Garcia Marquez, Joyce Y Yo

Por Luis Alberto Miranda

La vida, tejido de instantes y flujo de momentos, nos obliga a
sobrevivir de manera pragmtica y aprendemos a poner en
funcionamiento toda nuestra energa en la supervivencia, pero
la mente y el corazn, mantienen siempre un vaco, una
insatisfaccin que no puede llenar la simple estabilidad fsica y
material o lo lucha por ella.
Y es en esa ansiedad, donde la contradiccin entre la mente y
el cuerpo, entre los pensamientos y los sentimientos, nos agobia,
es cuando aparece la literatura, la poesa y el arte, como la panacea
para nuestros delirios.

• Idioma: Español
• Editorial: Xlibris US
• Fecha de lanzamiento: 23 mar 2016
• ISBN: 9781514470121

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Copyright © 2016 by Luis Alberto Miranda.

Library of Congress Control Number:   2016903088

ISBN:      Hardcover      978-1-5144-7014-5

                Softcover       978-1-5144-7013-8

                eBook            978-1-5144-7012-1

All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system, without permission in writing from the copyright owner.

Proof read and editing: Martha I. Daza-Miranda

Cover Graphic design: Armando Caicedo

Backcover Garcia Marquez draw: Alberto Gomez

Backcover Joyce draw and LuisMiranda picture: Martha I.Daza-Miranda

Rev. date: 03/22/2016

Xlibris

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www.Xlibris.com

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Contenido

Introducción

Las motivaciones

La genialidad de Gabo y Joyce

Bloomsday: Vigencia del Ulises urbano del siglo XX

Reflexiones sobre Molly Bloom

Notas Sobre Finnegans Wake

Otros autores y sus obras

El elegido de los dioses

Retorno al Olimpo

El arte de escribir

El Legado de Tom Sawyer

La Memoria del Arte en Medellín

Leonardo Nin

Reflexiones sobre el libro de cuentos Sacrilegios del excomulgado (Imago Mundi, 2008)

Los usos del placer

Apéndice

Expresiones de gratitud

A Martha Ivonne, Ivonne Carolina, Luis A Jr., Veronika, Ned, Victoria, Monika, Catalina y Luis Alexander

A mi querida tía María Teresa Miranda, Filósofa y educadora, por su ejemplo..

A la memoria del Dr. José O. Álvarez, Ph.D.

Introducción

Durante la Feria del Libro de Miami en el año 2007, se incluyó por primera vez, un programa dedicado a Gabriel García Márquez. Hubo una conferencia magistral, con un panel conformado por Plinio Apuleyo Mendoza, Héctor Abad Faccio-Lince, ambos colombianos y un escritor cubano, creo que era Carlos Alberto Montaner. El hecho de que se abrieran las puertas de la Feria de Miami a García Márquez, era inaudito dados los prejuicios políticos de algunos miembros del exilio cubano, que se niegan a reconocer la importancia literaria del autor, arguyendo su declarada amistad con Fidel Castro, sin percatarse, precisamente por la ceguedad que producen los extremos ideológicos, de la gran labor que realizó el Premio Nobel basado en ella, para liberar gran número de presos políticos y tender puentes que beneficiaron a muchos, en múltiples ocasiones. Por fortuna la feria tuvo a bien superar el estigma sobre uno de los más grandes escritores latinoamericano y universal. Debo decir que impulsando esta apertura estuvo actuante y vigilante, el doctor José Olimpo Álvarez, PhD., quien organizó muy interesantes jornadas incluida la lectura de Cien años de soledad con la participación de un gran público que se hizo presente.

Fue un acontecimiento importante para abrir caminos al entendimiento entre las comunidades latinas del sur de la Florida y la preservación de la cultura hispana. Traigo a colación este recuerdo, no solo por el significado social y político que implicó en este medio, sino, por la trascendencia literaria que debió tener siempre el hecho garcíamarquiano, y la vacua impresión que me dejó la presentación de los panelistas.

La charla estuvo centrada fundamentalmente en una serie de anécdotas baladíes acerca de la relación de Apuleyo Mendoza con García Márquez, quien en vez de dar una explicación de la obra del autor y de su importancia para el mundo, parecía interesarse únicamente en una publicidad personal, ufanándose de haber conocido al maestro.

Los otros panelistas en un tono discreto, dieron unas versiones similares, pero ninguno de ellos abordó, ni remotamente, el significado de la obra, la trascendencia de sus novelas, ni el legado de su existencia para Colombia en particular y para el mundo en general.

Lo que significó un total desafuero, fue la respuesta de uno de los panelistas ante la pregunta concreta sobre ciertos aspectos de la novela Cien años de soledad Yo no sé, ni recuerdo con precisión los detalles de su pregunta, yo sí leí a García Márquez hace como 30 años, contestó el interpelado, -pero, ¿quién va a estar leyendo a García Márquez a estas alturas?, concluyó.

Esa respuesta ha quedado grabada en mi memoria por los últimos 9 años y motivó en mí el deseo de escribir mi experiencia como lector. No puedo entender que unos panelistas expertos, se presenten a una feria del libro, sin tener siquiera una lectura mínima reciente del autor sobre quien van a disertar. Si la fama y prestigio en los medios de comunicación no diera tanta importancia a estos personajes, o si fueran simplemente unos neófitos, a mí no me hubiera llamado la atención la pobreza de las exposiciones, pero considerando que se estaban celebrando; primero, el octogésimo aniversario del nacimiento de Gabo y el cuadragésimo de la publicación de Cien años de soledad. Lanzando de paso, la edición cumbre de un millón de ejemplares de la Academia de la Lengua Española, esta respuesta de -¿Quién va a estar leyendo novelas que aparecieron hace 40 años", me dejó atónito.

Todas las obras literarias, incluidas las de Gabo y Joyce, tienen tanta riqueza, profundidad, enigmas y misterios, que invitan a ser leídas una y otra vez, dejándonos siempre el sabor de nuevos descubrimientos. En mi caso, no solo me han deparado un placer intelectual, sino que me permitieron entender muchas situaciones comunes a millones de ciudadanos, en todo el mundo y me dieron la paz y la objetividad necesaria para superar momentos críticos y afrontar desafíos que sin la compañía de la literatura y el arte, quizás no hubiera superado. Por eso, el comentario de los panelistas sobre la obra de García Márquez, aún hoy, muchos años después, no deja de sorprenderme.

Como un inmigrante más, llegado en los años 80, huyendo de la violencia cotidiana y política que ha marcado la historia de nuestros países, un hombre buscando camino, con una esposa joven, una hija y un hijo pequeños, logré sobrevivir gracias a los libros.

La manera como cambia la vida de un profesor, que ha dedicado, desde los diecisiete años, su vida a la educación, rodeado siempre de un mundo intelectual en el lugar de origen; cuando tiene que buscar en el nuevo sitio la supervivencia, la conocen quienes han dejado su patria. Un cambio radical de 360 grados, recurriendo a la indistinta búsqueda de trabajos. Los títulos y currículo profesional no tienen peso en este nuevo entorno, hasta convalidarlos años después. Así pasé de maestro de tiempo completo a vendedor de publicidad en las calles de New York, en la época que Rubén Blades describió en una de sus famosas canciones como el lugar donde la vida te da sorpresas

... yo nací en Nueva York, en el condado de Manhattan, donde perro come perro y por un peso te matan..., tiempos cuando el cine de Scorsese resplandeció, con Good Fellas, en las aventuras de la mafia italiana, mientras famosos carteles colombianos crecían al son de la demanda por el consumo y comercializaban su oro blanco.

Sobrevivir como vendedor de publicidad en ese medio, con el peso de las quimeras de Balzac soñando con hacerse escritor y vivir de ello, y repasando el personaje de Stephen Dedalus, alter ego joyciano, era como una contradictio in adjecto que pude resolver gracias a mantenerme en estrecho contacto con la lectura, muchas obras entre las que destacaron, el Ulises y Cien años de soledad, que me ayudaron a entender y a justificar la cotidianidad y me permitieron hacer el trance desde la nostalgia por la ausencia de la cultura de origen, hacia la nueva sociedad que nos acogía y nos permitía crecer intelectual y emocionalmente.

Las motivaciones

Confesar las profundas motivaciones para muchas de las decisiones de mi propia vida a partir de la lectura de las obras de estos maestros, es lo que me permite incluir el yo en el título de este ensayo. No puedo imaginar cómo hubiera sido, si no los hubiera descubierto, si no hubiera confrontado sus historias y sus preocupaciones humanas y filosóficas con el material de experiencias de mi propia existencia, en momentos cruciales del trasegar por los caminos de una cotidianidad impredecible.

Ya que hemos vivido en una búsqueda fenomenológica presionada por la angustia existencial, entre los sueños alborotados de una infancia en el teatro, una adolescencia inmersa en la poesía y la política y una juventud renegando de las tradiciones y transformándolas en una libertad cuyo precio nunca terminamos de pagar, infinitamente agradecidos por un destino que nos ha ofrecido maravillosos momentos, grandes motivos para el orgullo, una justa medida de vanidad, un disfrute sin límites de los seres queridos y la oportunidad de dar el sentido a vivir con los parámetros que nos ofrece el arte y la literatura, con obras como el Ulises de James Joyce o Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez.

Todo habría sido un gran caos sin ellos, imposible de describir ahora, pues no hubiera tenido, referentes ni medidas, para entender la profundidad del espíritu humano y las debilidades de nuestros cuerpos físicos, condenados al polvo del que venimos y al cual regresaremos.

De manera totalmente caprichosa, ya que mi libertad y mi independencia intelectual me lo permiten; voy a abordar la vida y la obra de estos autores sin un orden especial,