Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Diarios De Un Cura Moderno: Volumen I
Diarios De Un Cura Moderno: Volumen I
Diarios De Un Cura Moderno: Volumen I
Libro electrónico160 páginas2 horas

Diarios De Un Cura Moderno: Volumen I

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El libro narra en forma de ficción la vida de un sacerdote católico recién ordenado que ha sido destinado a una pequeña comunidad rural del oeste de Canadá a través de las entradas que escribe en su diario. El protagonista se convirtió en sacerdote ya en la mediana edad, después de su matrimonio con su novia de la infancia, tras haber estudiado Trabajo Social en la Universidad y haber trabajado en el desarrollo de viviendas asequibles y haber sufrido la pérdida de su esposa a causa de la ELA. Este diario describe sus primeros meses como sacerdote, en los que trata de reconciliar las enseñanzas actuales de la Iglesia sobre sacerdotes casados, mujeres en el sacerdocio, aborto, divorcio, muerte asistida y derechos de las personas del colectivo LGBTQIA+ con las enseñanzas esenciales de los Evangelios, como el amor, la tolerancia y el perdón, mientras ofrece cuidados espirituales a sus feligreses en su primer destino pastoral.
IdiomaEspañol
EditorialAuthorHouse
Fecha de lanzamiento23 jun 2022
ISBN9781665563000
Diarios De Un Cura Moderno: Volumen I
Autor

Jack Scissons

Jack Scissons (B.A., MSW, MCIP, RRP, retired) was born in 1939 and has been a lifelong practicing Catholic. He was ordained to the priesthood in 1964. After working as a priest in both Canada and Brazil, he resigned from the priesthood in 1970. He worked approximately 32 years as a city planner revitalizing older inner=city neighbourhoods. He is retired and lives with his wife Kathleen in Calgary.

Relacionado con Diarios De Un Cura Moderno

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Diarios De Un Cura Moderno

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Diarios De Un Cura Moderno - Jack Scissons

    © 2022 Jack Scissons. Todos los derechos reservados.

    Ninguna página de este libro puede ser fotocopiada, reproducida o

    impresa por otra compañía o persona diferente a la autorizada.

    Publicada por AuthorHouse   06/21/2022

    ISBN: 978-1-6655-6302-4 (sc)

    ISBN: 978-1-6655-6301-7 (hc)

    ISBN: 978-1-6655-6300-0 (e)

    Library of Congress Control Number: 2022911513

    Las personas que aparecen en las imágenes de archivo

    proporcionadas por Getty Images son modelos. Este tipo de

    imágenes se utilizan únicamente con fines ilustrativos.

    Ciertas imágenes de archivo © Getty Images.

    Debido a la naturaleza dinámica de Internet, cualquier dirección web o

    enlace contenido en este libro puede haber cambiado desde su publicación

    y puede que ya no sea válido. Las opiniones expresadas en esta obra son

    exclusivamente del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor

    quien, por este medio, renuncia a cualquier responsabilidad sobre ellas.

    «Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos puedan cambiar el mundo; de hecho, es lo único que lo ha logrado». Margaret Mead (1901-1978)

    AGRADECIMIENTO

    El autor quisiera dar las gracias al personal de Author House por su ayuda, paciencia y consejos para guiarlo durante el proceso de escritura y publicación de este libro, especialmente a Eve Ardell, Josh Laluna, Jamaica Delfin, Cleo Carrigan, Blake Preston, Charmaine Bolton, Jorie Reff, y muy especialmente a Mae Genson, consultora y supervisora sénior de Publicaciones. Gracias a todos.

    CONTENTS

    Introducción

    Capítulo 1   Entradas de julio en el diario

    Capítulo 2   Entradas de agosto en el diario

    Capítulo 3   Entradas de septiembre en el diario

    Capítulo 4   Entradas de octubre en el diario

    Agradecimientos

    INTRODUCCIÓN

    Comencé a escribir estos diarios recientemente, tras mi asignación como párroco de una iglesia parroquial llamada St. Francis of Assisi. Está situada en una pequeña comunidad rural (1870 habitantes) en las praderas canadienses, identificable por sus tres elevadores en funcionamiento y un gran mercado agrícola regional los fines de semana. El pueblo está a cuarenta y cinco minutos en automóvil de la ciudad (115.000 habitantes) donde crecí y donde viven mis padres, mis hermanos y sus familias. Tras trabajar en una parroquia urbana y vivir con el padre Mike, me provoca bastante ansiedad pensar cómo me adaptaré a un estilo de vida de parroquia rural donde viviré y trabajaré solo. Hace seis semanas, mi jefe, el obispo Ben (oficialmente, se llama obispo Benedict), me pidió que asumiera los deberes pastorales de la parroquia católica de St. Francis of Assisi. Llegué hace dos semanas y, desde entonces, no he hecho otra cosa que no sea celebrar misas los sábados y domingos en St. Francis y en St. Joseph, una pequeña iglesia rural vecina.

    Además, poco a poco me he hecho una idea de cómo es la comunidad; es decir, me he presentado a los médicos y enfermeras del hospital local, los agentes de policía de la comisaría de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP), al dueño de la tienda de comestibles, al director de la escuela secundaria local (tiene un gimnasio que utiliza todo el pueblo), al editor del periódico local y al dueño de la ferretería, y he comprobado la calidad de los restaurantes locales: mucha actividad en un corto período de tiempo. Como estamos en julio, con las vacaciones de verano en la escuela y las rutinas regulares, muchos feligreses están de vacaciones o en sus casas de verano. La vida es más lenta que de costumbre, lo que me permite presentarme en la comunidad de una manera pausada. Pero, aun así, me siento ansioso.

    Escribo este diario de manera confidencial porque quiero proteger a mi obispo, mis colegas sacerdotes, mis feligreses, mi familia y mis amigos de verse expuestos indebidamente, duramente criticados, o ponerlos en riesgo por mis puntos de vista sobre la Iglesia. Los sacerdotes no son figuras públicas, y tampoco se nos anima a serlo. El sacerdocio es una organización cerrada de personal, como los departamentos de policía y las fuerzas armadas. Los obispos y los líderes de la Iglesia utilizan las órdenes y el control para administrar las actividades cotidianas de la Iglesia. Esta falta de transparencia y la consiguiente falta de rendición de cuentas está plagada de peligros para la Iglesia, como ha ocurrido durante la reciente crisis por abusos sexuales.

    Espero publicar estos diarios en algún momento. ¿Por qué? Creo que la mayoría de la gente (incluyéndome a mí mismo antes de convertirme en sacerdote) no sabe cómo es la vida diaria de los sacerdotes. ¿Qué hacen? ¿Cómo trabajan? ¿Qué hacen para divertirse y disfrutar? Además, los escándalos de abuso sexual y su encubrimiento por parte de la jerarquía eclesiástica, así como el pésimo trato que han dado a las mujeres y a la comunidad LGBTQIA+, en mi opinión, han tenido como consecuencia que muchos sacerdotes pasen a la clandestinidad y se vuelvan invisibles. Creo que esto también ha contribuido al abrumador abandono que ha sufrido la Iglesia, particularmente por parte de la gente joven. Espero comenzar a cambiar esa imagen con mis actitudes y mis obras. Confío en que mi formación en trabajo social y mi disposición a no juzgar me ayuden en esta difícil tarea.

    También tengo una confesión que hacer. Parte de mi necesidad de confidencialidad se debe a que no soy el típico sacerdote católico. Aunque se supone que debo ser un católico modélico, hay muchas enseñanzas de la Iglesia con las que no comulgo, pero no las muestro en público. Soy un firme creyente en los fundamentos de los Evangelios: amar, servir a Dios, al prójimo, practicar la tolerancia y el perdón y todo lo que esto conlleva. Pero, a lo largo de los años, este mensaje se ha visto eclipsado por la exclusividad y una aceptación ciega del lema obedecer y pagar, según los dictados de la jerarquía patriarcal y célibe de nuestra Iglesia. La Iglesia de hoy está dominada por un sacerdocio masculino patriarcal, pero la mayor parte de nuestra feligresía está compuesta por mujeres, las cuales tienen poca o ninguna voz en la Iglesia. En mi opinión, pasamos demasiado tiempo enseñando las reglas de la Iglesia, en particular sobre el control de la natalidad y otras prácticas sexuales que parecen terriblemente anticuadas con los desafíos diarios actuales que conllevan la vida familiar, mantener un trabajo y disfrutar de los pocos placeres fugaces que se presentan a lo largo de la vida.

    Ese es mi secreto. Sospecho que hay muchos sacerdotes como yo, pero, a lo largo de los años, los han intimidado sin descanso para que no hablen.

    CAPÍTULO

    1

    Entradas de julio en el diario

    Martes, 12 de Julio

    Mi obispo Ben y Max

    M i obispo es muy atípico y tiene los pies en la tierra. No es distante y tampoco vive en otro mundo. Se llama Benedict, pero todos lo conocen simplemente como el obispo Ben. Vive en un apartamento de dos habitaciones a pocos pasos de la catedral, donde celebra una misa matutina. Tiene una oficina cerca de la catedral y su apartamento. Se prepara él mismo la comida (italiana) excepto el almuerzo, ya que lo toma en la catedral. Tiene un perro llamado Max, un labrador negro adoptado de cinco años que siempre lleva en la boca una vieja pelota de tenis llena de saliva, y es su compañero constante, incluso cuando está celebrando misa. El obispo Ben se ve en bastante buena forma y mide más de 1,80 metros de altura, tiene un corte de pelo militar y una cara muy agradable, y todo el mundo sabe que camina siempre que puede para hacer ejercicio. Se supone que es unos años más joven que yo. Es muy abierto y un excelente oyente. Lo he visto en su oficina vestido con ropa informal; otras veces viste traje y alzacuellos, a veces con camisa de colores y pantalón negro. Me han dicho que es un gran aficionado al fútbol y que los días de partido se pone la camiseta de su equipo favorito para ir a trabajar. Sin duda rompe moldes.

    Según recuerdo, este fue su consejo para mí:

    • A primera hora de la mañana, una vez que estés bien despierto, ora y pon tu máxima dedicación en hacer todo, hasta los actos más pequeños, por amor al Señor y al prójimo, y realízalos lo mejor que puedas.

    • Haz una lista de tareas diarias, ya sea la noche anterior o en la mañana y, al final del día, marca las tareas que has completado.

    • Trata de hacer algo todos los días que sea beneficioso para alguien.

    • Tu oración de la tarde es de vital importancia. Es una oportunidad para repasar tu día, hacer un minucioso examen de conciencia y contar las innumerables bendiciones de Dios Padre.

    • Comunícate con todos los miembros de la comunidad, desde médicos hasta agentes de policía, maestros de escuela, carteros y los trabajadores de la pizzería.

    • Aprende a relajarte en el silencio y la lentitud de la vida de un pueblo pequeño y escucha al Espíritu Santo, que comenzará a susurrarte sabiduría al oído.

    • Conoce la disposición física de la comunidad recorriéndola a pie. Haz algo de ejercicio todos los días. Haz flexiones. Es posible que quieras hacerte con una bicicleta estática para interiores.

    • Organiza reuniones con los hombres de la parroquia, la Asociación de Mujeres Católicas (CWA) y el consejo parroquial. Escúchalos. Ellos te ayudarán a adaptarte y te harán saber cuáles son sus necesidades.

    • Evita pasar demasiado tiempo frente a la televisión.

    • No celebres misa solo.

    • Evita beber alcohol a solas.

    • No ingieras alcohol cuando realices visitas parroquiales, a pesar de su atractivo.

    • Evita brindar terapia de cualquier tipo. Deja eso a los profesionales. No tengas ningún contacto con una mujer o un niño a solas en tu rectoría. Hazlo en un lugar público, como una biblioteca o una cafetería.

    • No abraces a los niños o adultos jóvenes. Ten cuidado con abrazar o tocar a alguien que no sean tus padres o hermanos.

    • Cocina grandes cantidades de alimentos que puedas comer como sobras y congela porciones para las ocasiones en las que no tengas tiempo para cocinar.

    Me dijo que le gustaría verme todos los meses para revisar mi trabajo parroquial y programó mi siguiente reunión para principios de agosto.

    Padre que estás en los cielos, ayúdame a ser un buen sacerdote y no arruinar esta nueva designación. Cuida del obispo Ben, mi familia y mis feligreses. Gracias por todo lo que haces por mí, por mi buena vida y por las muchas oportunidades que me das.

    Domingo, 15 de julio

    Visita a mi familia

    Después de la última misa del domingo, normalmente voy en automóvil a la ciudad, paso el resto del día con mi familia y me tomo el lunes libre. La mayoría de los sacerdotes que conozco tienen que preocuparse por la colecta dominical, pero aquí la administra nuestro consejo parroquial. Mi familia, compuesta por mis padres, dos hermanos, sus parejas y sus cuatro hijos, es muy importante para mí. El lunes suele ser el día libre para los párrocos. En una parroquia, los fines de semana son días muy atareados: la comunidad se congrega los fines de semana, las personas se casan los fines de semana y otros momentos importantes de la vida parroquial ocurren los domingos. El lunes es el día para recuperarse. Las cenas familiares de los domingos por la noche han sido una tradición para mi familia desde que tengo memoria. Tenías que tener una razón muy importante para perdértela si estabas en la ciudad. Mis padres, ambos de unos setenta años, todavía disfrutan organizando estas comidas familiares.

    Mi padre y mi hermano mayor trabajan juntos en el negocio de ferretería y suministros para la construcción. La esposa de mi hermano es maestra de preescolar. Mi hermana pequeña es profesora de inglés en la escuela secundaria y su esposo trabaja en un banco. Mi hermana es muy importante en mi vida. Fue la primera persona con la que pude hablar sobre mi dolor después de la muerte de Wendy, y más tarde sobre mis relaciones con las mujeres cuando me sentí vulnerable. Ahora puedo hablar con ella cuando me siento solo, cansado, vulnerable

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1