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Sin miedo a la fotografía: La guía definitiva
Sin miedo a la fotografía: La guía definitiva
Sin miedo a la fotografía: La guía definitiva
Libro electrónico912 páginas11 horas

Sin miedo a la fotografía: La guía definitiva

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Sin miedo a la fotografía es una obra didáctica pensada y creada no solo para el fotógrafo que empieza y quiere disponer de una buena base, sino también para aquel que desea ampliar y profundizar en sus conocimientos fotográficos. Se trata de un libro planteado como un curso de fotografía, con numerosas imágenes de ejemplo, gráficas ilustrativas y tareas propuestas, que también se puede usar como manual de consulta.

En sus páginas podemos encontrar explicaciones precisas y consejos aplicados a la fotografía, desde la planificación a la edición y el tratamiento posterior de las imágenes, pasando por las cuatro acciones básicas de la toma: composición, exposición, enfoque y disparo.

Una obra completa en la que apoyarte para tu aprendizaje, partiendo de los primeros pasos con la cámara hasta la creación de las imágenes más elaboradas, de la mano de Jose Antonio Fernández y Rosa Isabel Vázquez, dos fotógrafos con una gran experiencia docente y autores de varias publicaciones didácticas que se han convertido en libros de referencia, como Sin miedo al flash, Sin miedo al retrato y El proyecto fotográfico personal.

Sin duda, la guía definitiva para aprender fotografía, una obra de consulta para disfrutar del arte y toda la técnica del atractivo mundo de la imagen.

ÍNDICE
Introducción
Para empezar
Planificar la salida
Las cuatro acciones de la toma fotográfica
Tomar decisiones compositivas
Primeros pasos, el enfoque y el disparo
Primera aproximación a la exposición
Medición de luz y los filtros para la cámara
El flash de mano
Revisión de la imagen en el momento de la toma
Después de la toma fotográfica
IdiomaEspañol
EditorialJdeJ Editores
Fecha de lanzamiento9 nov 2022
ISBN9788412433869
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    Vista previa del libro

    Sin miedo a la fotografía - Rosa Isabel Vázquez

    CAPÍTULO 1

    Introducción

    Las fotografías abren puertas al pasado, pero también permiten echar un vistazo al futuro.

    Sally Mann

    Pasión por la fotografía

    Si viajamos hacia atrás en el tiempo y volvemos a la época en la que la representación más cercana a la realidad que existía era la pintura, podemos hacernos una idea de la fascinación que debió producir en aquellas personas la primera fotografía que vieron. Aunque parezca que ha pasado mucho tiempo, si lo pensamos un poco, la fotografía es una invención relativamente reciente, aunque ha sido en estos últimos años, con el cambio radical que se ha experimentado en la evolución tecnológica, cuando este arte se ha convertido en parte fundamental de las transformaciones producidas en la sociedad. Solamente hay que observar redes sociales, como Instagram, en las que la fotografía es el eje central.

    Al inicio de la fotografía, esta disciplina estaba reservada únicamente a aquellos eruditos que, de manera artesanal y casi científica, eran capaces de realizar complicados procedimientos, empleando equipos complejos que no facilitaban el proceso. Más tarde, fabricantes como Kodak acercaron la tecnología a personas menos conocedoras de la técnica, creando cámaras de fotos más fáciles de usar. Con la llegada de la era digital, la fotografía se democratizó completamente e incluso se masificó gracias a la incorporación de cámaras fotográficas en los teléfonos móviles. Hoy, el número de imágenes que cada uno de nosotros ve a lo largo de un día puede resultar abrumador.

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    La primera versión de la Kodak Brownie se comercializó en febrero de 1900 bajo el lema Usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto, pues estaba destinada a un público que no necesitaba conocimientos fotográficos. Este modelo de cámara se fabricó durante más de ocho décadas casi sin alteraciones en su diseño.

    Este uso intensivo y masivo de la fotografía por gran parte de la población ha generado que el espíritu de perfección, ilusión y especialización en la materia no solo se haya mantenido intacto en muchas personas, sino que, además, el número de adeptos a esta disciplina ha ido aumentando progresivamente.

    La ilusión del fotógrafo

    Un buen día, te despiertas pensando que te gustaría hacer mejores fotos. Sientes que muchas de las imágenes que ves o imaginas deben ser retenidas en una fotografía y observas que lo que disparas con tu teléfono móvil no es suficiente o no es lo que tú esperas, porque la herramienta se te ha quedado pequeña. Entonces, decides hacerte con un equipo fotográfico, una cámara, es decir, un artilugio que está pensado exclusivamente para retener estas imágenes. Ahora que la ilusión te embarga, te das cuenta de que, para sacar el máximo partido a esto de la fotografía, debes, no solamente aprender a buscar, construir o seleccionar los momentos o escenas más apropiados (siempre con la luz como telón de fondo), sino también a dominar, manejar y entender el instrumento que transformará esas escenas en fotografías: tu cámara de fotos.

    En la elaboración de toda fotografía, hay tres elementos que deben existir y relacionarse. El primero es el director, la persona, un fotógrafo o fotógrafa con inquietud que quiere dejar plasmada una imagen y que toma todas las decisiones. El segundo es la luz, es decir, la materia prima que consigue que esta imagen sea visible. Y el tercer elemento es la cámara de fotos, la herramienta con la que la persona capta la luz para que la imagen quede representada en un archivo, en nuestro caso, digital o en papel.

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    Imagen de la red social Instagram en la que el contenido gira en torno a las fotografías.

    Cómo debería ser tu cámara de fotos

    Este libro está pensado para que trabajes con una cámara de fotos que te permita realizar las configuraciones de manera manual. Puede ser una réflex, una cámara sin espejo o, incluso, una de formato medio o una compacta, pero debe tener la posibilidad de modo de exposición manual (puedes consultarlo en tu manual de instrucciones). El manejo del equipo en modo manual supone una herramienta de control por parte del fotógrafo y, sin embargo, suele ser algo que, para algunas personas, se convierte en una barrera difícil de franquear. A lo largo de la lectura de este libro y siguiendo unos pasos sencillos, comprobarás cómo las cosas son mucho más fáciles de lo que parecen.

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    En muchas cámaras, existe una rueda con modos de exposición. El modo de exposición manual, en este caso señalado con la letra M, permite un mayor control al fotógrafo.

    Para abordar este proyecto didáctico, lo mejor es empezar de cero, aunque, sin embargo, vamos a establecer un nivel de detalle elevado en cada una de las secciones y contenidos. De esta manera, hasta los fotógrafos profesionales o más avanzados pueden encontrar aspectos nuevos que resulten de interés. Si acabas de comprarte una cámara y aún no sabes cómo funciona, te encuentras en una situación privilegiada; si eres un fotógrafo que ya sabe trabajar con ella, mi consejo es que realices la lectura olvidando todo lo que has aprendido y redescubriendo cada concepto. Una mentalidad abierta siempre ofrecerá una mayor capacidad para entender y asimilar lo desconocido. Además, aunque mi recomendación es realizar una lectura lineal, si lo consideras oportuno, puedes saltarte materias y buscar en el índice aquello que te resulte interesante para de esta manera, realizar una lectura selectiva.

    Cómo está escrito este libro

    Llevamos muchos años dedicados a la docencia y si hay algo que hemos aprendido es que la construcción de cualquier proyecto didáctico, y este libro lo es, debe tener un objetivo general muy claro y una estructura de contenidos con una coherencia y orden adaptado y pensado para el alumno. Nuestro deseo es que, a través de este libro, aprendas, como un estudiante más, a fotografiar, y que adquieras seguridad en tus acciones y control sobre el resultado; que te sientas tan cómodo y capaz de hacer fotos que, al final, logres que la cámara se convierta en una parte más de ti.

    Partiendo de este objetivo y de acuerdo a los tiempos que corren, el libro está adaptado y pensado para el mundo digital. Aunque la base de la fotografía no ha cambiado y es igual para aquellos que trabajan en analógico, ahora disponemos de algunas herramientas que antes no teníamos, por lo que es posible que la metodología de trabajo en algunas de nuestras acciones, con el uso de los equipos digitales, se lleve a cabo de manera diferente.

    Para poder realizar una lectura clara, se ha pensado en el proceso fotográfico de la manera más completa y detallada posible, estableciendo tres momentos clave:

    ▪ LA FASE PREVIA A LA TOMA FOTOGRÁFICA

    Aquí haremos un análisis de todo aquello que deberías tener en cuenta antes de ponerte a disparar las fotografías, como es la elaboración de la idea, la elección del equipo, la planificación de la salida, etcétera. Como ocurre en todas las disciplinas, no todo se reduce a la acción, sino que una buena previsión hará que tus resultados sean, no solo más controlados, sino más efectivos.

    ▪ LA FASE DE LA TOMA FOTOGRÁFICA

    Para una mayor comprensión de esta fase, se han creado cuatro tipologías basadas en las cuatro acciones básicas que realiza toda persona que toma una fotografía: componer, exponer, enfocar y disparar. Esto te ayudará a mantener un mayor control sobre el punto en el que te encuentras durante la lectura y evitará que se mezclen determinados conceptos. La fase de la toma fotográfica es, quizá, la que puede parecer más interesante; sin embargo, debes pensar que solo se trata de la ejecución. Como ya hemos visto, existe una fase de preparación previa muy importante, pero también deberás realizar más pasos después que te ayudarán a llegar a unos mejores resultados.

    illustrationillustration

    ▪ LA FASE POSTERIOR A LA TOMA FOTOGRÁFICA

    Una vez realizadas las fotos debemos ser capaces de seleccionar, clasificar y revelar nuestras imágenes para después darles salida, ya sea digital o impresa en papel. Todo este proceso, con la época digital, se ha vuelto más sencillo de lo que era antes, pero también más importante y lleno de matices.

    Nuestro consejo como docentes es que te impliques en cada una de estas fases al máximo nivel, dediques el tiempo que sea necesario a adquirir los conocimientos que harán de ti un mejor fotógrafo o fotógrafa y que, por supuesto, disfrutes de todo el proceso. Al final, se trata de un trabajo que implica esfuerzo y dedicación, pero también de un acto creativo y bonito que nos dará muchas satisfacciones.

    TAREA

    Revisa tu cámara de fotos y comprueba que dispone de un modo de exposición manual. Puedes buscar información en tu manual de instrucciones y leer cómo funciona. No te preocupes si todavía no sabes usarlo porque, a lo largo de la lectura, lo vas a dominar.

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    CAPÍTULO 2

    Para empezar

    AL FINALIZAR ESTE CAPÍTULO, HABRÁS APRENDIDO:

    •Qué es una cámara oscura

    •Por qué hay diferentes tipos de objetivos y para qué sirve cada uno

    •Cómo funciona un obturador

    •Para qué sirve el diafragma

    •Qué son los megapíxeles

    •Qué es el sistema RGB

    •Para qué sirve el balance de blancos

    •Qué son los bits en una fotografía digital

    •Qué es la resolución de un dispositivo

    •Cómo funciona el sensor de la cámara

    •Qué es un archivo RAW

    •Los diferentes tipos de cámaras

    La cámara de fotos

    ▪ LA CÁMARA OSCURA

    Te voy a hacer una propuesta. Adquiere una parcela de tierra en un lugar en el que tengas una hermosa vista. Ahora construye, como si de una habitación se tratase, un cubo de madera completamente cerrado de unos 3 metros de ancho por 3 metros de largo, con una altura de unos 2 metros. Después, coloca una puerta totalmente estanca para que no entre nada de luz, de manera que, una vez dentro de este cubo, te encuentres totalmente a oscuras. En una de las paredes realiza un pequeño orificio por el que puedas observar el precioso paisaje del exterior. Sitúate a un lado y observa cómo esa bonita imagen aparece proyectada, de manera invertida tanto horizontal como verticalmente, en la pared opuesta a la del agujero. Acabas de construir una cámara oscura.

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    Ilustración de una cámara oscura similar a la que acabas de construir.

    Aunque podemos emplazar el nacimiento de la cámara oscura en China en el siglo V a. de C., cuando el filósofo Mozi (Mo Di o Mo Ti) habla de la Sala del tesoro cerrada y describe la imagen invertida al pasar por un orificio, no es hasta el Renacimiento cuando encontramos la primera descripción completa e ilustrada sobre su funcionamiento en los manuscritos de Leonardo da Vinci.

    Debido a la dificultad de su uso, hacia la segunda mitad del siglo XVII se inventa una mesa de dibujo portátil, basada en el mismo fenómeno, que incorpora una lente para conseguir una proyección de la imagen más nítida. Este artilugio fue utilizado durante varios siglos por artistas pintores para recabar apuntes de la perspectiva con bastante precisión.

    La cámara oscura incluso se ha llegado a construir como una atracción turística. Puedes visitar, por ejemplo, en Cádiz (España), la famosa y moderna instalación de la Torre Tavira y deleitarte con las vistas de la ciudad.

    A pesar de que el dibujo fue durante largo tiempo la disciplina empleada para materializar aquello que la cámara oscura mostraba, el deseo de conseguir que la imagen proyectada quedase de alguna forma fijada en un soporte de manera automática y permanente generó diversas investigaciones en las que se experimentó con sustancias químicas sensibles a la luz. Estos descubrimientos desembocaron en el nacimiento de la fotografía. Mucho más tarde, con la llegada de la era digital, se crearon los primeros sensores CCD y CMOS que no hacían otra cosa que convertir la luz en datos informáticos y en imágenes formadas por píxeles.

    ▪ LA CÁMARA DE FOTOS

    Una cámara de fotos es una caja estanca y oscura con un pequeño orificio por el que penetra la luz de una manera controlada. La palabra cámara es una herencia de la cámara oscura de la que antes hemos hablado, precursora de la fotografía. Básicamente, la principal diferencia entre el cubo de madera que has construido en el campo y tu máquina de fotos es que la segunda tiene, obviamente, un menor tamaño. La tecnología evoluciona, pero el comportamiento de la luz sigue los mismos principios que antaño sirvieron para la cámara oscura. Sin embargo, tu cámara de fotos tiene algunas características que la hacen especial.

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    ▪ CUERPO DE CÁMARA Y OBJETIVO

    Una cámara de fotos moderna tiene dos partes bien diferenciadas: el cuerpo y el objetivo o lente. De hecho, en muchos de los equipos actuales, estas dos partes se separan y combinan. Objetivo y cuerpo se complementan para otorgar al fotógrafo un mayor control sobre el resultado de la imagen.

    Volviendo al ejemplo de la cámara oscura, tu habitación de madera solo dispone de un orificio por el que pasa la luz y, por tanto, esta luz entra en la estancia y, a medida que la pared opuesta a este agujero se aleja, la imagen se va haciendo cada vez menos nítida y más grande. En realidad, si colocáramos un objetivo con las lentes de cristal apropiadas en este pequeño hueco de la caja de madera, probablemente conseguiríamos una mayor nitidez de la imagen en la pared.

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    La mayoría de las cámaras medianamente avanzadas permiten la combinación con diferentes objetivos mediante una montura.

    ▪ EL SENSOR DIGITAL DE LA CÁMARA

    El cuerpo de tu cámara, como ya habrás adivinado, es la habitación de madera, un lugar estanco en el que entra la luz cada vez que realizamos una fotografía. En él, se aloja un dispositivo sensible a esta luz que capta las imágenes y las transforma en información digital. Algo así, como si colocáramos, en la pared en la que se proyectaba el paisaje de nuestra cámara oscura, una lámina que reacciona a la luz y que deja impresionada y fija esa imagen proyectada. Este dispositivo, denominado sensor, es una de las partes más importantes. Según el modelo de cámara que tengamos, este sensor puede ser de mayores o menores dimensiones. Un poco más adelante hablaremos de la importancia de este tamaño.

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    El sensor digital es el encargado de recibir la luz, captarla y enviarla transformada en información digital. Se trata de la equivalencia digital al negativo de la película analógica.

    ▪ OTROS ELEMENTOS ALOJADOS EN EL CUERPO DE LA CÁMARA

    En el cuerpo se alojan también otras partes importantes que debemos conocer:

    •Los controles principales para manejar parámetros, es decir, los botones o ruedas de control con los que trabajamos ciertas decisiones fotográficas. Suelen situarse por todo el cuerpo de la cámara pero, principalmente, se ubican en la parte de atrás y superior (arriba). Si aún no sabes para qué sirven, no te preocupes, poco a poco los iremos estudiando.

    •La tarjeta de memoria en la que se grabarán las imágenes una vez convertidas, alojada en algún compartimento de la cámara. En algunos modelos, se pueden insertar dos tarjetas, bien para duplicar los archivos, por seguridad, o para aumentar la capacidad.

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    Introducción de una tarjeta de memoria CompactFlash en la cámara.

    •La pantalla digital LCD para ver las fotografías o realizarlas. Está situada en la parte de atrás y, en algunos modelos, es abatible, se puede mover o voltear para, por ejemplo, realizar selfis o visualizar de una manera más cómoda cuando la cámara se sitúa en una posición más baja o más alta que la de nuestros ojos.

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    Una pantalla abatible permite una mayor comodidad a la hora de realizar un ángulo de toma bajo o alto.

    •El visor ocular. Sirve para observar y componer a la hora de fotografiar y, en el caso de que sea digital, también se puede emplear para visualizar las fotos realizadas. En una cámara réflex (luego hablaremos de las características de este tipo de cámaras), el visor óptico muestra una imagen real, una vez que pasa por el objetivo. En cámaras sin espejo (de las que también hablaremos más adelante), este visor es digital. En algunas cámaras compactas, se trata de una ventanita óptica independiente, aunque esto es casi una reminiscencia de la era analógica. Algunos modelos no lo incorporan, por lo que en ellos se utiliza únicamente la pantalla LCD. En muchas cámaras, el visor ocular dispone de un ajuste dióptrico que permite adaptar la visión a un cierto grado de miopía y astigmatismo. La mayoría de las veces, este ajuste es una pequeña rueda o botón deslizante situado muy cerca del visor.

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    El ajuste dióptrico del visor ocular permite que los fotógrafos puedan optar por no usar gafas para realizar fotografías.

    Cómo utilizar el ajuste dióptrico de la cámara

    Coloca tu ojo en el visor óptico y pulsa ligeramente el botón de disparo de la cámara, verás que aparecen una serie de datos numéricos, normalmente en la parte inferior. Mueve la rueda o el control del ajuste dióptrico, con cuidado de no meterte el dedo en el ojo, hasta que puedas ver estos datos numéricos de la manera más nítida posible.

    ▪ EL OBTURADOR

    Otra pieza importante situada en el cuerpo en la mayoría de las cámaras es el obturador de plano focal, un mecanismo compuesto por dos cortinillas o compuertas que se abren y cierran. Lo más probable es que no puedas verlo, pues se encuentra en el interior, delante del sensor digital. Fundamental en nuestro proceso fotográfico, el obturador deja pasar la luz hacia el sensor una mayor o menor cantidad de tiempo, con el fin de conseguir una correcta exposición; es decir, con una adecuada regulación del mismo se logra que no llegue ni poca ni demasiada luz, sino la justa para que la foto aparezca bien expuesta.

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    El obturador de plano focal es un mecanismo que deja pasar la luz al sensor durante más o menos tiempo.

    Diferentes tipos de obturador

    •Obturador de plano focal: situado delante del sensor, está compuesto de dos cortinillas. La primera abre y deja pasar la luz al sensor; la segunda es la encargada de cerrar.

    •Obturador electrónico: los teléfonos móviles y algunas cámaras compactas no disponen de obturador de plano focal. En su lugar, tienen un obturador electrónico que realiza la misma función, pero sin ser un aparato mecánico. Otros modelos, como las cámaras sin espejo, disponen de los dos tipos, mecánico y electrónico, de forma que el usuario puede elegir con cuál trabajar.

    •Obturador central: lo suelen tener las cámaras técnicas y algunas de formato medio. En lugar de estar situado en el cuerpo, se aloja en el objetivo y su mecanismo es similar al de un diafragma, es decir, consta de unas láminas colocadas de tal manera que generan un orificio que se abre desde el centro a los extremos, de forma radial, durante un tiempo determinado.

    •Otros obturadores: también existen otros modelos de obturador, como el de hoja simple o el obturador de rotación. Algunos de ellos fueron creados para la cinematografía.

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    Algunos objetivos de medio formato disponen de obturador central, en este caso, las siglas LS (Leaf Shutter) y el icono (parecido a un diafragma) así lo indican.

    ▪ EL OBJETIVO O LENTE

    El objetivo es el dispositivo por el que pasa la luz antes de llegar al cuerpo de la cámara. Se compone, básicamente, de un conjunto de lentes de cristal que se desplazan hacia adelante y hacia atrás para enfocar, así como de un diafragma. Todos los objetivos tienen un ángulo de visión, es decir, son capaces de captar un campo determinado (el encuadre que vemos por el visor). En algunos, este campo es variable, girando un anillo situado en la parte externa del objetivo. Esto quiere decir que si, por ejemplo, estamos ante una escena campestre, podremos ver un encuadre completo de un paisaje montañoso o solamente uno de los picos de una de las montañas, según giremos este anillo. Los objetivos con ángulo de visión variable se denominan objetivos o focales zoom y los que tienen un solo ángulo, objetivos o focales fijas. Los objetivos zoom también disponen, además de las lentes para enfocar, de otras para cambiar este ángulo de visión y, por ende, la forma de la imagen. En algunos objetivos se alojan ciertos botones que sirven para activar o desactivar funciones como el autofoco o el estabilizador de imagen.

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    El objetivo zoom de la izquierda dispone de dos anillas, una de ellas para el enfoque manual, la otra para el cambio de distancia focal; la de la derecha es una lente fija, solo dispone de anilla de enfoque.

    El ángulo de visión de los objetivos

    El ángulo o campo de visión de una focal se corresponde con la zona que podemos ver y, por tanto, fotografiar. En los objetivos más angulares, el campo de visión es más abierto, pudiendo llegar, en casos extremos (como ocurre con las lentes ojo de pez), a los 180° de visión. Los objetivos con ángulos de visión estrecho, denominados teleobjetivos, permiten obtener un encuadre en el que ampliamos de tamaño aquellos sujetos que se encuentran más lejanos. La manera clásica de nombrar a los objetivos según el ángulo de visión es utilizando los milímetros a los que se encuentra el diafragma del plano focal, es decir, del sensor. Por ejemplo, un 24 mm o un 200 mm. Cuanto menor es el número en milímetros, la lente es más angular y, por tanto, dispone de un campo de visión mayor; cuanto mayor es el número, la lente es más tele y su campo de visión, más reducido.

    TAREA

    Localiza en tu cámara las siguientes partes o componentes:

    •Cuerpo de cámara

    •Objetivo

    •Visor ocular

    •Pantalla LCD

    •Compartimento para batería

    •Ranura para tarjeta/s de memoria

    Comprueba si tu cámara permite la opción de objetivos intercambiables. Si es así, averigua cómo extraerlos y colocarlos de nuevo.

    ▪ EL DIAFRAGMA

    En el interior del objetivo se aloja otra pieza importante: el diafragma que se encarga de que el orificio por donde entra la luz sea más grande o más pequeño, aumentando o disminuyendo su diámetro y generando así un mayor o menor flujo de luz hacia el sensor. No debemos confundir el diafragma, situado en el objetivo, con el obturador de plano focal, situado en el cuerpo de la cámara. Los dos dispositivos regulan el flujo de entrada de la luz hacia el sensor, pero el primero lo hace mediante un diámetro de orificio mayor o menor y el segundo, regulando el tiempo que entra la luz.

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    En el interior del objetivo se encuentra alojado el diafragma, en este caso es visible porque se ha extraído de la cámara mientras se pulsaba el botón de previsualización de la profundidad de campo.

    El diafragma

    El diafragma es una de las partes de la cámara más importantes para el proceso fotográfico. Se trata de un conjunto de laminillas colocadas de manera radial que permiten combinaciones de orificios de diámetros mayores o menores con el fin de generar un mayor o menor flujo de luz hacia el sensor. El número de laminillas del diafragma condiciona la forma del orificio.

    ▪ CONCLUSIONES

    Aunque pueda parecerte que saber algunas de las partes que componen una cámara es algo que probablemente no sea del todo necesario para realizar fotografías, lo cierto es que ayuda a entender mucho mejor todo el proceso fotográfico. No hay que ser mecánico de automóviles para saber conducir, pero quizá sí es importante saber dónde se encuentra la batería, el líquido anticongelante o los fusibles porque, en un momento determinado, nos puede ser muy útil.

    La manera en la que trabaja una cámara no ha cambiado, en esencia, desde sus orígenes hasta nuestros días. La tecnología ha evolucionado para que todo este proceso sea cada vez más efectivo, sencillo y rápido. Sin embargo, estos avances han generado también una necesidad de adaptación por parte del fotógrafo. Este proceso de aprendizaje continuo se hace más sencillo si previamente hemos entendido la base del funcionamiento fotográfico de nuestra cámara.

    Un poco de información digital relacionada con nuestra cámara

    ▪ INTRODUCCIÓN

    Dado que, en la actualidad, prácticamente toda la oferta fotográfica se basa en equipos digitales, conviene estudiar algunas nociones técnicas que nos ayudarán a comprender el proceso fotográfico actual y servirán de base para futuros conocimientos. También es interesante que te familiarices y entiendas algunas de las especificaciones de la cámara relacionadas con aspectos digitales; es posible, incluso, que te ayuden a decidirte por un equipo u otro, si estás pensando en adquirir uno nuevo.

    Lo cierto es que, a día de hoy, la teoría digital se ha vuelto uno de los pilares fundamentales para la comprensión de los conocimientos fotográficos, al igual que ocurre con otras disciplinas como el vídeo o el audio. No tienes por qué ser un experto en la materia, pero sí es muy recomendable poseer unas nociones básicas para poder defenderte.

    Aunque este capítulo seguro que será interesante para aquellos que ya están más familiarizados con el mundo fotográfico, es posible que pueda resultar algo complejo para algunas personas que estén empezando de cero. Si ves que este es tu caso, no te preocupes, pues podrás volver a él cuando lo consideres oportuno. En cualquier caso, sea cual sea tu situación, te animo a que leas lo que viene a continuación y que trates de comprenderlo lo mejor posible. Si finalmente ves que te resulta complicado, siempre puedes retomarlo más adelante.

    ▪ ¿CUÁNTOS MEGAPÍXELES DEBE TENER MI CÁMARA?

    En las especificaciones técnicas de nuestra cámara, hay un dato que resulta interesante: el número de megapíxeles. Aunque no siempre es algo relevante, los diferentes modelos ofrecen un número mayor o menor y, pese a que en general, más megapíxeles se asocia con una cámara de mejores prestaciones y, por tanto, más cara, no siempre es así. Un megapíxel es un millón de píxeles, esto quiere decir que un equipo de 24 megapíxeles está formado por 24 millones de píxeles, pero ¿qué es un píxel?

    El sensor del que ya hemos hablado está compuesto por millones de componentes sensibles a la luz, denominados fotodiodos. Cada uno de ellos transforma la información de luz que le llega en una información digital, con el fin de construir un píxel, que es, ni más ni menos, que un cuadradito con un color, es decir, la unidad más pequeña de información tonal que podemos encontrar en una imagen digital. Todas las fotos digitales que nuestra cámara crea están formadas por un gran número de estos píxeles, como si se tratase de un mosaico griego compuesto de pequeñas piezas cuadradas de piedra. Cada una de las piedrecitas de este mosaico es un píxel.

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    El píxel

    Un píxel es la unidad más pequeña de información que contiene una imagen digital.

    Cada píxel solo puede contener un valor de color y brillo, por ejemplo, color rojo muy oscuro. Esto significa que cada píxel solo puede contener un color, esto es, no puede ser rojo en una parte y verde en otra; de igual forma, tampoco puede presentar un brillo degradado, esto es, más claro en una zona y más oscuro en otra.

    Cuantos más megapíxeles (millones de píxeles) tenga tu cámara, más piedrecitas tendrá el mosaico, por lo que, a la hora de visualizar las fotografías en un dispositivo digital, podrás comprobar que, al ampliar la imagen, eres capaz de ver más de cerca los detalles. Por otro lado, si lo que quieres es imprimirla en un papel, descubrirás que puedes realizar copias de mayor tamaño. Aunque parezca mentira, las imágenes que vemos impresas, también están formadas por estos cuadraditos, pero son tan pequeños que no los percibimos. Hoy día, casi todas las cámaras medianamente avanzadas del mercado tienen un número de megapíxeles más que suficientes como para poder hacer copias impresas relativamente grandes; por ejemplo, en un DIN-A3. A no ser que tengas pensado realizar trabajos de publicidad, en los que las fotografías se vayan a usar para carteles gigantescos que cubran edificios, cualquiera de las prestaciones de una cámara media serán más que suficientes.

    Si abrimos una fotografía en un programa informático, como Adobe Photoshop, y ampliamos la imagen al máximo, podemos observar los cuadraditos que conforman la foto, los píxeles.

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    En este detalle de una imagen ampliada con Phtoshop a 3200 %, se pueden apreciar los píxeles y cómo cada uno de ellos adopta únicamente un color y un valor de brillo.

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    Averigua cuántos megapíxeles tiene tu cámara. Puedes encontrar esta información en el menú, en el manual de instrucciones o investigando en internet.

    ¿Cuántos píxeles de ancho por alto se generan en tus imágenes?

    ▪ EL SISTEMA RGB, EL COLOR DE CADA PÍXEL

    Dado que hemos empezado a hablar de los píxeles, es importante entender cómo funciona el color en los equipos digitales. Las imágenes digitales se basan en una construcción del color aditiva, es decir, una interpretación mediante la suma y combinación de tres canales de color (rojo, verde y azul). Estamos hablando de las famosas siglas RGB (red, green y blue). El modelo RGB se basa en luz o luminosidad porque los archivos se visualizan en dispositivos que utilizan esta luz para mostrar las imágenes, por ejemplo, una pantalla de ordenador, un televisor, un teléfono móvil, un proyector o, incluso, en la propia pantalla digital de la cámara. Estos dispositivos contienen pequeños cuadrados luminosos que pueden representar a cada uno de los píxeles de nuestra fotografía (si te acercas mucho al monitor de tu ordenador, lo podrás observar).

    Los modelos principales de color: RGB y CMYK

    Existen dos modelos principales, según el dispositivo usado, para representar los colores de las imágenes.

    •RGB: se trata de un método aditivo (por suma de colores) basado en luz, en el que, a partir del rojo, verde y azul, se obtiene el resto de colores. La suma de los tres, en su valor más brillante y menos saturado, da como resultado el blanco; por el contrario, la ausencia de todos ellos, da el negro. Los dispositivos basados en luminosidad como las pantallas de ordenador, televisores o proyectores de cine, utilizan el modelo RGB.

    •CMYK: se trata de un modelo sustractivo basado en tintas. El acrónimo hace referencia a los colores, en inglés, cian, magenta, amarillo y negro. Se utiliza la letra K en lugar de la B de black porque esta corresponde a la palabra key plate , utilizada en la impresión para el detalle artístico, generalmente en color negro. De esta manera, también ayuda a diferenciarlo de la letra B del azul del modelo RGB. Las impresiones sobre papel se realizan con dispositivos, como por ejemplo impresoras, que utilizan el modelo CMYK. Al contrario del RGB, la suma de los cuatro colores da como resultado el negro y su ausencia, el blanco.

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    En el modelo RGB, como ya hemos mencionado, para formar los colores de cada píxel, se vierte una cierta cantidad de luz roja, otra de verde y otra de azul. Si las cantidades son idénticas, es decir, en la misma proporción, aparecerá un tono neutro, o sea, gris, blanco o negro; sin embargo, una mayor cantidad de, por ejemplo, luz roja, hace que el color sea más cálido. Cantidades de luz mayores generan colores más brillantes o claros; cantidades menores, colores más oscuros.

    Dado que la composición del color, en nuestra cámara digital, está directamente relacionada con la luz, conviene prestar atención a algunos términos y conceptos que veremos a continuación.

    ▪ EL COLOR DE LA LUZ Y DE LAS COSAS

    La luz es la encargada de mostrarnos los colores de las cosas y, por tanto, también es la materia prima de la fotografía y la que genera los colores en las imágenes. Una luz blanca contiene la información de todo el resto de colores. De esta manera, el sol al mediodía, que es cuando emite una luz más blanca, emana rayos de luz que contienen todos los colores que forman el espectro lumínico (el rango de colores que el ser humano es capaz de ver).

    Cuando la luz del sol impacta sobre un tomate, este absorbe todos los colores y refleja únicamente el rojo, por eso lo vemos, precisamente, de ese color. Cuando el sol ilumina un folio blanco, este refleja prácticamente la totalidad de los colores, por eso lo vemos blanco (la suma de todos ellos). Sin embargo, cuando la luz no es del todo blanca, por ejemplo, la del sol en horas crepusculares, los colores de las cosas no se perciben igual: el folio que antes veíamos blanco, ahora aparece ligeramente anaranjado. Dicho fenómeno se conoce como dominante de la luz y ocurre cuando esta no es totalmente neutra y genera una predominancia hacia uno de los colores del espectro lumínico, por lo general, hacia tonos cálidos/anaranjados o fríos/azulados.

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    El tomate absorbe todos los colores de la luz menos el rojo; por eso, lo vemos de ese color.

    ▪ LOS KELVIN Y LA DOMINANCIA DEL COLOR DE LA LUZ:

    Para poder cuantificar la dominancia del color de la luz hacia tonos cálidos y fríos, se estableció un paralelismo entre temperatura de calor y temperatura de color. Para ello, se calentó un cuerpo sólido negro a diferentes grados kelvin de temperatura y, según el material iba adoptando diferentes colores, se fueron determinando los kelvin de color. Así, cuando el material se volvía blanco, la temperatura de calor era de unos 5500 kelvin, cuando esta temperatura era menor, el material se tornaba más rojo, y cuando era mayor, más azulado.

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    La temperatura de color es la dominancia producida en la luz de alguno de los colores del espectro lumínico sobre los demás, de modo que altera el color blanco hacia el rojo o hacia el azul en dicho espectro. La escala de temperatura de color representa las diferentes dominantes que puede adoptar una luz entre un tono cálido y otro frío y que pueden corresponder a diferentes situaciones lumínicas.

    De esta manera, se estableció la denominada escala de temperatura de color en la que se marca un paralelismo entre el color de la luz y el color del material sólido negro calentado a diferentes grados kelvin.

    Una luz neutra, como puede ser la de un foco de estudio o la de una lámpara de led de cine, ilumina a los objetos y a las escenas sin alterar los colores, porque no tiene una dominante de color. Una bombilla incandescente, por el contrario, sí tiene una dominante, en este caso, anaranjada, por lo que, al iluminar, por ejemplo, un folio blanco, este adoptará también esa dominante naranja.

    Cuando adquirimos una bombilla led en una ferretería, en ocasiones, podemos seleccionar diferentes modelos con diferentes variaciones de temperatura de color. Estas variaciones vienen expresadas en kelvin, al igual que ocurre con los equipos de iluminación profesionales. La tonalidad de la bombilla puede ser más o menos cálida, neutra e incluso azulada. A medida que el valor kelvin que viene en las especificaciones de la bombilla es mayor, la luz es más fría o azulada, por ejemplo, de 6000 kelvin; por el contrario, un led cálido suele ser de unos 3500 kelvin y un led neutro es de 5500 kelvin, aproximadamente.

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    En la información del LED se especifica la temperatura de color, en este caso 3200 kelvin.

    En el caso de la luz natural, la dominante del color del sol varía a lo largo del día, debido a la inclinación con que los rayos solares inciden en la atmósfera. Al mediodía, al caer verticales, todos los rayos refractan por igual y la luz aparece blanca o neutra, muy parecida a la del foco led de cine del que antes hablábamos. La luz del sol y de cualquier fuente de luz artificial está formada por radiaciones de distinto tipo que generan dominantes más cálidas o frías pero que, en una proporción equilibrada, por ejemplo, cuando el sol está en el cenit, pueden generar luces neutras. En horas crepusculares, los rayos del sol inciden de forma oblicua, teniendo que realizar un trayecto más largo y atravesar una capa más gruesa de aire y partículas, como polen y polvo. Las radiaciones más cortas, las que generan dominantes más azules o frías, descienden rápidamente hacia el suelo porque no son capaces de atravesar las partículas que hay en el aire. Las rojas, sin embargo, sufren una menor refracción y son capaces de llegar más lejos. Por eso el cielo aparece más cálido al amanecer o al atardecer; es el resultado de una mayor proporción de radiaciones cálidas con respecto a las frías.

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    El cielo de este paisaje agrícola aparece anaranjado porque las radiaciones predominantes corresponden a los colores más cálidos, pues estos tienen mayor capacidad de atravesar las partículas del aire y de la atmósfera en horas crepusculares.

    ▪ LA CORRECCIÓN DE LA DOMINANTE DE COLOR, EL EQUILIBRIO DE BLANCOS DE LA CÁMARA

    Dado que la dominancia de la luz que ilumina a los objetos, personas o escenas altera la manera en la que las percibimos, el cerebro humano tiene un mecanismo de corrección que ayuda a que visualicemos las cosas de una forma más neutra, introduciendo una dominante del color opuesta, con el fin de contrarrestarla. Así, una dominante cálida se elimina con una fría y, una magenta, introduciendo una verde. Para saber cuáles son los colores complementarios, solo tenemos que mirar un círculo cromático RGB y observar cómo cada uno de estos colores tiene su contrario frente a él. Así, por ejemplo, el opuesto del cian es el rojo, el del violeta es un verde lima y el del azul cerúleo, es el naranja. A los colores opuestos se les llama complementarios.

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    Un truco para recodar los complementarios de los colores primarios es escribir, verticalmente y uno junto a otro, las siglas de los dos modelos de color (RGB y CMYK). A cada primario le corresponde su opuesto.

    Al igual que el cerebro humano permite corregir la dominante de color para que la imagen resultante se parezca más a una escena neutra, en la cámara existe un mecanismo similar, denominado equilibrio o balance de blancos. Esta herramienta se puede utilizar de esta manera correctiva, pero también con unos fines creativos.

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    En la imagen, cada color tiene su complementario justo frente a él. Entre otras cosas, podemos emplear los complementarios para corregir dominantes; así, por ejemplo, una dominante verde se elimina introduciendo otra magenta.

    Para utilizar el balance de blancos de la cámara de manera correctiva, debes seleccionar la situación lumínica correspondiente al icono que la representa, utilizar el equilibrio de blancos en automático o emplear la función K, en la que seleccionamos manualmente la temperatura de color correspondiente a los kelvin de color. Por ejemplo, en una escena iluminada por bombillas cálidas, podemos seleccionar el equilibrio de blancos en modo tungsteno o incandescente, para que la cámara introduzca una dominante fría, con el fin de contrarrestar el acusado tono anaranjado de esta situación.

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    1. Seleccionando AWB (Balance de blancos automático) permitimos que la cámara ajuste la temperatura de color de manera automática. En general, suele funcionar bastante bien.

    2. En la posición K, podemos seleccionar los kelvin. Una cifra elevada genera dominantes más cálidas que contrarrestan situaciones de luz más azuladas; una cifra más baja provoca el efecto contrario. En este caso, seleccionar 4000 kelvin sirve para que la escena, iluminada por un led ligeramente cálido, aparezca más neutra.

    Cuando elegimos la configuración automática para el balance de blancos, la propia cámara selecciona el ajuste del equilibrio de blancos que considere más apropiado para cada situación. La realidad es que, en la mayoría de los equipos digitales, este ajuste automático suele funcionar bastante bien de manera correctiva y ofrece unos resultados que, por lo general, son más que aceptables.

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    En el ejemplo de esta pantalla de una cámara Canon, podemos ver los kelvin de temperatura de color de cada uno de los diferentes iconos que representan situaciones de dominantes de luz, en este caso, 3200, correspondientes a luces de tungsteno.

    En el equilibrio de blancos, la cámara nos ofrece ciertos presets que corresponden a situaciones lumínicas determinadas, a través de iconos que las representan. Cada una de estas situaciones o iconos corresponde a una temperatura de color determinada. Si seleccionamos la opción K, podremos elegir directamente la temperatura en formato kelvin. Por otro lado, también disponemos de un símbolo que representa un modo de equilibrio de blancos automático en el que la cámara ajusta esta temperatura por nosotros. Este modo resulta bastante efectivo y natural en las cámaras actuales.

    Para hacer un uso de esta herramienta de forma no correctiva, sino creativa, dado que nuestro equipo emplea dominantes para realizar los ajustes, podemos utilizar un icono o una temperatura de color de una situación que no corresponda a la realidad para acusar aún más una dominante determinada. De esta forma, podemos utilizar un ajuste de una supuesta situación muy fría, por ejemplo, el icono que representa un día nublado, para una escena de atardecer, y conseguir así una dominante aún más cálida en una escena que ya de por sí lo es.

    En términos generales, si seleccionamos en la cámara un valor por encima de 5500 kelvin, estaremos introduciendo un tono cada vez más cálido en nuestra imagen; con valores por debajo de 5500, los tonos serán cada vez más fríos.

    TAREA

    Realiza tres fotografías (puedes utilizar un modo de exposición automático) con un mismo encuadre. En la primera, debes seleccionar el equilibrio de blancos en modo automático, en la segunda, utiliza la temperatura de color más baja que puedas y, en la tercera, la más alta. Puedes hacer estas dos últimas imágenes en el modo K o utilizando el preset más cercano a la temperatura más baja y alta posible.

    ▪ LOS BITS

    Las imágenes digitales pueden contener una mayor o menor gama tonal en función de la profundidad de bits que utilice el archivo. Para simplificar un poco, cuantos más bits, mayor información tonal digital contendrá la imagen. Una fotografía en escala de grises con una profundidad de 8 bits puede representar 256 tonos para cada píxel. Basta con hallar las variaciones con repetición de dos elementos, el 0 y el 1, tomados de 8 en 8, o lo que es lo mismo, 2 elevado a 8. En este caso, el 0 representa el negro,

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