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El cuerpo, mi casa
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Libro electrónico256 páginas3 horas

El cuerpo, mi casa

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Este libro nos ayudará indudablemente a obtener esas herramientas y disciplinas necesarias para avanzar en nuestra calidad de vida, el bienestar físico y emocional. La diversidad de métodos que nos presenta este libro permitirá mejorar nuestra salud, como también reconocernos y abrirnos a ver el medio que nos rodea, a hacerlo parte nuestro y al fin, por qué no, conocer a nuestro chamán interior que guiará nuestros pasos en este infinito caminar, atisbando nuestra esencia para llegar a conocer nuestra propia luz.
IdiomaEspañol
EditorialCuarto Propio
Fecha de lanzamiento21 ago 2016
ISBN9789562608046
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    El cuerpo, mi casa - Carmen Ibarra

    Contrología.

    CAPÍTULO 1

    El Cuerpo a través de la Historia

    Antes de usar la piedra, la sustancia o la palabra, el hombre usó su propio cuerpo para expresarse. Así crea por medio de la danza, el diseño rítmico del movimiento en el sentido plástico del espacio, la representación animada de un mundo visto e imaginado.

    Curt Sachs

    Ojos ancestrales que ayudan a derribar nuestras miradas pálidas.

    Qué veis allá arriba? De qué color eran sus ojos,

    de qué porte sus pupilas? Cuántos calendarios albergaban

    en los dedos de los pies?

    Cuanto chasqui fue y volvió cumpliendo una faena silenciosa?

    Fui hormiga y jefe inca a la vez en este gran párpado de América.

    Piedra sobre piedra, luna y raíz unidas.

    Quien nos va a decir quién fue capaz de emprender el vuelo?

    A dónde partieron los chamanes, los sabios, los sacerdotes?

    ……………………

    Estaremos todos muertos sin reír?

    Que me dicen, quién viene a jugar?

    (Machu Pichu, Carmen Ibarra)

    Los pueblos primitivos y las culturas orientales milenarias, consideran al cuerpo como parte del Universo que los rodea. El ser humano es integrante de la naturaleza y por lo tanto, existe una absoluta correlación entre lo que sucede en el microcosmos (su propio mundo) y el macrocosmos (el universo).

    Esta correspondencia, constituye la ley cósmica determinante que regula todas las relaciones y comportamientos del ser humano en el seno del universo.

    El hombre primitivo, utiliza su cuerpo para comunicarse con lo divino, a través de danzas rituales; también para agradecer, pedir o comunicarse con su comunidad; con fines terapéuticos, extracción de malos espíritus, crecimiento, buen éxito en la caza e influencia benéfica de las estrellas.

    En general, en la vida de los pueblos que se hallan en contacto con la naturaleza, no hay ocasión en que se prescinda de la danza. El nacimiento, la circuncisión, la consagración de las jóvenes, el matrimonio, la muerte, la siembra, la cosecha, la celebración de los jefes, la caza, la guerra, las festividades, las fases lunares, la enfermedad, siempre en todo ocupa lugar la danza (Curt Sachs 15)

    En la mayoría de las culturas orientales y pueblos originarios, se concibe el desarrollo del ser humano en una unión indisoluble con la evolución del universo. Para alcanzar este desarrollo armónico, este equilibrio, requiere del uso de todas sus capacidades y posibilidades de manifestación. Dentro de esta concepción, se considera al cuerpo como un aspecto del Todo que es el hombre y por lo tanto debe tener un lugar importante en su evolución tal como la mente y la emoción.

    En la cultura china también se ofrece una visión muy parecida.

    En el Tao, los dos principios cósmicos, yin (sombra) y yang (claridad) principio femenino y masculino respectivamente, mantienen una exacta correspondencia y una armonía creadora en el cuerpo por medio de una alternancia de forma de contraposición, de energías diferentes y complementarias.

    Se plantea que para gozar de un buen estado de salud, es imprescindible estar en armonía con el Chi que es la energía vital.

    En la medicina ayurvédica, el cuerpo, ya sea a través de la percepción o la digestión, siempre está interactuando no sólo con el entorno físico, sino también con la estructura social, produciendo cambios en los estados mentales. Toda esta influencia puede fortalecer o debilitar el cuerpo, porque todo está impregnado de energía vital y alcanza a la conciencia a través de los sentidos y las emociones.

    La práctica del Yoga tiene como objetivo lograr una meditación de conexión con la divinidad, y las posturas corporales van en esa dirección. La Gimnasia chinase crea a partir de los conocimientos adquiridos por Bodhidarma en la India y luego se incorporan y se adaptan según las necesidades de humedad, calor etc. del territorio chino.

    Lo interesante de las prácticas de estas dos culturas es que ambas pretenden restaurar, restablecer la salud corporal con el entorno mental, físico, cultural y espiritual.

    En las más diversas áreas religioso-culturales de la humanidad, la salud siempre se fundamenta en el principio del equilibrio energético de factores complementarios que es preciso armonizar con la energía cósmica o vital cósmica llamada Prana por el hinduismo, ka, por los egipcios, Ngenechen para el pueblo mapuche o la energía del orgón de Wilheim Reich.

    Resulta evidente que unánimemente todas estas expresiones subrayan el hecho de que la armonía del cuerpo humano, haciéndose eco y reproduciendo la armonía del cosmos, es equivalente a la salud, mientras que la desarmonía representa la enfermedad y la consiguiente distorsión de las relaciones del hombre con el cosmos.

    Para entender nuestras prioridades en relación a la salud, el orden para el logro de esta en la medicina occidental es:

    Biológico (salud del cuerpo)

    Sicológico (salud de la siquis)

    Sociológico (salud en relación al entorno, familia, raíces).

    En cambio, por ejemplo, para una de las culturas de los pueblos originarios, la Mapuche, es Socio-Bio-Sicológico, es decir lo social es de primera importancia, su familia y el entorno en donde nace la persona, mar, montaña, valle.

    Para el pueblo mapuche si la persona nació en un determinado entorno cuando se le desarraiga, lo más probable es que sufra enfermedades.

    El autor Ziley Mora uno de los más importantes investigadores y ensayistas de la cultura ancestral chilena, acota:

    Los mapuches, estiman que la irrupción de la enfermedad física, se explica cuando el hombre se encuentra en su estado de ánimo más vulnerable. Si el cuerpo y alma de la persona en un momento dado no funcionan como una sola voluntad de ser y hacer, con una única e íntegra intención, se torna en nido predilecto para que lo posesionen y cohabiten demonios invisibles o espíritus malignos, algunos de los cuales surgen como enviados por los "dioses de la enfermedad y de la muerte.

    Quien transite por la vida con dos pensamientos (epurakiduam), se expone a ser pasto de los señores o dueños del mal del dolor (kutran) de las desgracias y de los brujos. La tarea permanente del indígena, la eterna vigilia de sí mismo, apunta a reunir sus facultades en torno a lo que la realidad exija de él en ese instante, a mantener la mente despierta (trepelaimiduan) para así disponer de una granítica cohesión interna y contrarrestar los asaltos de energía (físicas o sutiles) extrañas a sí mismo. Cuando reina la división y el descontrol del mundo síquico, expresado en una separación de la mente (rakiduam), el corazón, (piuke) y el cuerpo (kalul), el Yo queda a merced de una voluntad extraña, el wekufe. Si el hombre no es capaz de poseerse a sí mismo, debe esperar que sea poseído por otros entes. Así la noción de enfermedad mapuche como cuerpo extraño introducido mágicamente por un centro síquico externo y con deliberación, tiene su base, antes que una baja en las defensas inmunológicas, en una bajada de guardia del alerta síquica, en un deterioro del nivel consciente. (8-9)

    En el conocimiento ancestral Inca, todo es reciprocidad. Uno enferma cuando se llena de energía pesada o hucha, por tener actitudes egoístas y no dejar fluir el sami o energía ligera. En las curaciones se pide a la parte del cuerpo que se armonice con la Pacha mama (La Madre Tierra) y permita que el bloqueo se equilibre y así la persona puede sanar.

    Cabe destacar que el concepto de familia en las culturas indígenas, no sólo habla de los padres, abuelos, hermanos, tíos, sino que incluye a las plantas, los árboles, el agua, la tierra, el viento es decir la naturaleza toda y se cuida todo con el amor que se hace con las personas.

    La raíz de nuestra civilización es herencia indiscutible de la civilización griega.

    En la Grecia antigua existía interés por el desarrollo, tanto de lo corporal como lo sicológico. La Gimnasia era un elemento importantísimo dentro de la educación y de la vida social de los

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