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3 libros en 1 – Criptoseguridad: Los 10 consejos para proteger tus criptomonedas + Los secretos de los criptomillonarios + El futuro del precio del bitcoin
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3 libros en 1 – Criptoseguridad: Los 10 consejos para proteger tus criptomonedas + Los secretos de los criptomillonarios + El futuro del precio del bitcoin

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RECOPILACIÓN DE TRES DE LOS LIBROS MÁS EXITOSOS SOBRE CRIPTOMONEDAS AHORA UNIDOS EN UNO A UN PRECIO ESPECIAL

Tras el éxito de 1Millionxbtc, referente en las publicaciones sobre el bitcoin y criptomonedas, ahora se unen tres de sus mejores títulos en un único libro imprescindible para todo aquel que quiera conocer o profundizar en el universo de la criptoeconomía: CRIPTOSEGURIDAD (Los 10 consejos para proteger tus criptomonedas), LOS SECRETOS DE LOS CRIPTOMILLONARIOS y EL FUTURO DEL PRECIO DEL BITCOIN unidos a un precio especial.

 

  • Conoce cómo proteger tus criptomonedas ante hackers y otras amenazas que puede que ni sepas que existen.
  • Descubre las acciones de aquellos que se hicieron criptomillonarios para poder aplicarlas a tus objetivos.
  • Aprende cómo funciona la dinámica del precio del bitcoin y los factores que le afectan para estimar su verdadero potencial en el futuro.cómo funciona la tecnología blockchain y bitcoin
IdiomaEspañol
Editorial1Millionxbtc
Fecha de lanzamiento17 jul 2023
ISBN9798223094869
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    3 libros en 1 – Criptoseguridad - 1 Millionxbtc

    CRIPTOSEGURIDAD: Los diez consejos para proteger tus criptomonedas

    Introducción

    Reconozcámoslo: a nadie le gusta la inseguridad. Y menos  cuando tiene que ver con nuestro dinero. Los seres humanos han buscado la estabilidad desde el origen de sus tiempos, intentando mantener el control de su vida resistiendo a las inclementes condiciones de su entorno. Pero ese entorno ha cambiado drásticamente en el paradigma financiero. Lejos quedan aquellos tiempos en los que los ahorros se guardaban bajo el colchón. La tecnología ha evolucionado a un ritmo trepidante y ha trastocado por completo las normas económicas. Las criptomonedas han llegado como un huracán y han impuesto un nuevo  tablero de juego. Esta revolución económica es imparable. Es tan potente que puede ser muy provechosa si vas a favor de su corriente, pero es precisamente esa complejidad la que hace que sea necesario tener un control absoluto sobre ella para no ahogarse dentro de sus mareas.

    Es normal que sientas miedo ante este nuevo panorama económico que se abre con un más que atractivo horizonte. Pero para eso estás aquí, has llegado al manual correcto si tu objetivo es disfrutar de la tranquilidad que proporciona sentirse seguro en el mundo de las criptomonedas.

    A lo largo de este texto te vamos a dar las claves para que te protejas en este nuevo método de funcionamiento, te vamos a ofrecer los consejos más útiles y valiosos para blindarte y disfrutar de la tranquilidad que te proporciona sentirte seguro. Pero no solo eso. También vamos a explicarte el fundamento de cada uno de estos trucos para que entiendas por qué son tan eficaces. No solo aprenderás a protegerte, sino que sabrás en cada momento por qué haces lo que haces. Solo así podrás obtener un CONTROL TOTAL.

    ¿Dispuesto a convertirte en el mejor defensor de tus criptomonedas? Pues adelante, estás a unas pocas páginas de comprender y controlar la seguridad en este nuevo sistema monetario.

    Muchas personas desconfían de las criptomonedas, sin saber realmente a qué están temiendo. Tendemos a tener miedo de lo que no conocemos, los cambios nos aterran. Nos gusta saber con exactitud qué va a pasar a lo largo del día, y si lo tenemos todo planeado, mejor. Nuestra naturaleza nos obliga a no meternos en una jungla desconocida. La respuesta natural es huir, darle la espalda. Aunque tengamos la certeza de que en su interior está la fórmula de la vida eterna, los peligros que pueden existir alrededor de ella nos hacen desistir de alcanzarla.

    Solo quieren esquivar unos peligros que, o bien no existen, o no son como los imaginan. El desconocimiento no les permite otra alternativa. En cierto modo, actúan de una manera coherente. No te estoy diciendo que te lances a una caída libre sin paracaídas. Pero por supuesto que hay una manera de internarse en ese nuevo territorio que es la cadena de bloques sin caer en sus peligros: se trata de conocer el entramado y preparar las herramientas necesarias para abordarlo. Y eso es precisamente lo que vas a conseguir en esta guía.

    PRINCIPALES PELIGROS EN EL USO DE CRIPTOMONEDAS

    En primer lugar, hay que entender a qué vulnerabilidades tenemos que hacer frente. Saber qué elementos pueden hacer temblar las maderas del puente que nos llevará hacia el éxito nos ayudará a saber fijar bien esas tablas que nos permitirán un paso seguro. O, lo que es lo mismo, no puedes apretar un tornillo si no usas un destornillador adecuado, y no sabrás cuál necesitas hasta que no analices ese tornillo. Así pues, vamos a dedicar unas primeras líneas a los distintos aspectos que pueden vulnerar la seguridad de nuestras criptomonedas.

    La mayoría de las vulnerabilidades existentes en el mundo de las criptodivisas son las propias de todo sistema de pago digital. No son peligros nuevos, ni deberían de ser tan desconocidos. A muchos de ellos te enfrentas a diario, aunque no lo sepas. Son los que tienen que ver con cualquier tipo de intercambio de dinero de forma informatizada, como pueden ser las transferencias bancarias de las que seguro has hecho uso más de una vez.

    Robo de monederos virtuales: si un ladrón vulgar roba el banco en el que tienes depositado tu dinero tradicional, corres el riesgo de quedarte sin él. Algo similar puede ocurrir en los monederos virtuales, plataformas en las que puedes resguardar tus criptomonedas. Tienen grandes elementos de seguridad y en su propia capacidad de proteger tu dinero radica su reputación, y lo cierto es que los casos de robo digital son más bien escasos, pero siempre queda en el aire la opción de que un ladrón virtual pueda echarles el guante.

    ––––––––

    Falsificación de los datos de pago: imagina que envías una carta a un conocido pero una vez echada al buzón, alguien cambia los datos del destinatario para que llegue a otra dirección. Esto mismo es lo que puede ocurrir en cualquier transferencia monetaria. Si algún malware malintencionado cambia los datos de envío durante la transacción digital, esta puede llegar al destinatario equivocado.

    Phising: se trata de un método que los ciberdelincuentes utilizan para obtener tus datos bancarios. Son las tretas con las que, por ejemplo, consiguen los datos de las tarjetas de crédito y débito. El problema añadido en el caso de las criptomonedas es que no se puede cancelar una transferencia ni hay una entidad bancaria detrás que pueda respaldarnos, ya que el verdadero potencial de este nuevo sistema radica en su independencia.

    Error en la dirección de envío:  nadie es perfecto, y cualquiera puede equivocarse al indicar la dirección a la que ha de llegar la transferencia. Cada criptomoneda impone sus propios métodos para evitar estas equivocaciones con sus sistemas de verificación, pero no sería la primera vez, dentro o fuera de este mundo, que se envía dinero a un destinatario equivocado o que se recibe dinero inesperado por un error de quien lo envía.

    Pérdidas de archivos digitales: algunas plataformas requieren de archivos para verificar las operaciones. Por ejemplo, muchos monederos virtuales funcionan con archivos informáticos que debes poseer para operar con ellos. Pero ¿qué pasaría si no has guardado una copia de este archivo y se te rompe el disco duro o lo pierdes al formatear? Asumámoslo, más de uno hemos perdido alguna fotografía preciada que guardábamos en el ordenador por no guardar una copia de seguridad.

    Casas de cambio: puede que decidas que parte de tus criptomonedas se encuentren en casas de cambio o exchange, porque te permite una mayor variabilidad y rapidez de reacción para aprovechar las subidas y bajadas de valor de la moneda. En este caso, existe la posibilidad de que la casa de cambio sea atacada por los hackers, ya que al ser plataformas de almacenamiento pueden suponer un suculento botín.

    Pérdidas de contraseñas físicas: existe una opción para mitigar las vulnerabilidades propias a los sistemas digitales, y esa es guardar tus datos y contraseñas de la manera más tradicional posible, en un papel. Más adelante hablaremos de esta opción, pero incluso con este método existe el riesgo de que perdamos los documentos donde están anotadas las claves o que sean sustraídos.

    FORMAS DE ALMACENAMIENTO DE LAS CRIPTOMONEDAS

    Una de las mayores preocupaciones de aquellos que se inician en las criptomonedas es no poder disponer de su dinero de manera tangible. La incapacidad de poder tocar sus posesiones, de verlas materializadas en forma de monedas y billetes, les genera una gran inseguridad. Es debido a que los criptoactivos no disponen de variantes físicas, sino que son el producto de las transformaciones de la cadena de bloques sobre la que operan.

    Pero este funcionamiento no es algo realmente nuevo. A este trauma tuvo que enfrentarse la sociedad cuando el papel moneda se convirtió en medios digitales como las tarjetas de crédito o las cuentas bancarias. Es cierto que en este caso, el temor está mitigado por la posibilidad de acudir a un cajero y convertir números en dinero en metálico. Pero esta nueva revolución donde el dinero se convierte en cifras encriptadas también tiene sus métodos de almacenamiento que conviene conocer para poder comprender la seguridad del entorno con el que se mueven e interactúan.

    Las criptomonedas se adquieren, se movilizan, y se opera con ellas en las casas de cambio o exchange. Sin embargo, este nivel es el eslabón más débil de la seguridad en el mundo de los criptoactivos. Hay que tener en cuenta que las casas de cambio acumulan las posesiones de todos sus usuarios, ofreciendo un botín suculento que absorberá la mayoría de los esfuerzos de los ciberdelincuentes, convirtiéndose en un blanco susceptible de ser atacado. Es por ello que no conviene depositar nuestras posesiones de manera permanente en una casa de cambio. En su lugar, conviene resguardarlas en los denominados monederos o wallets, que son opciones más individualizadas y seguras.

    Pero antes de comenzar a describir los distintos tipos de monederos, hay que distinguir inicialmente entre dos categorías de almacenamiento conocidas como almacenamiento en frío y almacenamiento en caliente.  Debido a su naturaleza, la seguridad en cada uno de ellos se tratará de manera muy diferente. Así pues, conviene conocer estos dos conceptos para comprender a fondo los consejos que posteriormente se ofrecerán para asegurar tus criptomonedas:

    Almacenamiento en frío (cold storage): incluye aquellas formas de almacenamiento que no disponen de conexión a internet. Esto significa que ningún ciberdelincuente podrá hacer uso de la red de redes para acceder a nuestros datos y le resultará por lo tanto imposible apropiarse de ellos. Sin embargo, eso supone prescindir de muchas plataformas que nos pueden facilitar la gestión de nuestras cuentas y que permiten maniobrar de forma más cómoda y rápida.

    Resultado de imagen de trezor wallet

    Almacenamiento en caliente (hot storage): son todas aquellas variantes que utilizan internet. Nos permite el uso de herramientas avanzadas para gestionar nuestras posesiones, y también reaccionar más rápido a los cambios de valor para aprovecharlos, pero podrían llegar a ser atacadas por software malintencionado o hackers.

    Una vez comprendidos los conceptos de frío y caliente, que no solo te ayudarán a entender el funcionamiento de las distintas opciones de almacenamiento, sino que serán fundamentales para que te decidas por utilizar unas u otras, el siguiente paso es analizar los distintos monederos a tu disposición para conservar tus criptomonedas. Vamos a comenzar a entrar más en profundidad en sus características para ver cómo incide la ciberseguridad y tus futuras acciones en ellas para blindar tus activos.

    Monederos online o en la nube:  se trata de sistemas de almacenamiento en plataformas de internet, siendo por lo tanto un tipo de almacenamiento en caliente. Actúan de manera similar a una cuenta bancaria en la que se depositan nuestras criptomonedas.

    Uno de los aspectos relacionados con la seguridad de estos monederos está relacionado estrechamente con la gestión de esas claves. Si es únicamente el usuario el que tiene acceso a las llaves privadas, la seguridad será mayor y la responsabilidad será total por su parte. Si las claves se comparten con los propietarios de la plataforma, la privacidad se ve disminuida pero existiría la posibilidad de recuperar los códigos en caso de pérdida.

    Otro aspecto clave en la seguridad será el tipo de verificación de las transferencias y de la magnitud de su implicación. Un monedero puede realizar una verificación completa descargando toda la cadena de bloques a través de la cual se realiza la transmisión, una validación más simple descargando únicamente las partes críticas del bloque, o podría realizar la validación a partir de procedimientos externos.

    La privacidad del monedero también es un aspecto a tener en cuenta, conviene saber en todo momento qué información estamos facilitando con cada transacción. No es lo mismo un monedero que reciba únicamente los datos necesarios para el intercambio que otro que acumule datos personales, frecuencia de uso, horarios de tus movimientos...

    De igual manera, si bien es importante la información que nosotros proporcionamos, también hay que tener en cuenta la que el monedero que pretendemos usar está dispuesto a darnos. Si el código a través del que opera es abierto, permitirá a los usuarios comprobar que su funcionamiento es honrado y coherente con sus objetivos. En cambio, un código opaco e inaccesible podría guardar intenciones no compatibles con nuestra seguridad y no habría forma de saberlo.

    Y, evidentemente, estas plataformas, lejos de ser altruistas, nos cobrarán una comisión por su uso. Esta tarifa no es que esté relacionada directamente con su seguridad, pero siempre habría que tener en cuenta que podría ser interesante escoger una plataforma u otra si la consideramos más segura, aunque las comisiones de su uso sean mayores. De hecho, es precisamente el prestigio y su eficacia las que les permiten aumentar estas comisiones sin perder clientes.

    Monederos de escritorio: en este caso se hace uso de un programa que se instala en nuestro ordenador, con la intención de que no sea tan accesible desde la red, manteniéndose la gran parte del tiempo fuera de ella. Al estar en nuestra computadora, hay que tener en cuenta que si esta sufre una rotura irrecuperable y no se puede acceder a nuestro monedero de escritorio, existe la posibilidad de perder todos los datos y nuestras criptomonedas. Además, puesto que la mayoría de ordenadores tienen conexión a internet, no podríamos considerar este monedero como un sistema de almacenamiento estrictamente en frío.

    Monederos móvil: es un sistema similar a los monederos de escritorio, donde el almacenamiento se realiza en nuestro dispositivo móvil a través del uso de una aplicación. Puesto que los teléfonos actualmente están conectados a internet, salvo que estos estén totalmente aislados, estaríamos hablando también de un sistema de almacenamiento más bien en caliente aunque el móvil actúe como un dispositivo de hardware frío.

    Monedero en papel: a pesar de ser un método excesivamente tradicional y que puede incluso ser considerado arcaico en estos tiempos de avanzada tecnología, existe la posibilidad de imprimir nuestro propio código para almacenar nuestras criptomonedas. Al no estar conectado a internet, se trata de un tipo de almacenamiento en frío que impide que los ciberdelincuentes puedan acceder a él. En este caso, el papel impreso actuaría como un cheque al portador, siempre que este sepa hacer uso de él. También existe la posibilidad de integrar las claves en un código QR e imprimirlo para agilizar el uso de estas y no tener que introducirlas cada vez que queramos operar con nuestros activos.

    Resultado de imagen de paper wallet

    Monedero de hardware: se trata de dispositivos físicos que nos permiten almacenar criptomonedas mediante una clave, con un uso similar a un disco duro externo o a un pendrive. No deja de ser una versión más moderna del monedero en papel, ya que su función es llevar en su interior nuestras claves, lejos del acceso de internet, siendo por tanto un sistema de almacenamiento en frío.

    CÓMO ACTÚAN LOS CIBERDELINCUENTES

    Tal como se ha comentado anteriormente, salvo que utilices un sistema de almacenamiento en frío, podrías estar expuesto a la principal amenaza para tus criptomonedas: los ciberdelincuentes. En el momento que utilices alguna herramienta con conexión a internet, podrían encontrar la manera de acceder a tus operaciones.

    Una de las formas más lógicas de blindarte contra ellos es rehuir todo tipo de conexión, pero eso supondría olvidarte de las oportunidades económicas y de la comodidad que te dan los monederos en caliente, y además tendrás que hacer uso de la red para acceder a las casas de cambio y comprar criptomonedas.

    La otra forma de protegerte de ellos, es conocer cómo actúan estos ladrones virtuales para aplicar correctamente los consejos que abordaremos más adelante y poder así disfrutar con seguridad de todas las ventajas que la conexión a la red le da a tus criptoactivos.

    ¿Qué es lo que mueve a los hackers a cometer estos delitos cibernéticos? Evidentemente, en el entorno que estamos estudiando, la principal motivación es la económica, el robo de dinero y la intención de adueñarse de la riqueza ajena. Pero no es la única. Algunos lo hacen por la simple satisfacción de sentirse más hábiles e inteligentes que un sistema de seguridad, en una constante batalla entre atacantes y defensores donde el premio no es más que el reconocimiento de sus habilidades. También están aquellos que lo hacen por idealismo, aunque en este caso, las criptomonedas como elemento de liberación del sistema financiero suelen estar bien aceptadas por aquellos programadores que utilizan sus medios informáticos contra todo tipo de represión. Y tampoco debemos olvidar a los que atacan algunos sistemas por interés comercial, para demostrar que sus plataformas son las más seguras evidenciando las vulnerabilidades de sus competidoras. Todo ese tipo de motivaciones son las que pueden hacer, directa e indirectamente, que tus activos vean disminuida su seguridad.

    Pero tranquilo, no estás solo en esta guerra de intercambio de bytes. ¿Quieres saber quién está de tu lado en esta batalla digital? Para empezar, estas acciones contra la propiedad son consideradas delito, por lo que los organismos oficiales deberían respaldarte en caso de robo. No obstante, has de saber que el mundo de los criptoactivos no tiene el beneplácito oficial que, por ejemplo, sí tienen las entidades financieras. Es precisamente esa libertad monetaria del universo cripto la que no conviene a según qué organismos y, por lo tanto, esa gran característica de las criptomonedas que te permite enriquecerte, es a la vez su propio némesis, haciendo que las fuentes oficiales no terminen de asegurar su protección.

    Aun así, existen otras organizaciones que velan por la seguridad digital como puede ser la Oficina de Seguridad del Internauta. También la lucha entre el bien y el mal se extiende a internet, y hay almas benévolas que desarrollan elementos de seguridad por la simple gratificación de ayudar a los demás, y muchas de estas mentes son a su vez contratadas por los propios sistemas para reforzar sus defensas. Recuerda que de su fiabilidad dependerá que los clientes acudan a sus plataformas o no. Más adelante, en los consejos prácticos, compararemos distintas plataformas y nos centraremos en su seguridad como elemento a analizar.

    Una vez conocido el campo de batalla, el terreno sobre el cual se mueven los delincuentes malintencionados que suponen una amenaza para tus activos y las fuerzas que actúan contra ellos, es importante comprender con qué herramientas y medios cuentan los atacantes para comprometer la seguridad de tus criptomonedas.

    ––––––––

    Malware

    Se clasifica como malware todos aquellos programas informáticos con intenciones malignas que se introducen de manera indeseada en el ordenador de la persona que va a ser atacada. Puede ser de varios tipos. Los más habituales son:

    Virus: son pequeños programas que se introducen en el código de nuestro propio sistema, haciendo que este deje de funcionar en el peor de los casos o causando algún tipo de molestia si son más leves. En el caso de tus monederos de escritorio o móvil, si estos acceden a internet en algún momento, pueden ser atacados por un virus que haría que dejasen de ser útiles.

    Gusanos: son virus con la peligrosa capacidad de autoreplicarse. En el caso del virus, este debe ser activado de manera más o menos consciente por el usuario, y afecta únicamente a la parte para la que fue programado. Sin embargo, los gusanos pueden multiplicarse y afectar partes ajenas, incluso transmitirse por las redes. Es decir, que si estás infectado por un gusano o worm que en principio no está diseñado para afectar a tus monederos, este podría llegar a ellos.

    Troyanos: son programas que permiten el acceso ajeno a tu computadora. Reciben este nombre del famoso Caballo de Troya que abrió las puertas de la muralla de la legendaria ciudad a los griegos, y de hecho hace lo mismo con tu ordenador. Permite que, a través de la conexión, un tercero pueda tener acceso y controlar todo el contenido de tu computadora. Dentro de este tipo de malware existen varios subtipos, en función de su cometido: permitir el acceso ajeno al sistema (puertas traseras), robo de datos bancarios (gusanos bancarios), robo de contraseñas (password stealers), registro de teclado (keyloggers)...

    Spyware: es software programado para investigar a la víctima, permitiendo el acceso a sus registros, archivos temporales... Su principal función es encontrar tus contraseñas para poder usarlas más tarde. Ten en cuenta que si optas por la opción de más privacidad para conservar tus criptomonedas, aquella en la que solo tú conoces los datos de acceso, este tipo de malware afecta directamente a tu mayor ventaja.

    Adware: son programas cuyo cometido es únicamente mostrar publicidad a discreción, pudiendo retrasar y saturar el sistema, pero que no supone un peligro inminente en relación a la seguridad de tus activos.

    Ramsomware: este tipo de software se basa en robar tus datos para luego pedir un rescate económico por ellos, más que para usarlos a su voluntad. Ten en cuenta que dependiendo del monedero o la plataforma que utilices, en muchas ocasiones tú serás el único que tendrá acceso a esos datos, sin nadie detrás que pueda devolvértelos en caso de olvido, por lo que en el mundo de la criptoeconomía este tipo de malware puede llegar a tener un gran impacto.

    Exploits: son pequeños programas cuya función es facilitar vulnerabilidades. Su cometido es destruir elementos defensivos para que otro tipo de malware pueda actuar con  mayor facilidad.

    Rootkit: un rootkit es un programa que permite el acceso de un tercero a tu ordenador, pero que además se centra en eliminar las pruebas de ello para que este no sea detectado. Se encarga de borrar las huellas del paso del ciberdelincuente para que, al no ser detectado, no se tomen medidas para eliminar este malware, prolongando así sus acciones en el tiempo.

    Phising

    Son todos aquellos recursos que los ciberdelincuentes utilizan para obtener los datos con los que operas. La forma más común de proceder es suplantando la identidad de entidades confiables o mostrarse como plataformas seguras, para que introduzcas tus datos para interactuar con ellas, de modo que, en lugar de obtener el acceso o el beneficio deseado, acabes enviándoles todas tus credenciales.

    La forma en la que cada ciberdelincuente usa esta técnica puede ser personal, y su efectividad radica en el ingenio, ya que no es otra cosa que un engaño. Cuanta más información posean de la víctima, más eficaz será, pues sabrán qué plataformas utiliza para hacerse pasar por ellas.

    Una variante en auge de este tipo de ataque es el pharming. En este

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