Dialéctica del naufragio

Por Guillermo Hurtado

Todavía hay quien se pregunta por el sentido de la vida. Este libro es para esas personas: aquí hallarán seis ensayos sobre la vida, la verdad y la religión, el agnosticismo, el diálogo entre quienes creen y quienes no, la esperanza, la conveniencia democrática. La obra, escrita desde una intimidad agradecible, ofrece al menos dos caminos: el primero transita por el sentido la existencia y la búsqueda de la verdad; el otro, acaso aún más complejo, es un llamado a restaurar el legado filosófico de nuestra civilización.

• Idioma: Español
• Editorial: Fondo de Cultura Económica
• Fecha de lanzamiento: 7 mar 2016
• ISBN: 9786071635723

Vista previa del libro

GUILLERMO HURTADO

DIALÉCTICA

DEL NAUFRAGIO

CENTZONTLE

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

Primera edición, 2016

Primera edición electrónica, 2016

Diseño de portada: Laura Esponda Aguilar

D. R. © 2016, Fondo de Cultura Económica

Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.

Empresa certificada ISO 9001:2008

Comentarios:

[e-mail]

Tel. [phone]

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc. son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicana e internacionales del copyright o derecho de autor.

ISBN 978-607-16-3572-3 (ePub)

Hecho en México - Made in Mexico

Este libro recoge seis ensayos filosóficos sobre las diversas maneras de entender la pregunta por el sentido de la vida, la exigencia de verdad de las creencias religiosas, el agnosticismo considerado como un estado vital, el diálogo entre creyentes y no creyentes en una sociedad postsecular, la posibilidad de la esperanza en el mundo contemporáneo y la conveniencia para la democracia del cultivo de algunas virtudes de matriz religiosa. A lo largo de la obra se pueden discernir dos tendencias. La primera es el hincapié en la relación que existe entre el sentido que damos a nuestras vidas y la búsqueda por la verdad. La segunda es la necesidad de reparar el vocabulario moral y espiritual de nuestra civilización.

Índice

Preámbulo

Primera parte

HUELLAS Y SOMBRAS

La vida y sus sentidos

¿De qué hablamos cuando hablamos de Dios?

La crisis de mi ateísmo

Segunda parte

EN EL ATRIO DE LOS GENTILES

El diálogo como aventura

Una arqueología de la esperanza

Viejas virtudes para una democracia renovada

… comme un homme qu’on aurait porté endormi dans une ile déserte et effroyable, et qui s’éveillerait sans connaître où il est et sans moyen d’en sortir.

BLAISE PASCAL

Preámbulo

La mayoría de las personas no se cuestiona acerca del sentido de la vida, no se pregunta qué hace en esta «isla desierta y terrorífica» en la que ha naufragado. No obstante, hay quienes, en medio de sus quehaceres, no pueden dejar de plantearse aquellos interrogantes. Quienes tengan esa inclinación encontrarán en esta obra un acompañante de sus reflexiones.

Este libro está hecho de ensayos, no de artículos o de reportes de investigación. Por eso no tiene notas ni bibliografía. Son escritos de cavilación, no de documentación.

En el primer ensayo analizo, desde varios ángulos, la pregunta por el sentido de la vida y ofrezco tres distinciones: la que se abre entre el sentido de mi propia vida y el de la vida, la que hay entre el sentido y el valor de la existencia, y la que se da entre el absurdo y el misterio.

En el segundo ensayo examino una interpretación de la concepción wittgensteiniana sobre la religión, y afirmo, a contramano, que la práctica religiosa no se puede entender sin conceder que las creencias ligadas a ella se tomen como verdaderas o falsas.

El tercer ensayo es una narración autobiográfica y filosófica —no se olvide que la filosofía también se puede escribir en primera persona— sobre el proceso que me llevó del ateísmo al agnosticismo. Además de contar mi historia personal, reflexiono acerca de la peculiar condición existencial del agnóstico.

Los ensayos de la segunda parte se inscriben en la corriente filosófica conocida como postsecularismo. Este movimiento intelectual afirma que a Occidente le convendría recuperar, desde las estructuras del laicismo, los valores de su tradición judeocristiana. Cada uno de estos ensayos fue leído en reuniones de El Atrio de los Gentiles, proyecto del Consejo Pontificio de la Cultura que desde 2011 y hasta la fecha ha fomentado el diálogo entre los creyentes y los no creyentes.

En el cuarto ensayo examino algunas variedades del diálogo entre creyentes y no creyentes. Afirmo que, para que sea profundo, para que alcance la pregunta por el sentido, debe suponer no sólo una actitud de apertura ante el otro, sino también una de aventura.

En el penúltimo ensayo me propongo rehabilitar la condición de la esperanza desde una posición existencial que no suponga una dimensión trascendente. Entiendo esta labor como parte de un proyecto mayor, acaso como una de las tareas más urgentes de la filosofía actual: reparar el significado erosionado de las palabras clave de nuestra civilización.

El sexto ensayo entra en el campo de lo político. Afirmo que, frente a la crisis de los ideales de la democracia moderna —libertad, igualdad y fraternidad—, el cultivo, dentro de una sociedad laica, de las virtudes de la teología —fe, esperanza y caridad— podría ayudarnos a reanimarla.

Se ha vuelto difícil hablar sobre Dios, el sentido de la vida, o la crisis de la civilización sin adoptar un tono irónico, indiferente. En este libro nado contra la corriente: hablo en serio y con apremio. Pero ello no significa que me haga demasiadas ilusiones. A veces pienso que hablar sobre estos graves asuntos no es sino otra manera de pasar el tiempo: vanas distracciones del intelecto. Pero otras veces me parece que muy a la distancia alcanzamos a vislumbrar ciertos destellos. Cuando eso sucede, rara vez, entendemos mejor nuestro naufragio.

PRIMERA PARTE

HUELLAS Y SOMBRAS

La vida y sus sentidos

1. LA PREGUNTA POR EL SENTIDO

De manera inesperada brota la sospecha de que esto o aquello carece de sentido: trabajar horas extra, estudiar un posgrado, volverse a casar. Luego, la sospecha se extiende hasta tocar cada aspecto de nuestra vida. Entonces, nos preguntamos: ¿cuál es el sentido de que los seres humanos nazcan, hagan cosas pequeñas y grandes, pierdan fortuna e ilusiones, envejezcan y mueran? Y así llegamos a la pregunta que resume todas las anteriores: ¿cuál es el sentido de la vida?

El interrogante es escueto, pero involucra cuestiones diversas. Una manera oblicua, aunque frecuente, de aproximarnos a él es describir como absurda una vida sin sentido. Sin embargo, el concepto de lo absurdo acoge en su extensión un conjunto muy amplio de situaciones. Hay distintos tipos de circunstancias que podemos calificar de absurdas y, si bien algunas son pertinentes para la cuestión del sentido de la vida, otras no lo son tanto.

Consideremos un ejemplo de situación absurda. Un hombre está en un paredón de fusilamiento. Segundos antes de que el pelotón dispare, el condenado se inclina para apretar con fuerza el nudo de las agujetas de sus zapatos. Lo que hace absurda esta situación es que, en esa circunstancia, no cumple con una finalidad inteligible. El hombre ya no irá a ningún lado, las balas horadarán su cuerpo, y luego tirarán su cadáver en una fosa. ¿Qué más da que las agujetas estén bien amarradas?

Planteo ahora otro ejemplo de situación absurda. Un trasatlántico se hunde en la mitad del océano. Un pasajero, desesperado, saca agua con una pequeña cubeta. A diferencia del caso de las agujetas, la acción del hombre en el barco tiene una finalidad específica: sacar agua del navío. Lo que la hace absurda es su franca inutilidad. De nada servirán sus esfuerzos: la nave se hundirá por más agua que logre sacar con la cubeta.

Hay quienes han visto la totalidad de los actos de nuestra vida como el hecho de amarrarse las agujetas ante un paredón. Nuestros actos, según esta perspectiva, son absurdos porque los realizamos al borde de la muerte. Buscar el sentido de nuestra vida es buscar alguna finalidad para nuestros actos que no esté arruinada por la fugacidad de las cosas humanas. También se ha visto la totalidad de nuestros actos como el intento de sacar agua de un trasatlántico que se hunde. Desde esta perspectiva, todo lo que hacemos es inútil porque tarde o temprano se convierte en polvo. Buscar el sentido de la vida sería buscar una razón para vivir que no se vea afectada por el hecho ineludible de que no hay cosa que dure. Todos los actos de nuestra vida pueden parecer absurdos, dado que el entusiasmo y la esperanza que los impulsan son traicionados no sólo por la fugacidad y la futilidad, sino también por la simple miseria de la existencia. Una vida así, diríase, no sólo es absurda, sino patética. ¿Qué sentido tiene construir algo si todo acaba en el basurero? ¿No es preferible el