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Me vistió de promesas: Sanidad, poder, prosperidad, gracia, vida eterna, alegría, salvación, protección...
Me vistió de promesas: Sanidad, poder, prosperidad, gracia, vida eterna, alegría, salvación, protección...
Me vistió de promesas: Sanidad, poder, prosperidad, gracia, vida eterna, alegría, salvación, protección...
Libro electrónico189 páginas4 horas

Me vistió de promesas: Sanidad, poder, prosperidad, gracia, vida eterna, alegría, salvación, protección...

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Información de este libro electrónico

El diseñador y creador del universo dejó miles de promesas escritas para ti... ¡Conócelas y vístete de ellas!

Julissa, la reconocida cantautora y líder de adoración, abre su corazón para compartir contigo cómo  las promesas que Dios declara en su Palabra la han bendecido durante años, no solo en su carrera ministerial , sino en todods los aspectos de su vida como mujer, esposa y madre.  Ella presenta el extraordinario amor de Dios vertido en las promesas del Salmo 91, que ella explica verso por verso, llena de convincente pasión por el Señor.  En el libro aprenderás:
  • Cómo reclamar y pararte en las promesas de Dios que bendecirán tu vida y la vida de tus seres queridos
  • Que el amor de Dios es incondicional, pero sus promesas son condicionales
  • A refugiarte en Dios, porque El es tu amparo seguro
  • A vivir confiado en El sabiendo que te protegerá y te rescatará de toda adversidad
  • Que te espera una larga vida viendo la mano de Dios moviéndose a tu favor
Unete a Julissa a través de las páginas de este libro, no solamente para hablar de las promesas de Dios y creerlas para tu vida, sino para que aprendas a vivir en ellas, a vestirse con ellas y a convertirlas en "tu armadura y tu protección".
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 abr 2015
ISBN9781629982724
Me vistió de promesas: Sanidad, poder, prosperidad, gracia, vida eterna, alegría, salvación, protección...
Autor

Julissa Arce

Julissa Arce is a nationally recognized author, sought-after speaker, producer, and social changemaker. She is the best-selling author of My (Underground) American Dream and Someone Like Me. Arce is a Crooked media contributor and a frequent writer for TIME Magazine, and has provided political commentary across numerous TV networks including NBC News, Bloomberg TV, CNN, and MSNBC. She is the cofounder of the Ascend Educational Fund, a college scholarship and mentorship program for immigrant students regardless of their immigration status. She lives in Los Angeles with her family.

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    Interesante y muy cautivador me gustaria poder leerlo.
    Puedo conseguirlo en Librerias?

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Me vistió de promesas - Julissa Arce

91:4b).

Capítulo 1

EL DISEÑO ORIGINAL

Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. . .

SALMO 91:1

DIOS EL SOÑADOR, DISEÑADOR Y CREADOR

Hay tantos atributos de Dios que me asombran, por ejemplo su gran: amor, justicia, misericordia, gracia, omnipotencia y omnisciencia, entre muchos otros. Pero uno de los que más me impresiona es que Dios, en su grandeza y soberanía, siendo eterno, decidió interrumpir la eternidad para crear un espacio y un tiempo, un kairos (momento oportuno), para los seres humanos. Somos seres especiales a quienes Él creó a su imagen y semejanza para amar, y con quienes deseaba tener una amistad y una relación profunda e íntima por una eternidad.

Yo soy de las que cree que Dios pensó en la humanidad y soñó con ella; nacimos en su corazón. Digo eso porque cuando uno está a punto de hacer, crear o diseñar algo, primero nace en nuestro corazón como un sueño o una idea. Por ejemplo, cuando uno va a construir una casa, uno sueña con esa casa y como uno quisiera que fuera. Cuando una pareja quiere un bebé, la idea o el sueño de ser padres y tener una familia nace en el corazón de esa pareja. Igual sucede cuando uno está produciendo, escribiendo o haciendo cualquier obra de arte. Luego que el sueño, la idea o el concepto está claro en la mente y en el corazón, entonces uno comienza a trabajar para que eso cobre vida o se haga una realidad.

Creo que uno de los ejemplos perfectos para ilustrar esto es mirar cómo trabajan los diseñadores de moda. Cuando un diseñador de modas está por crear el vestido que usará la próxima Belleza del mundo o una artista reconocida para un evento importante, comienza el proceso teniendo a la persona en mente. Ya se sabe que el evento es de suma importancia. Por lo tanto, el diseñador empieza a pensar en cómo usar las últimas tendencias de la moda, diseños, colores, telas y todo lo que lo ayude a cumplir su misión para vestir a su cliente con un atuendo que le guste, le luzca y sea perfecto para ella.

Después de haber escogido algún diseño, colores y telas, el diseñador toma las medidas de esa modelo o artista, y comienza a crear y darle forma a la idea que tiene en mente. Incluso lo plasma en un papel. Cuando termina ese vestido que hizo con esa persona en mente y a su medida, lo próximo es que ella vaya a probarse lo que le hizo el diseñador. Creo que no hay satisfacción más grande para cualquier modista, sastre o diseñador, que ver que su obra de arte le quede perfectamente a esa mujer, y que luzca como un millón de dólares por algo que se hizo con esmero exclusivamente para ella.

DIOS: EL DISEÑADOR POR EXCELENCIA

Cuando uno crea, lo hace con un propósito en mente. Así hizo Dios con nosotros. Nos creó con un fin en su mente y corazón. Y como nacimos en el corazón de Dios, Él comenzó a darle forma y vida a su propio sueño. Ya que Él es el Diseñador y Creador por excelencia, comenzó a tejer con su Palabra, a hablar y a declarar lo que estaba en su corazón y en su espíritu, para traerlo a la existencia en lo físico. Él quería crear el lugar perfecto, con las condiciones perfectas para nosotros los seres humanos que crearía para Él y para la gloria de su nombre.

Es ahí donde también podemos ver el corazón de Padre que tenía nuestro Creador y lo detallista que es.

¿Es así como le pagas al Señor, pueblo necio y sin entendimiento? ¿No es él tu Padre, quien te creó? ¿Acaso no te formó y te estableció?

—DEUTERONOMIO 32:6

Dios creó todo lo que íbamos a necesitar y que sería para nuestro beneficio: los cielos (el oxígeno que respiramos, la capa de ozono que nos ayuda y protege de los rayos del sol), las aguas, la tierra, la vegetación, el sol, la luna, las estrellas, las aves del cielo y los animales marítimos y terrestres. Después que terminó cada una de estas creaciones, la Palabra nos dice que " . . . Dios vio que esto era bueno" (Génesis 1:10, 12, 18, 21, 25). Él estaba preparando con esmero lo que sería nuestro mundo, con las condiciones perfectas para que pudiéramos subsistir. Cuando vio que lo que había creado era bueno, entendió que entonces ya este mundo estaba listo y completo para recibir lo último que le faltaba por crear, su obra maestra: el ser humano.

Entonces Dios dijo: "Hagamos a los seres humanos (al hombre) a nuestra imagen, para que sean como nosotros (semejanza). Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo. Así que Dios creó a los seres humanos [al hombre] a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre (en hebreo es ish) y mujer (en hebreo es ishah) los creó. Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo. Entonces Dios dijo: ¡Miren! Les he dado todas las plantas con semilla que hay sobre la tierra y todos los árboles frutales para que les sirvan de alimento. Y he dado toda planta verde como alimento para todos los animales salvajes, para las aves del cielo y para los animales pequeños que corren por el suelo, es decir, para todo lo que tiene vida’; y eso fue lo que sucedió. Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno!

—GÉNESIS 1:26-31,

PARÉNTESIS AÑADIDOS POR LA AUTORA

¡Qué impresionante saber que Dios no solo soñó y pensó en nosotros, sino que también pensando en nosotros, creó un mundo perfecto donde pudiéramos habitar! Luego creó la raza humana a su imagen y semejanza para que pudiéramos relacionarnos con Él. Esto significa que íbamos a ser un reflejo del mismo Dios, un Dios tripartito (Padre, Hijo Espíritu Santo), quien activó a las otras dos personas de la Trinidad a la hora de hacer el hombre. Por lo tanto, nosotros también fuimos creados seres tripartitos; seres que se componen de un espíritu, un alma y un cuerpo. ¿Sabías que de toda la creación, los seres humanos somos los únicos que fuimos creados con estas capacidades y características? Ni los ángeles fueron creados como nosotros.

. . . ¿qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes? Sin embargo, los hiciste un poco menor que Dios y los coronaste de gloria y honor. Los pusiste a cargo de todo lo que creaste, y sometiste todas las cosas bajo su autoridad: los rebaños y las manadas y todos los animales salvajes, las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que nada por las corrientes oceánicas

—SALMO 8:4-8

Me parece interesante que la primera vestidura que Dios nos dio, como diseñador y creador, fue un cuerpo. Fue un cuerpo perfecto que no estaba sujeto a un tiempo específico, ni a enfermedad, ni a un mundo corrompido por pecado y muerte, porque todo era perfecto. Ese cuerpo creado cubrió un espíritu y una vida que el mismo Dios le dio a Adán al darle de su aliento. Al darnos un espíritu, también nos dio un alma, resultado de su aliento, y dentro del alma nos dio tres cosas importantes: una mente o intelecto (nuestra habilidad para pensar); emociones para poder sentir y expresarnos (nuestra personalidad se encuentra aquí); y una voluntad para poder escoger entre el bien y mal.

Entonces Dios, nuestro diseñador y creador, pone en el huerto a Adán y a la mujer, Eva, quienes representan a toda la raza humana en esta Tierra, con el fin de que tanto ellos como nosotros tuviéramos una relación íntima con Él como Padre, Creador y amigo, le adoráramos y viviéramos a su amparo todos los días de nuestras vidas. Los nombres Adán y Eva provienen de que el término hebreo que significa hombre (adam) está relacionado con el que significa tierra (adamá). Además, el mismo término adam corresponde al nombre propio Adán¹. En hebreo, la palabra que significa mujer (ishah) suena como la palabra que significa hombre (ish)². Es interesante que la mujer que Dios le dio a Adán no se llamó Eva hasta después de la caída, cuando Adán le puso su nombre, que en hebreo significa vida porque ella sería madre de todo ser viviente.


Siempre tenemos que estar alertas para discernir las intenciones o motivos del enemigo.


Dios no se limitó nada más a que Adán y Eva vivieran en esa amistad única con Él, sino los puso en el huerto del Edén para que el hombre se ocupara de él y con su liderazgo, lo custodiara. Era otra manera de adorar a Dios, administrando lo que Él ponía en sus manos. Dios les dio dominio y autoridad sobre todo. Ellos eran los reyes, los gobernantes de la Tierra y juntos representaban la totalidad de Dios.

Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo.

—GÉNESIS 1:28

CUANDO LA MENTIRA TRATA DE OPACAR LA VERDAD DE DIOS

Todo estaba perfecto en el mundo que había creado Dios. Adán se había ocupado de trabajar el jardín, de custodiarlo como Dios le había mandado. Me imagino que Eva, como ayuda idónea, era la asistente personal de Adán y lo ayudaba en todo. Pero un día, tal vez en un momento en que ella se quedó sola, (la Biblia no dice esto; es imaginación mía), Eva tuvo una visita que cambiaría su vida.

La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto—contestó la mujer—. Es sólo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán. —¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.

—GÉNESIS 6:1-6

Imagínense si el mundo que Dios creó era tan perfecto que los animales también hablaban. Y ese día la serpiente, operando bajo el poder de Satanás, decidió tener una conversación con la mujer; una conversación no saludable. Bueno, nada de lo que tenga que decir el enemigo es saludable. Incluso esta versión bíblica dice que la serpiente era el más astuto de los animales salvajes. Nada más con saber que era un animal astuto, me hubiera bastado para tomar cierta medida de precaución cuando viniera a hablar . . . pero creo que Eva no había desarrollado ese nivel de discernimiento. Nunca lo había tenido que usar porque vivía en un mundo perfecto; por lo tanto, fue muy vulnerable en ese momento.

Siempre tenemos que estar alertas para discernir las intenciones o motivos del enemigo. No prestemos nuestros oídos como lo hizo Eva.

Miremos cómo la serpiente usó su astucia para envolverla en una conversación.

—¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?

—GÉNESIS 3:1

Cuando leo esto, me parece interesante que la pregunta que la serpiente le hace a Eva es una mentira que la atrae a una conversación no saludable. Si te das cuenta, cada vez que el enemigo quiere envolverte en conversaciones no saludables y posiblemente en chismes, usará tácticas muy similares . . . ¿De veras que . . . ?. Luego cuando ya te atrapa, lo que comienza a fluir en medio del chisme o la conversación es la exageración y la mentira. Así pienso que le pasó a Eva.

Su respuesta a la serpiente, que estaba siendo usada por Satanás, fue:

—Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—. Es sólo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: "No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen,

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