposition (Saga LUX 5) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mac, el microbio desconocido Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El mar de Ana Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Tres Cerditos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La trompa de Elly Elefanta: Spanish Books for Kids, Español Libros para Niños, #3 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMis 100 Cuentos Rimados Para Contar, Antologia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSe me olvidó: Olvidos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Mi Primer Libro de Lectura: Lectura Inicial para Niños que Desean Aprender a Leer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYo en tu Lugar: If I Were You Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Princesa Diferente - Princesa Espacial (Libro infantil ilustrado) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Hombre de Jengibre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Sirenita Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Tres Osos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los Jumbalees en El alienígena amistoso: Una historia sobre alienígenas, para niños de 4 a 8 años ilustrada con dibujos animados en colores. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi Monstruo - Nivel 2 Palabras a la vista - Libro 4 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Memorias de una sirena
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Memorias de una sirena - Hernán del Solar
CAPÍTULO 1
DONDE REVELO MI NOMBRE Y HABLO DE MI TÍA TULA
Comprendo perfectamente que soy inexperta y que es una aventura demasiado grande la que ahora emprendo al escribir mis memorias. Pero necesito hacer algo, y me he decidido a contarlo todo.
Me llamo Sabina. Soy una sirena de pelo verde, ojos azules y voz sonora. Cuando me aburro, canto.
Pero apenas he escrito estas pocas palabras me doy cuenta de que no es así como debo comenzar mi historia. De manera que voy a hacer algunas confesiones muy diferentes.
Ante todo, conviene que se sepa la verdad: nací huérfana. No conocí a mis padres. En cambio, apenas abrí los ojos conocí a mi tía Tula. ¡Terrible desgracia que me afligió durante un día entero y muchos otros!
Tía Tula era vieja. Tenía el rostro arrugado, una peca azul en la mejilla izquierda y los ojos tan enrojecidos por la sal del mar, que parecía estar llorando siempre.
–Es una tremenda cosa el haber nacido sirena –decía a menudo–. Nunca he podido acostumbrarme a la sal: me seca la lengua y me enrojece los ojos. Soy la única sirena de agua dulce que existe desde el primer día de la creación.
–¿Tan antigua eres? –le preguntaba yo, con una inocencia purísima.
Me miraba frunciendo la nariz –una mueca que nunca se olvidaba de hacer– y me dejaba sola, porque se alejaba gritando que no volvería a verme. Sin embargo, al poco rato estaba de nuevo conmigo. Me necesitaba. Sin mí, no podía refunfuñar a gusto. Y si no refunfuñaba, se moría.
Cuando la conocí, al abrir por primera vez mis ojos azules tan alabados, tía Tula tenía una edad incalculable. Tal vez cuatro mil años, tal vez más. Nunca he sabido calcular con precisión y no será ahora cuando aprenda.
Pues bien: al abrir los ojos, ahí estaba la cara de tía Tula, inclinada sobre mí, contemplándome con vaga sonrisa y dos lágrimas del tamaño de una ostra. Apenas advirtió que la miraba, se inclinó un poco más y me besó. Entonces supe lo que era el olor a pez. Fue mi primer conocimiento.
–¡Linda, linda, linda! –me dijo.
Era una palabra que silbaba entre sus dientes y hacía burbujas en el agua.
Para no mentir, declaro que este recuerdo es bastante confuso. Una sirena recién nacida no sabe absolutamente nada y tiene que acostumbrarse a mirar y a oír para darse cuenta de las cosas. Pero siempre he estado convencida de que mi tía Tula me dijo:
–¡Linda, linda, linda!
Entonces me puse a pensar: ¿Por qué es tan fea?
No me gustó mi tía Tula. Desde el primer momento sentí que una sirena debía ser hermosa. Es algo muy explicable que yo entiendo muy bien. Se nace sintiendo lo que debe ser una sirena. De modo que cerré los ojos, fingiendo que deseaba dormir. Y mi tía Tula me dio a conocer la primera canción de cuna que he escuchado:
–Duérmete, Sabina,
Duerme que el delfín
Por la arena fina
Camina, camina
Sin fin,
Buscándote a ti.
De buena gana me hubiera sonreído. La canción me había enseñado dos cosas: que me llamaba Sabina y que existían los delfines. No me desagradó mi nombre. En cuanto a los delfines, me prometí salirles al encuentro, cuando fuera grande, para decirles amablemente:
–No me busquen más. Aquí estoy.
La canción calló de repente. Mi tía Tula salió sin hacer ruido, creyéndome dormida. Entonces abrí los ojos y me entretuve mirando todas las cosas. Estaba en un cuarto de coral. En un rincón había un retrato de la tía Tula. Era joven y fea. Tenía un laúd en las manos, estaba sentada en una roca y alrededor de su cabeza volaban unos patos marinos de cuello largo. Más allá había, dentro de un marco de madreperla, una sirena bellísima. Comprendí que era mi madre, que mis ojos eran iguales a los suyos, y lloré calladamente al pensar que no la vería nunca. Ya he dicho que nací huérfana.
Después, durante todo el día, hubo visitantes. Mi tía Tula les hablaba de mí. Todos aseguraron que me parecía a mi madre, y esto me dio a conocer la alegría. Una sirena gorda me tomó entre sus brazos y me puso en la boca un biberón. Así fue como supe que la leche de ballena no es mala.
Y volvieron en seguida a cantarme. Algunas voces eran hermosas y me aficionaron inmediatamente a