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Empresario consciente, negocio exitoso: Una guía para lograrlo
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Libro electrónico271 páginas3 horas

Empresario consciente, negocio exitoso: Una guía para lograrlo

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El pensamiento consciente es la clave de las decisiones
acertadas en la vida y en los negocios; cultivarlo es caminar con paso firme
hacia el éxito personal y empresarial. Un negocio exitoso no es producto de la
casualidad sino de la causalidad de acciones dirigidas a que cada uno de los
componentes del éxito empresarial se materialicen y coadyuven
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 ago 2023
ISBN9786074107913
Empresario consciente, negocio exitoso: Una guía para lograrlo

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    Empresario consciente, negocio exitoso - Edgar Hernández Cancino Quintero

    1. El pensamiento consciente y el éxito

    El pensamiento consciente es la clave de las decisiones acertadas en la vida y en los negocios; cultívalo y caminarás con paso firme hacia el éxito personal y el empresarial. Su contrario, el pensamiento inconsciente, es la antesala del fracaso y sus tristes consecuencias. Evítalo. Dicho de otra manera, la inconsciencia es la oscuridad del pensamiento; la consciencia es su luz.

    Ser consciente es saber que la vida es cambio, decisión y acción; es tener claro lo que importa y lo que no; saber lo que está bien y lo que no; saber el porqué de las cosas que nos suceden y tener la capacidad de visualizar y de prever las consecuencias de nuestros actos. Una persona consciente tiene la habilidad de adaptarse y reaccionar a las circunstancias del entorno, con un margen de utilidad mayor para hacer lo correcto y lo que más le conviene. Cuando estamos conscientes de nosotros mismos, somos capaces de guiarnos por la razón y de contener nuestros impulsos, podemos discernir entre lo que es relevante y lo que no, y elegir lo que vale la pena.

    La gente que es consciente tiene presente que todo puede cambiar en un instante, que la vida es frágil y que todo lo que existe algún día tendrá un final. Ser consciente es saber que en la vida no hay nada gratis y que el bienestar se causa, no se espera; es comprender que el trabajo da como resultado la percepción de dinero y que, cuando el dinero llega a nuestras manos, debemos cuidarlo y administrarlo para sustentar nuestra vida. Sin embargo, la conciencia también nos ayuda a entender que, si bien el dinero sustenta la vida, es la salud quien la permite; que el mayor éxito al que podemos aspirar los seres humanos es llegar al final de nuestro camino con más instantes felices que tristes, y haber sabido vivirlos envueltos en la magia de amar y ser amados.

    a. Toma de decisiones acertadas

    La conciencia es un estado mental de entendimiento que permite al individuo actuar en su entorno, comprender y adaptarse a la realidad; experimentar los sentimientos y percibir el significado de sus emociones. Ella lo lleva a razonar y a reflexionar sobre qué busca y por qué lo hace; su conducta y sus actos; lo que está bien o mal, de acuerdo a sus valores morales. Su nivel de consciencia está relacionado con la suma de conocimientos y experiencias vividas, así como con su capacidad de abstracción, de análisis y comprensión de la información que posee.

    En inverso, la inconciencia es la incapacidad de darse cuenta de la realidad y del porqué de los problemas o las situaciones que afronta. Desde la perspectiva de la psicología, hay una interacción dinámica y permanente entre el pensamiento consciente y el inconsciente. El primero analiza, compara, supone, reflexiona y decide sobre lo relevante del pasado, del presente y del futuro; el segundo gestiona gran parte de los actos que son irrelevantes, con el fin de adaptarnos al entorno del presente y focalizar la atención frente a un peligro, para poder reaccionar con oportunidad ante él.

    Una constante en la cotidianidad de la vida y de las empresas es la toma de decisiones para elegir la mejor alternativa de solución. Las decisiones —conscientes e inconscientes— pueden ser trascendentales o no, importantes o no, complicadas o simples. Decidir conscientemente incrementa la posibilidad de acertar; por el contrario, hacerlo en la inconsciencia, la disminuye. Si la cuestión no es significativa, equivocarse no importa mucho, pero cuando sí lo es, puede generar efectos negativos en la estabilidad financiera, en las relaciones humanas, y en otros ámbitos más que puedan tener afectaciones en la relación causa-efecto. Equivocarse cuesta dinero y, a veces, hasta la salud, la felicidad y el éxito empresarial.

    Tomar decisiones acertadas no tiene nada que ver con desear las cosas con mucha fe o con la buena o mala suerte, ni tampoco con que las circunstancias del momento sean favorables o no. Tiene que ver con saber lo que uno quiere y visualizar lo que se tiene que hacer; así como comprender, en su justa dimensión, las causas que motivaron la problemática, sus efectos, y tener la capacidad de determinar los posibles cursos de acción, sus requerimientos y consecuencias. Por otro lado, no basta con que la decisión sea la adecuada, es requisito indispensable actuar tomando en cuenta la oportunidad necesaria, es decir, hacerlo en el momento conveniente, pues las circunstancias pueden cambiar y modificar el escenario propicio.

    Un error común, en la toma de decisiones, es basarse en suposiciones y no en información objetiva y su análisis, puesto que suponer puede llevar a un juicio equivocado. Evita tomar decisiones inconscientes, busca invariablemente comprender el porqué de las cosas; visualiza, analiza y evalúa las posibles alternativas de solución y sus efectos, sin prisa o apuro; sobre todo, hazlo así en cada uno de los ejes importantes de tu vida: salud, relaciones humanas, trabajo y dinero. Concientízate de que una decisión inteligente es aquella que se toma mediante un juicio razonado, guiado por la empatía y el manejo equilibrado de las emociones propias y ajenas, y con la firme convicción de no infringir el derecho de los demás, ni la observancia de las leyes que promueven la armonía y el orden social.

    En cuanto al éxito empresarial y cómo lograrlo, concientízate de que ser empresario exitoso exige mucho más que invertir capital, ser el dueño o que el giro tenga un buen margen de utilidad, ya que demanda: liderazgo estratégico, conocimientos, experiencia, sentido común, pasión, tiempo, inteligencia, esfuerzo, dignidad, valores, moralidad, responsabilidad social, respeto al medio ambiente, actitud positiva, sacrificio, compromiso, divergencia, adaptación al cambio, entrega, ser analítico, visionario, innovador, disciplinado, creer en sí mismo, tener auto motivación, orden, resiliencia empresarial y personal, ser consciente de la realidad y del entorno, entre otros requerimientos más.

    El empresario es el componente vital de todo negocio, puesto que de su liderazgo y decisiones (acertadas o no) dependerá, en gran medida, el éxito o el fracaso empresarial.

    Entonces, ¿cómo tomar decisiones acertadas? La respuesta es: estando consciente que decidir acertadamente requiere:

    1.Tener clara la meta que se busca y su porqué.

    2.Comprender objetivamente la problemática, sus causas y efectos.

    3.Visualizar y analizar a detalle las posibles alternativas de solución, sus requerimientos y consecuencias.

    4.Escoger un buen curso de acción y llevarlo a cabo diligentemente, con oportunidad.

    Sé un empresario consciente y darás un paso firme hacia el éxito empresarial.

    2. El sentido del negocio: satisfacer y beneficiar

    Un negocio es la extensión material del pensamiento de quien lo visualizó y lo creó en su mente. Si posees uno o es tu sueño tenerlo y quieres que sea rentable, continuo y exitoso, entonces concientízate de que, sin importar el nivel de organización y control que tengas, siempre deberás supervisarlo y guiarlo con atención y con aprecio; además de que exige —sin restricción—, el recurso más valioso que posees después de tu vida: tu tiempo. Por ello te pregunto: ¿estás dispuesto a dar tu tiempo sin reserva?, ¿esforzarte y ser disciplinado?, ¿arriesgar tu dinero?, ¿ser objetivo y nunca suponer?, ¿tomar decisiones conscientes? Si tu respuesta es negativa a alguna de estas interrogantes, te aconsejo que busques otra alternativa que no requiera de tu esfuerzo, energía, disposición y tiempo. Si todas son afirmativas, vas por buen camino.

    Un negocio exitoso no es producto de la casualidad, sino de la causalidad; ya que el éxito se causa, no se espera. El éxito en un comercio no tiene nada que ver con la buena suerte, con desearlo profundamente o rezarle a una divinidad; es el resultado de la toma de decisiones y acciones estratégicas, conscientes, inteligentes, sensatas, congruentes y oportunas, enfocadas al sentido del negocio, en el marco del esfuerzo y liderazgo. Así como de otros componentes que en conjunto contribuyen a su alcance, como son: la capacidad de adaptación a los cambios del mercado y de las circunstancias del entorno social y económico; el aprovechamiento de la innovación tecnológica; la actitud positiva, la voluntad y perseverancia necesarias para resolver problemáticas y superar retos.

    Si deseas que los resultados se reflejen en ganancias, la clave fundamental es dirigir tus esfuerzos, es decir, tu administración, hacia el objetivo de lograr la satisfacción plena del cliente, ofreciéndoles bienes y servicios innovados a buen precio, de buena calidad, con beneficios adicionales, excelente atención y servicio; prestados en una buena ubicación, a través del internet y medios digitales o personalmente en el lugar que sean requeridos.

    ¿Qué es el sentido del negocio? Su razón de existir. Es proporcionar y satisfacer con calidad lo que el cliente necesita; la razón que justifica su existencia. Es encauzar los esfuerzos hacia la obtención de buenos resultados a partir de cumplir, con excelente oficio, la misión empresarial. En otras palabras, lograr la entera satisfacción del cliente.

    Si el negocio es un restaurante, el sentido del negocio es ofrecer una comida que sacie con deleite el hambre del comensal, preparada con ingredientes de calidad y asepsia; cobrada a un precio justo y servida en un entorno agradable, o entregada a domicilio. Si es una clínica hospital, el sentido es atenderlo lo mejor posible para combatir y buscar sanar su enfermedad o dolencia, dentro de una esfera de atención empática, humana y con la mejor tecnología médica. En el caso de un constructor y vendedor de casas habitación, el sentido es construir viviendas dignas y seguras, vendiéndolas a un precio razonable y asequible para un mercado específico. Si el objetivo es viajar en un crucero, este deberá ser que los pasajeros disfruten una excelente, feliz e inolvidable travesía, a un precio atractivo. En conclusión, enfocar el esfuerzo empresarial hacia esta meta, es la mejor manera de promover la obtención de ventas; por ende, de establecer la base de un negocio exitoso.

    Conocer lo que la clientela desea es esencial para incrementar las ventas, puesto que esta información permite enfocar el esfuerzo a lo que realmente el cliente demanda. Una medida recomendable es establecer un canal de comunicación cliente-empresa por medios digitales o por entrevistas directas. Escuchar al cliente es una excelente forma para saber lo que este requiere y, por lo tanto, tener en existencia tus productos o servicios para poder vender eficientemente.

    En conclusión, para lograr y mantener continuamente el éxito empresarial de tu negocio, debes orientar tu pensamiento y el esfuerzo grupal a cumplir con eficacia el sentido del negocio. Establece en tu empresa la filosofía de cumplirlo y cree en ti, comparte tu visión y los demás lo harán. Hacerlo es una acertada estrategia para cimentar el éxito de la extensión material de tu pensamiento: tu negocio.

    3. ¿De qué depende que tu negocio sea exitoso?

    Depende de ti mismo, pues tú eres el componente vital de tu negocio. Eres quien más desea y le interesa lograr su crecimiento y continuidad. Eres el artífice de su éxito o fracaso. Ten claro que el éxito no llega tan sólo por desearlo, se causa con liderazgo y manejo de equipos; con administración eficiente de los recursos, disciplina, organización y filosofía de trabajo bien hecho; con orden, control y esfuerzo. Sobre todo, con decisiones y acciones acertadas: conscientes, inteligentes, sensatas, oportunas, congruentes con las circunstancias, acordes con el objetivo empresarial, con las problemáticas a resolver y los retos a superar.

    Como empresario tienes la responsabilidad de fijar el rumbo a seguir y la obligación de estructurar el negocio con una organización de orden y de control. Así como promover que el empleado sea consciente de la importancia de su función y su responsabilidad de cumplirla con cuidado, diligencia, honestidad y con actitud positiva. También es tu trabajo formar equipos que laboren armónica y eficientemente; identificar y desarrollar entre los empleados a sus líderes; darles confianza —a la vez exigirles—, para que resuelvan las problemáticas de su puesto, sin importar qué tan difíciles sean; establecer una política de capacitación y de mejora continua, tanto del elemento humano como de cada área, departamento o proceso de la empresa.

    Por supuesto que la respuesta a la pregunta ¿de qué depende el éxito de un negocio? abarca muchos factores, como son: un liderazgo estratégico, una dirección asertiva, proactiva y divergente, ubicación adecuada (en ciertos casos), precios justos y competitivos, servicio y atención eficiente, calidad de los productos y de los servicios prestados; una administración eficiente de los recursos, establecer políticas de orden y control, uso de presupuestos, administración con base en efectivo y objetivos; adaptarse a los cambios y nuevas circunstancias del mercado y de la interacción humana, los avances tecnológicos, capital suficiente, satisfacer la demanda del mercado (que requiere productos y servicios con un equilibrio entre calidad, servicio, precio e innovación); un buen margen de utilidad bruta, viabilidad de crecimiento y desarrollo dentro del mercado de consumo; fuentes apropiadas de financiamiento; un equipo de trabajo capacitado y comprometido, una estructura jurídica-fiscal-organizacional adecuada a sus características; una estrategia de comercialización y promoción eficaz (saber vender), toma de decisiones acertadas, y otros muchos elementos más que, en su conjunto, contribuyen al alcance del éxito empresarial.

    No obstante, el principal factor del éxito de tu negocio es tu pensamiento y la actitud o la disposición que tengas (positiva o negativa, divergente o convergente, de resiliencia o de bajo autocontrol, proactiva o pasiva, asertiva o conformista, etcétera), para liderar y administrar tu empresa, para enfrentar las vicisitudes y complicaciones que surjan en el día a día.

    Un elemento clave en el éxito de los negocios es el trabajo en equipo. Por ello, dentro de las responsabilidades de un líder está promover que las metas personales de cada miembro sean compatibles con los objetivos del equipo de trabajo y del negocio, siempre en el marco de una lealtad laboral. Una buena estrategia para lograr este fin es que promuevas tanto el crecimiento de la empresa, como el desarrollo de los empleados en lo económico y social, con el fin de establecer una base dual de progreso, que permita que puedan tener una vida digna en la medida de sus propias capacidades laborales y sus posibilidades económicas.

    Concientízate de que ser el dueño del negocio no te da, automáticamente, la posibilidad de ser un líder. Sólo te asegura su propiedad y el derecho a tomar las decisiones directivas que, dependiendo de tu capacidad, de tu sentido común y experiencia, de tu actitud y valores, así como de tus conocimientos y de la asesoría profesional con que cuentes, pueden ser acertadas o fallidas.

    A lo largo de la lectura de esta obra visualizarás varios de los elementos necesarios para administrar exitosamente un negocio. De ti depende que los desarrolles y que sean, en su conjunto una base de acciones que contribuya a una administración eficiente y al éxito empresarial.

    En conclusión, como dueño o director general de tu empresa, eres quien debe asumir la responsabilidad de lograr que cada uno de los componentes del éxito empresarial se materialice y coadyuve a que el negocio sea próspero y continuo. En la medida que dirijas tu tiempo y energía a ello, dentro de una esfera de actuación basada en disciplina, orden, control, planeación, visión, moralidad y ética; divergencia, justicia laboral y dirección asertiva, lo podrás lograr y a la vez evitar muchos de los sucesos que en la dinámica de los negocios son el resultado de la improvisación y de la entropía empresarial. Recuerda que para que un barco llegue a puerto seguro, no sólo se necesita un capitán diestro, también es necesaria una nave bien construida, un mapa de ruta, y una tripulación eficiente, leal y motivada.

    La improvisación no tiene cabida en el alcance del éxito, tampoco la falta de liderazgo y menos el descontrol. Sé un empresario consciente de lo que más importa y de lo que se debe hacer para alcanzar el éxito empresarial. De ti depende. ¿Estás dispuesto a hacerlo?

    4. El objetivo empresarial, más allá de la obtención de utilidades

    ¿Cuál es el objetivo empresarial? Si afirmas que es ganar dinero u obtener utilidades, tu aseveración no es del todo correcta. El significado de objetivo empresarial es más profundo y más amplio, que sólo lograr la obtención de ganancias. Si respondiste ganar dinero, te invito a que reflexiones tu respuesta, pues estás en riesgo de no canalizar tu esfuerzo y los recursos empresariales a su verdadera misión. Una empresa debe enfocar su administración a cumplir el objeto social para la que fue creada: proporcionar servicios que satisfagan la necesidad del cliente, mediante la venta o prestación de servicios específicos, dentro de una esfera de calidad y buena atención.

    Lo anterior es muy importante, porque no se debe confundir el deseo del propietario, o propietarios, de hacer dinero, con el verdadero objetivo empresarial. La confusión se da en virtud de que la pretensión del dueño(s) es la obtención de utilidades, pero esta no es la meta a la que debe enfocarse el esfuerzo directivo y colectivo. Las ganancias son una consecuencia operativa y no un fin por sí mismo; el objetivo empresarial está vinculado con la razón de ser del negocio, y la obtención de utilidades es consecuencia de lograrlo con eficacia.

    Para que comprendas mejor este tema, te invito a que analices el concepto de objetivo empresarial, y a que reflexiones sobre la importancia de darle una connotación más amplia a su significado en lo social y en lo empresarial:

    Satisfacer la necesidad del cliente obteniendo el máximo rendimiento sobre la inversión efectuada, después de pagar salarios justos, contribuir al gasto público y reinvertir lo necesario en el crecimiento económico y social de la empresa y de sus integrantes; dentro del marco de la responsabilidad social y el desarrollo sostenible.

    a. Satisfacer la necesidad del cliente

    Identificar las necesidades de un mercado potencial de clientes es el punto de partida para crear un negocio. Sean necesidades básicas o complejas, lo importante es tener la capacidad de complacer el requerimiento del mercado. Hacerlo con calidad, con buen servicio, buena ubicación (no necesariamente) o prestarlo en el lugar en donde se requiera con oportunidad, innovación y buen precio, es la diferencia.

    A veces, la estrategia comercial es crear en los clientes la necesidad de un artículo o servicio, cubriendo las expectativas o buscando mejorar las características de ellos, ya sea para hacer una tarea más fácil, más rápida, con mejor calidad, o simplemente para dar más comodidad al consumidor. La idea es ofrecer un producto o un servicio que sea atractivo al cliente —no necesariamente a menor precio—, y que este sea vendible.

    Anticipación y oportunidad son premisas claves para satisfacer la necesidad de un consumidor. El precio del producto o del servicio, la calidad, la ubicación del negocio (física o virtual) y la forma de venta, son variables relativas al tipo de mercado al que va dirigida la venta. Lo esencial es visualizar lo que requiere y puede consumir el mercado de clientes.

    Satisfacer la necesidad del cliente es el cometido de realización que le da sentido de existencia a un negocio y es la mejor estrategia para generar ingresos por ventas.

    b. Obtener el máximo rendimiento sobre la inversión efectuada

    El término capital se refiere al recurso aportado por el(los) propietario(s) de un negocio —en dinero o en bienes—, con el fin de sufragar las erogaciones inherentes a su operación, tales como: inversiones preoperativas y de organización, infraestructura de equipos diversos (bienes muebles e inmuebles), inversiones

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