Dentro del mundo de la criptografía, aparte de su enmarañada lógica de funcionamiento y los vacíos legales en su regulación, hay otro escollo: la posibilidad de herencia de las criptomonedas en caso de fallecimiento y el traslado de las claves de la persona poseedora de esos activos digitales.
Las contraseñas que protegen estos activos digitales no se pueden recuperar si se pierden o se olvidan. “Existiría una posibilidad de trasladar el monedero a otra persona, siempre y