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El alma sabe: Un método de sanación a través de la terapia de vidas pasadas
El alma sabe: Un método de sanación a través de la terapia de vidas pasadas
El alma sabe: Un método de sanación a través de la terapia de vidas pasadas
Libro electrónico450 páginas8 horas

El alma sabe: Un método de sanación a través de la terapia de vidas pasadas

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Las respuestas a los conflictos e inquietudes que vivimos como seres humanos están en el alma, porque nadie sabe más de nosotros mismos. Si el alma puede todo esto, si es tanto lo que sabe, ¿por qué su sabiduría no suele estar a nuestra disposición? Simplemente porque hemos olvidado su cuidado, porque hemos dado la prioridad a la experiencia material, relegando nuestra esencia al último lugar.
La doctora Viviana Zenteno ha dedicado su especialidad médica a profundizar en las etapas que el ser humano pudo haber vivido antes de nacer. Mediante regresiones contacta con las vidas pasadas que cada persona lleva consigo, como una mochila de virtudes y defectos que le condicionan su psique y emocionalidad. Este libro constituye un manual para el autoconocimiento y la sanación.
La Dra. Zenteno presenta en este libro la Terapia de Vidas Pasadas como una técnica de acceso a la sabiduría al alma, que trabaja en todos los niveles del ser: físico, mental, emocional y espiritual.
A través de casos reales se ve cómo la terapia de regresión terapéutica permite desbloquear energías, recuperar fragmentos del alma que quedaron atrapados en los eventos traumáticos del pasado, y lo que es muy importante para todo ser humano: comprender, rescatar el sentido profundo de lo que se vivió.
Una terapia donde los pacientes van al reencuentro con su esencia, recuperan la conexión con el alma, y son guiados por su misma sabiduría para sanar.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento27 abr 2018
ISBN9789563243826
El alma sabe: Un método de sanación a través de la terapia de vidas pasadas

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    El alma sabe - Viviana Zenteno

    ellos.

    Palabras preliminares

    Este es el tema central de mi segundo libro, la conclusión a la que he llegado después de 35 años de ejercer la Medicina y 15 trabajando con terapia regresiva.

    El alma de cada persona sabe lo que necesita para acercarse a la sanación. No hay terapias que funcionen desde afuera. Toda terapia exitosa requiere de la participación consciente o inconsciente del paciente.

    Pues el ser humano está en constante evolución, como especie y como alma. Precisa aprender para evolucionar, precisa encontrar respuestas. Las experiencias de toda vida son aprendizaje. Y cuando aprendemos, no necesitamos seguir atrapados en una vivencia: pasamos a otra.

    Aunque admiro y a menudo recomiendo otros tipos de terapias transpersonales, solo puedo hablar con toda propiedad de la TVP que es la que yo practico y enseño: cada día me maravilla cómo terapeuta y paciente logramos crear el espacio sagrado donde transcurren las sanaciones y los milagros.

    La Terapia de Vidas Pasadas es una de las terapias que cumplen con el requisito de trabajar desde el interior del individuo.

    ¿Cómo lo logra? Permitiendo que el alma del paciente busque y encuentre las situaciones del pasado que están condicionando sus conflictos del presente. Al encontrarlas debe revivirlas y completarlas, para así liberar la energía bloqueada en ellas, y rescatar su verdadero significado.

    Solamente el alma de cada uno sabe cuáles son los temas pendientes que vinimos a trabajar en esta vida, y es el alma la que elige cuándo y cómo.

    Así pues, una enfermedad, una crisis, un duelo, por dolorosos y devastadores que sean, siempre tienen un sentido. No es fácil comprender esto, y nuestro primer impulso es rebelarnos contra un destino aciago, ya sea que lo atribuyamos a Dios o a los hombres.

    Y sin embargo, es por algo. Tantas veces he observado pacientes que han llegado en franca rebeldía frente al sufrimiento, y al completar su trabajo terapéutico aseguran:

    Ahora sé que todo está bien, todo es justo o: No hay fracasos, solo aprendizajes.

    ¿Cómo se accede a la sabiduría del alma, cómo se adquiere la toma de conciencia que permite rescatar el significado profundo de las experiencias?

    Hay muchas formas. En este libro pretendo mostrarles la que yo conozco.

    Santiago de Chile, agosto de 2014.

    ALGUNOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES EN TVP

    ¿Qué es la TVP?

    Quienes hayan leído mi primer libro, o los del doctor José Luis Cabouli, ya lo saben.

    Vuelvo a explicarlo en pocas palabras: La TVP o Terapia Regresiva es una técnica de Psicología Transpersonal que trabaja en todos los niveles del ser humano: físico, mental, emocional y espiritual. Según mi interpretación, logra trabajar a nivel del alma.

    Su fundamento es que todo lo que hemos vivido se almacena en una memoria extracerebral, que podríamos llamar memoria del alma, condicionando desde allí nuestra vida presente.

    Si no es el alma, ¿qué es?

    Por cierto, yo estoy convencida de que los seres humanos somos almas, almas transitando en una experiencia física, para lo cual necesitamos un cuerpo. Pero comprendo que algunos de ustedes duden profundamente de la existencia del alma.

    ¿Cómo explicarles, entonces, en qué nivel funciona esta terapia, que para mí es una Terapia del Alma?

    Creo que no es difícil. Porque exista o no el alma, en todo ser humano hay una noción de trascendencia, una misteriosa e inspiradora voz que nos dice que somos mucho más que materia, que somos conciencia. Y que en algún punto, esta conciencia humana puede ampliarse a otras conciencias, a la humanidad, al universo, y finalmente a la divinidad.

    Y sin embargo, solemos negarnos a ese concepto, volcando en el exterior nuestra esperanza, desoyendo esa voz que nos orienta a la búsqueda interior. Así nos desconectamos del saber del alma, olvidando nuestra verdadera naturaleza. Vivimos como si fuéramos cuerpos, pero en realidad somos almas.

    Pero tarde o temprano nuestra esencia buscará expresarse. No hay forma de mantenerla reprimida para siempre. Su llamado es a reconectarnos con nosotros mismos, reconocernos en nuestra integridad.

    Todos los humanos tenemos esta potencialidad, dependiendo de la circunstancia y del momento. Lo más frecuente es que sea una crisis la que nos lleva a manifestar nuestra trascendencia. Alguna que otra vez puede ser un regalo, una revelación, que no requiera atravesar por el dolor.

    La TVP proporciona al individuo una guía y un apoyo para reconectarse con su propia alma, permitiendo que esta con su sabiduría le muestre cómo sanar, cómo aprender y cómo evolucionar.

    Karma y libre albedrío

    El Karma es una Ley Universal, cuyo significado es: Acción y Reacción. Nada tiene que ver con castigo o fatalidad, es simplemente una ley de justicia que restablece el equilibrio.

    Cada acción humana desencadena una acción, que es siempre compensatoria y equivalente. Tenemos libre albedrío para actuar, por lo tanto nuestro destino depende de nosotros, lo podemos crear y es lo que hacemos desde nuestra primera aparición en el plano físico.

    Con tanta libertad, resulta que nos equivocamos y al fin, no somos libres:

    1º Porque estamos insertos en la red del Karma creada por nuestras acciones y por las huellas que estas acciones crean en el alma (Samskaras).

    2º Porque estamos atados con diversas personas que han sido significativas en nuestras vidas, y no nos hemos liberado cuando debíamos hacerlo (Lazos Energéticos).

    Mecanismos de daño y condicionamiento

    Los mecanismos que nos llevan a estos daños o condicionamientos pueden originarse muy atrás en el tiempo, y pueden ser muy diversos. Les detallo los más importantes para que los reconozcan en los diversos capítulos y en los casos clínicos.

    Mandatos: Son verdaderos decretos del alma que nos hacen actuar dentro de patrones o programas que repetimos una y otra vez. Los mandatos provienen de nosotros mismos o de otras personas o grupos que han tenido poder sobre nosotros.

    A menudo los mandatos son provocados por los samskaras, por ejemplo: si en otra vida una mujer abandonó a sus hijos, el samskara puede ser la culpa, y el mandato una frase como no soy digna de ser madre. Pues bien, la fuerza del mandato es tan poderosa, que puede provocar esterilidad o infertilidad a nivel físico.

    Promesas, Juramentos y Pactos: Compromisos del alma que son proferidos en un momento especialmente significativo, y que si no se limitan en el tiempo, pueden atravesar las vidas.

    Votos: Compromisos que se realizan frente a la Divinidad, que también pueden prolongarse a través de las vidas si no se demarca el periodo. Es muy frecuente encontrar votos en las vidas de monjas, sacerdotes y monjes de la religión católica, que pueden ser uno o más de los siguientes: Pobreza, Castidad, Silencio y Obediencia. Imaginen las consecuencias que pueden derivar de ellos. También son votos los que hacemos en la ceremonia nupcial religiosa.

    En general los compromisos crean lazos energéticos.

    Maldiciones: Frases que operan como verdaderas sentencias, cargadas de sentimientos negativos y deseos de daño; solían extenderse a varias generaciones o varias vidas. Podríamos decir que maldecir es lo contrario de orar o rezar por alguien.

    El requisito para que estos mecanismos funcionen es que la frase o decreto haya sido pronunciada con verdadero compromiso del alma, esto es, en un momento de intensa emocionalidad, sea positiva o negativa, pero de culminación. En el caso de los mandatos, muchas veces se agrega la repetición, algo que es muy común en padres o profesores.

    Es tan cierto lo que les digo, que cuando se trata de votos religiosos o matrimoniales, he podido constatar que solo hacen efecto aquellos que se realizaron con verdadera intencionalidad.

    ¿Qué hacer cuando encontramos estos mecanismos?

    A lo largo de este libro hay muchas historias que ejemplifican lo que aquí les relato; de hecho dedico capítulos enteros a los temas de Recuperación del Alma y Lazos Energéticos.

    Por lo tanto no entraré en detalles; quiero señalar que en nuestra terapia respetamos en todo momento la voluntad del paciente: una vez ubicados las heridas o los nudos originales, ayudaremos al paciente a sanarlas o a desatarlos solo si él así lo quiere.

    Una palabra más: en última instancia la Terapia de Vida Pasada es una terapia de liberación, porque al evolucionar vamos avanzando en nuestro camino hacia la libertad.

    CAPÍTULO 1

    RECUPERACIÓN DEL ALMA

    Por eso cuando dijo que no me quería

    apreté los dientes, dije que me iría… 

    Mil pedazos de mi corazón

    volaron por toda la habitación… 

    En medio de mi pecho quedó un agujero

    porque no se viera puse mi sombrero… 

    Mil pedazos de mi corazón

    volaron por toda la habitación… 

    Christina Rosenvinge, Mil Pedazos

    Tenemos el privilegio de vivir en una época que ha permitido muchas aperturas. Un siglo atrás no habríamos imaginado que una fracción importante de la comunidad médica científica llegaría a aceptar que la Medicina es una sola, abriéndose a conocer y validar formas de sanación de un origen sociocultural muy diverso.

    A medida que fui acumulando experiencia en el trabajo con regresiones, y a la vez obteniendo información sobre las técnicas de Medicina ancestral, me fui percatando cómo los conceptos de la TVP se ligan en forma muy natural con algunos provenientes del chamanismo.

    Estos conceptos me han sido de gran utilidad para explicarme el daño que ocurre a nivel del alma, que es lo que sucede en primer lugar en toda enfermedad.

    Fragmentación y atrapamiento

    Cuando un hecho traumático sobrepasa los límites de tolerancia individual, el alma puede fragmentarse, y ese fragmento puede quedarse atrapado.

    No importa cuánto tiempo transcurra desde el hecho primario, porque para el alma el tiempo no existe: Cada vez que algo o alguien nos hace contactar con esa vivencia, esta reaparece con todo su dolor, y reaccionamos igual que la primera vez.

    Por cierto, la mayor parte del tiempo no conocemos la experiencia original, y tampoco nos percatamos de cómo una fecha, una persona, una situación, la trae de golpe a la conciencia actual. Tan solo la volvemos a vivir.

    Este daño del alma está en el origen de muchas afecciones físicas, mentales y emocionales que en apariencia no tienen explicación.

    Si nos planteamos que hemos vivido muchas vidas, es evidente que nuestra alma se ha fragmentado muchas veces y muchas veces se ha quedado atrapada: es lo que denominamos Multifragmentación y Multiatrapamiento.

    Las consecuencias son múltiples:

    Pérdida de energía que queda con el fragmento y que deja de estar a nuestra disposición, con la consiguiente desvitalización.

    Hibernación de talentos y características que estaban asociadas con ese fragmento y con esa vivencia.

    Reacciones inexplicables o desproporcionadas al estímulo que las provoca en el momento presente.

    Reemplazo de la energía perdida por otras energías, intrusas, que acentúan el daño.

    Pérdida del alma

    Cuando el trauma es intolerable, cuando excede todo límite, el alma se retira para preservarse, llevándose con ella talentos y potencialidades, y, lo que es peor, la energía vital.

    La pérdida por cierto, no puede ser total, ya que si lo fuera, ocurriría la muerte. Entonces, lo que ocurre es una muerte en vida, son personas que funcionan "con el piloto automático"; la vida es lo que les pasa a otros, ellos son meros espectadores.

    La psicología convencional también reconoce que cuando el trauma es demasiado severo, las partes vitales del Yo y el sentimiento pueden separarse, dejando al individuo enajenado de su ser esencial. A este mecanismo le llama Disociación.

    Los niños pequeños tienen especial facilidad para salir del cuerpo en caso de trauma; en caso de abuso sexual por ejemplo: la pequeña víctima entrega su cuerpo, pero preserva su alma, lo que resulta en un bloqueo de memoria que puede durar decenios, hasta que empiezan a aparecer flashbacks del episodio. Como especialista en trauma infantil, John Bradshaw lo describe muy bien. (1).

    ¿Qué signos sugieren pérdida del alma?

    Desconexión: ver la vida de afuera

    Depresión, ideación suicida

    Tristeza, melancolía , desmotivación

    Pérdida de memoria

    Crisis de pánico

    Fobias

    Trastorno de Estrés Post Traumático

    Desmayos frecuentes

    Duelos eternos

    Enfermedades crónicas

    Trastornos de alimentación

    Desvitalización extrema

    ¿Y a dónde se retira el alma?

    Según el chamanismo, el alma se refugia en la realidad no ordinaria, distinta a la realidad ordinaria, que es aquella en la que funcionamos normalmente. Para ir en su búsqueda, el chamán realiza un viaje, es decir, cae en un trance, inducido casi siempre por tambores y a veces con alucinógenos. Encuentra el alma y la rescata, soplándosela de vuelta al paciente, con lo cual concluye la ceremonia de sanación. Aquí quiero mencionar el interesante trabajo de Michael Harner (2), y Sandra Ingerman (3), chamanes modernos que han contribuido a divulgar y validar esta técnica ancestral en la civilización actual.

    Lo que nosotros observamos en TVP es que los fragmentos del alma se encuentran encapsulados en la situación traumática, en la cual se ha creado una especie de tiempo presente eterno, con todos los componentes fisiológicos, emocionales y mentales del trauma original. Sin duda este presente eterno pertenece a la realidad no ordinaria, diferente a la ordinaria, en la cual el individuo ha seguido funcionando automáticamente, sin su chispa vital. El terapeuta actúa como guía y acompañante, pero es el propio paciente quien activamente realiza la recuperación del o los trozos escindidos de su alma. Al revivir el hecho original, la persona comprende cómo y por qué los perdió, y sabe exactamente lo que tiene que hacer para recuperarla.

    El trabajo terapéutico que culmina con la recuperación del alma tiene resultados inmediatos y asombrosos, francamente impactantes para quien desconoce los fundamentos de la técnica de TVP.

    ¿Cuándo sospechar atrapamiento o pérdida del alma?

    Cada vez que un hecho (en esta vida o en otra) ha excedido los límites soportables para el ser. Debemos recordar que estos límites son diferentes en cada individuo: el umbral de dolor del alma es tan variable como el umbral de dolor físico.

    Respetando estas variables, los hechos más frecuentes son:

    Abuso sexual

    Maltrato físico, tortura

    Adicciones

    Trastornos de Alimentación

    Muerte violenta o en suplicio

    Muerte por suicidio

    Desmembramientos, decapitaciones

    Explosiones, Guerras, Cataclismos

    Trasplantes (el donante)

    Asaltos, accidentes

    Pérdida de un ser amado

    ¿Hay un límite de tiempo en que el alma puede estar perdida?

    No lo hay, porque como dije antes, para el alma el tiempo no existe, y porque podemos seguir reencarnando aún cuando un fragmento importante se encuentre retenido. Obviamente nacer en tal condición trae consigo muchas consecuencias que no encuentran explicación en la biografía de la vida actual.

    ¿Podemos evitar la fragmentación y la pérdida del alma?

    Es imposible evitar las vivencias traumáticas; son parte de nuestro aprendizaje. Lo que sí podemos y debemos hacer es protegernos:

    Identificándonos con nuestra esencia: Somos almas transitando una experiencia física.

    Evitando maltratar el cuerpo: Lo necesitamos para vivir esta experiencia. Cuidar el cuerpo para cuidar el alma.

    Fortaleciendo nuestra aura: Procurando la armonía personal, el contacto con la naturaleza, usando técnicas de protección.

    ¿Hay base científica para estos postulados?

    La Medicina y la Psicología científicas han estudiado exhaustivamente el mecanismo de Disociación y el Trastorno de Estrés Post Traumático, y sus hallazgos son coherentes con lo que observamos en la práctica.

    La Dra. Candace Pert (4), ha demostrado que la mente no está localizada solo en el cerebro, sino distribuida por todo el organismo, y que las emociones son el contenido informacional: cuando las negamos o apartamos, nuestro sistema se bloquea y se paraliza la vitalidad. El Dr. Bessel Van der Kolk (5), ha constatado a su vez que mientras nuestra mente trata desesperadamente de olvidar, las emociones grabadas en nuestro cuerpo nos mantienen atrapados en el pasado

    Ahora voy a presentarles algunos casos clínicos que muestran claramente estos mecanismos y cómo se resuelven con la TVP, guiados por el terapeuta, pero fundamentalmente por la sabiduría del alma.

    ¿QUIÉN DEJÓ A QUIÉN? DIÁLOGO CON EL ALMA

    19-11-2002

    Pablo (49, médico cirujano) me mostró por primera vez lo que es la pérdida del alma. Su historia está en mi primer libro.

    Lo conocí en la Universidad y al reencontrarlo en el contexto de su adicción a drogas, me impresionó su mirada vacía.

    Fue muy doloroso y muy impactante para mí que en esos ojos que antes mostraron tristeza, alegría, y toda una gama de vivencias, de pronto no hubiera nada.

    Me pidió complementar con TVP su tratamiento de rehabilitación, y en su primera sesión comprendí la razón de ese vacío.

    Dra: ¿Cómo te sientes?

    Pablo: Muy intranquilo, no veo nada, hay una bruma, una cueva, como si en mi vida no tuviera nada que decir, una sensación de vacío en los ojos. (Eso es, él también la siente).

    Tengo rabia con mi alma porque no está. Porque me dejó, porque no puedo sentir.

    D: ¿Cuáles son las heridas del alma? Dile que se exprese.

    P: Dice que yo la abandoné, que no tiene nada que decir. Que fueron muchas las agresiones.

    D: Pídele que vuelva.

    P: No quiere volver, está confundida. Siente que soy un fraude, que dentro de mí no hay nada. No estoy seguro si la necesito.

    D: ¿Cómo se siente estar vacío?

    P: Se siente mal, no tengo vida, no tengo emociones. Rabia conmigo, porque no cumplí las expectativas de mi alma, fui yo que me aparté, por el poder de la droga.

    Me sentía poderoso y ella se sentía rechazada, inhibida, desechada.

    D: ¿Y si dejas la droga? Entonces el alma podría volver.

    No me responde; está al comienzo del tratamiento.

    14-04-2003

    Cinco meses después y muy avanzada su recuperación, acude para una última regresión antes de su alta médica.

    Pablo se encuentra en un lugar desierto, descalzo, desnudo y perdido, buscando señales, huellas para orientarse.

    P: No debí venir a este lugar… tengo que tomar una decisión ¿Qué hacer con mi vida? Siempre tomo opciones equivocadas.

    D: Avanza.

    P: ¡Es difícil, no hay un sendero, pero tengo energía! Encuentro el camino, pasa por un bosque, y al final de él está mi casa.

    Es hermosa, tiene árboles y flores… es luminosa, como un lugar de paz, pero con vida… están mis hijas, me siento feliz porque las veo alegres al fin.

    D: ¿Vas a entrar?

    P: Tengo que entrar, pero me cuesta, las puertas están cerradas. Yo estoy afuera, como que mis hijas tienen su vida y no me ven.

    Golpeo hasta que me escuchan… se quedan todas sorprendidas al verme llegar… desnudo y con arañazos que me hice al atravesar el bosque. Me pasan un paño para cubrirme, yo las abrazo… 

    Ahora están felices, les digo: estoy de vuelta y les cuento los caminos que recorrí y cómo me hice las heridas.

    Que por fin de una decisión equivocada salió una correcta.

    D: ¿Qué te transmiten tus hijas?

    P: Me hacen sentir que yo formo parte de sus vidas y que me perdonan y me entienden. Me abren la puerta… significa que ellas quieren que viva, aún con los errores que cometí.

    Es volver a la vida, porque yo estaba muriendo, no tenía futuro, y ahora sí lo tengo.

    D: Ahora volverás a tener un diálogo con tu alma.

    P: Es que ella sabe todo de mí.

    ¿Por qué siempre me pones en la disyuntiva? ¿Por qué eres tan inflexible?

    Me dice que soy muy impulsivo, que tomo decisiones muy apresuradas.

    Le pido a mi alma que me enseñe eso. Me dice que tengo que aprenderlo. Meditar unos segundos antes de decidir. Ella me va a ayudar. Pero lo que importa es que ahora tengo razones para vivir, ahora vuelvo a tener vida, a tener futuro, y he recuperado mi alma.

    Al concluir la sesión, Pablo manifiesta su firme voluntad de continuar sano y completo su camino de vida:

    "Yo, Pablo, me comprometo a escuchar la advertencia de mi alma, antes de tomar unas decisión".

    Han transcurrido 10 años. Pablo recuperó su vida: volvió a ser un profesional exitoso; junto a su esposa disfrutan de los nietos que les han dado sus hijas y continúa conectado con la sabiduría de su alma.

    Comentario de Pablo

    Me parece como algo tan lejano en mi vida, y bueno, si el tango dice que veinte años es nada, para mí estos 10 años han sido de mucha importancia. De aquello te estaré eternamente agradecido, sintiendo aún tu enorme ayuda para dejar atrás el tremendo peso que me atormentaba y hacía sufrir a quienes me quieren. Nuevamente gracias.

    DISAUTONOMÍA

    02-08-2011

    Matilde (52, psicóloga), está en tratamiento por disautonomía.

    Su infancia fue triste, con poco cariño, excepto por un tío abuelo que fue siempre muy afectuoso con ella. En la adolescencia sufrió un trastorno de alimentación.

    Su matrimonio no fue feliz; tuvo 2 hijas y finalmente logró separarse,

    La disautonomía es una condición caracterizada por falta de energía que se agrava al avanzar el día y tendencia a caída de los signos vitales (presión arterial y frecuencia cardíaca), muchas veces llegando al desmayo con pérdida de conciencia.

    En palabras de la paciente Es como que se me fuera la vida… como que me chupan la energía vital… aprovecho lo que puedo antes del mediodía… me aflijo cuando se acaba el día.

    Ella acude a esta sesión muy angustiada por los problemas de relación con su hija mayor, Maricarmen. Matilde se siente maltratada por ella, y con una sensación de abandono, pena y ausencia de cariño.

    Dra: A la última vez… 

    Matilde: Cuando le cuento a mi cuñada lo difícil que está Maricarmen; ella misma me pide que le cuente más y cuando estoy en la parte más dolorosa, casi llorando, ella se para y me deja hablando sola.

    Pienso en no existir. Me siento un bebé no querido. Lo siento en el corazón y en el estómago… 

    D: A la ocasión más fuerte en esta vida.

    M: Cuando me pusieron en un colegio que yo no quería pero que enorgullecía a mi papá… Siempre sufrí allí, lloraba todas las noches, mis compañeras me molestaban porque nunca me integré. No quisieron cambiarme, nunca se preocuparon de lo que me pasaba.

    D: Al origen más remoto… 

    M: Una caverna. Soy un bebé desnudo, solo… como de 8 meses… Llorando con desamparo, mirando alrededor.

    D: Antes… 

    M: Una mujer embarazada. Yo estoy dentro.

    Ella no quiere ser mujer ni quiere ser madre. En el parto la ayudan, ella quiere desprenderse.

    Alguien me cuidó hasta los 8 meses. Eran animales, no humanos… me querían. Tuvieron que emigrar y al irse, no pudieron llevarme. Me dejaron en un lugar protegido del frío, pero nada más.

    Me siento igual que ahora… no querida, abandonada, para qué existir. Así y todo, no me voy. No quiero abandonar el cuerpo, quiero hibernar… y al morir, me quedo vagando cerca, llena de pena.

    (Eso es, una pequeña alma en pena).

    D: ¿Cómo te afecta en tu vida actual?

    M: Me hace ser muy maternal, desde chica. Para mí no había mejor panorama que cuidar a un bebé… y deseaba tanto tener hijos.

    Y cada vez que siento el abandono, la pena, y la falta de recursos, me dan ganas de hibernar. Quisiera sobrevivir, pero sin necesitar nada. (Esto se relaciona con el trastorno de alimentación y la disautonomía).

    D: Sin embargo, en algún momento, lograste salir de ahí.

    M: Sí, finalmente subo a la luz.

    D: Vamos a revisar si hay otra vida relacionada con la maternidad, y si es posible, con tu hija Maricarmen.

    M: Somos dos hermanas, vivimos felices en una gran casa de campo, parece ser Norteamérica. Mi hermana es un poco menor, y es Maricarmen. Ella es preciosa. Yo la adoro.

    D: Tú ¿cómo eres?

    M: Yo también soy bonita, pero no tanto, soy más sencilla, ella es deslumbrante. Es más racional que yo, sabe lo que quiere en la vida.

    Tenemos un papá muy amoroso, avanzado para la época, porque nos ha dado la libertad de ser nosotras mismas. Reconozco en él a mi tío abuelo que me dio el cariño que necesitaba en mi infancia. Mamá es más fría, pero él lo compensa con creces.

    D: Avanza… 

    M: Hay un hombre… es mi primer amor… es apuesto, hijo único de una familia rica… nos enamoramos (no lo reconoce en alguien de esta vida).

    Mi hermana puede tener a cualquier hombre que ella quiera, pero se fija en mi novio… lo conquista con malas artes… no sé cómo, porque yo estoy segura que él me quiere a mí.

    La deja embarazada. Se tienen que casar, no hay otra solución para esa época.

    D: ¿Cuál es el momento más doloroso para ti?

    M: Cuando él me lo cuenta, porque lo veo sufrir… pero lo peor para mí es que ya no va a poder ser el padre de mis hijos… y ella no me va a dejar acercarme a los suyos.

    Se casan y se van lejos, ya no los veo más. Mi papá se muere pronto, creo que de pena. Él siente que fracasó como papá.

     Yo seguí viviendo físicamente, pero sin emociones, es como que me hubiera muerto sin morirme. Muero vieja, resistí la vida. No la viví. Mis emociones quedaron congeladas.

    (Ahí está, la fragmentación, la pérdida de un gran trozo del alma).

    D: Al morir, ¿Te propones algo hacia el futuro?

    M: Me propongo ser mamá.

    D: ¿Perdonaste a tu hermana?

    M: Creo que sí, pero fue un perdón unilateral, porque nunca lo pidió. No sé por qué la perdoné, quizás porque la quería de verdad.

    D: ¿Cómo afecta esto a la relación con tu hija Maricarmen?

    M: Es tan curioso porque yo lo único que quería era ser mamá… y sin embargo lo pasé pésimo en el embarazo, vomitaba sin parar y al final lo que deseaba era que ella saliera en el vómito, se fuera.

    Y luego, al nacer, fue una felicidad muy, muy profunda. Pero cuando empezó a ser más personita, sentí que me costaba ser afectuosa físicamente con ella… 

    Y más raro aún, con mi segunda hija, que es adoptada, siempre me fluyó el cariño de piel.

    (Tienen una relación kármica y su alma lo sabía).

    Muchas veces en la vida me he sentido así, teniendo que funcionar físicamente aunque muriendo por dentro. Como que mi alma no estuviera ahí… por tiempos largos… 

    D: ¿Cuál es el aprendizaje de esa vida?

    M: Aprendí a funcionar disociada.

    Más que un aprendizaje, es un Mandato: Desaparecer de la vida cuando una experiencia se vuelve intolerable.

    Sube a la luz y se encuentra con su padre (tío abuelo actual); se da cuenta que es su maestro principal.

    M: Me dicen que debo encarnarme de nuevo y volver a encontrarme con ella. Aprenderé a ser más humana, a desarrollar más mi capacidad de amar.

    D: Dale las gracias a tu maestro. (Lo hace).

    Preguntamos si es necesario revisar otra vida con Maricarmen; aunque Matilde sospecha que es así, no aparece.

    Procedemos entonces a realizar un Corte de Lazos entre madre e hija.

    Matilde visualiza gruesos cordones semejantes a cuerdas de barco entre ombligo y ombligo. Ambas participan: Los cortan con tijera, los queman y plantan un girasol que simboliza la nueva relación.

    Luego Matilde y Maricarmen recuperan el Poder personal que ambas se habían arrebatado en esta vida.

    02-09-2011

    En esta sesión accedemos al libro de la gestación de Maricarmen:

    Fueron enemigas siempre. Ella traía la rivalidad desde la otra vida. En el útero se rechazaban mutuamente. Se sigue repitiendo.

    Matilde vuelve a vivenciar su embarazo y realiza la aceptación de Maricarmen en su vientre. Le dice que la ama, pero que no por ello desviará su propia vida. Al cortar el cordón umbilical energético tras el parto, la libera y se libera del todo.

    Realiza un contramandato: "Yo Matilde, quiero estar presente en mi propia vida".

    Un mes después Matilde me visita para cerrar su proceso terapéutico.

    Me relata que ocurrió un milagro con Maricarmen: se acercó a confidenciarle sus temas de pareja, y para su cumpleaños le regaló un precioso Tarot hecho por ella misma.

    Comentario de Matilde

    "Pese a mi desconfianza inicial y a cierto temor en relación a mi capacidad de entrar en regresión, esta resultó fácil y fluida; la idea de que mi alma sabía lo que yo necesitaba y se encargaría de guiarme me tranquilizó, y me dejé llevar sin tratar de controlar el proceso.

    Lo más significativo para mí fue obtener una visión por completo diferente a las explicaciones que hasta entonces me habían dado acerca de la disautonomía. Que mi alma abandonara mi cuerpo hacia un lugar indeterminado por un lapso también indefinido, como única forma de sobrevivir ante un estrés extremo, y que en ese intertanto fuera dejando pedacitos, fragmentos de sí misma, me pareció maravilloso… de pronto tenía tanto sentido para mí esta sensación de no estar completa y perder casi totalmente mi energía vital, quedando como muerta en vida cada vez que sufría las temidas crisis.

    Es como si existiera una sabiduría profunda dentro de nosotros, capaz de protegernos sin que siquiera nos enteremos… aunque dejando huellas indelebles en el alma… hasta llegar a la instancia de ser capaces de emprender el camino de regreso para ir poco a poco rearmando y revitalizando nuestro ser.

    Creo, de acuerdo a mi experiencia, que este es un proceso de búsqueda permanente y lento, ya que se rige por los tiempos del alma, indescifrables para nosotros, al menos en nuestra vida terrenal. Por lo tanto, no hay que esperar cambios rápidos ni espectaculares, pero sí concretos, profundos y reales.

    Dejo por escrito mi inmensa gratitud a Viviana por su calidez, respeto, contención, y la tremenda generosidad con la que comparte su sabiduría; fue clave en posibilitar el proceso y acompañar la ruta de mi alma."

    SE APAGÓ LA LUZ

    20-07-2011

    Tamara (20, Estudiante de Diseño) desde pequeña se ha sentido distinta, no se identifica con nada ni con nadie de su entorno. Se lleva mejor con los mayores, sus profesores por ejemplo, pero de todas formas no hay una verdadera conexión.

    Su padre se fue del país cuando su madre la esperaba; regresó cuando ella tenía 5 años y se separaron cuando cumplió los 10. Tamara siente que están mejor separados que juntos, y de todas formas no se siente cercana a ellos. Con su único hermano se lleva mejor.

    Después de todo me gusta ser como soy, pero igualmente siento que me pierdo algo.

    Dra: Muy bien ahora vamos a dejar que sea tu alma la que busque las respuestas, el por qué te sientes tan distinta, vamos al verdadero origen. 

    Tamara: Me siento muy sola (comienza a llorar).

    D: Eso es, justamente, te sientes muy sola… pero yo estoy aquí Tamara, te voy acompañar. Fíjate bien, ¿Dónde estás y cómo eres cuando te sientes tan sola?

    T: Una casa. Soy mujer, como de mi edad actual, algo más delgada. Tengo un vestido de color… largo… y encima un delantal de color blanco… estoy sentada en el piso, mirando hacia la puerta, que está abierta… Alguien se fue. Me dejaron.

    D: Vamos a retroceder para saber quién te dejó: 1-2-3… 

    T: Era un hombre. Es más alto que yo… tiene el pelo oscuro… y es más viejo que yo. Estábamos casados.

    D: Vas a ir a la discusión o conversación final con tu marido. Anda a ese momento. ¿Qué está pasando?

    T: Yo… Parece que perdí a mi hijo.

    D: ¿Cómo? ¿Lo perdiste de tu vientre? O ¿nació y después murió?

    ¿Estás viendo a este hijito?

    T: ¡Sí! Yo estaba parada frente a la chimenea, en la misma casa y lo tenía en mis brazos… pero… después ya no lo tengo.

    D: ¿Qué edad tiene?

    T: Es muy pequeño, recién nacido. Pero yo parece que no quería tener un hijo… no me siento feliz con el hijo, no siento nada.

    D: Vas a retroceder a cuando eras soltera para saber cómo era tu vida, tus padres.

    T: Mi mamá es viuda; somos dos hermanas y dice que yo debo casarme, porque si no de qué voy a vivir. Mi hermana debe quedarse con ella para cuidarla.

    Ella arregla el matrimonio con un hombre mayor, debe tener 35 y yo tengo 20. Yo no quiero casarme, pero tengo que hacerlo. No me queda más remedio. No siento ninguna atracción por él.

    D: ¡Muy bien! Ya estamos más claras. Avanza a tu vida con él. ¿Cómo es tu marido contigo?

    T: Es distante. Le gusto, pero solo físicamente. Él tampoco me quiere. Yo siento rechazo por él. De todas formas hasta que quedé embarazada había armonía y tranquilidad.

    Estoy en una cama teniendo a mi hijo. Me ayuda una nodriza. Dicen que mi bebé es un hombre ¡Es mi hermano de esta vida! (Llorando) ¡Siento que lo echaba mucho de menos! 

    D: ¿Qué dice tu marido cuando nace este hombrecito?

    T: No dice nada… Se vuelve más lejano… ya no me mira, no me toca, no quiere nada conmigo, tampoco quiere al bebé, no lo toma… quiere que yo lo cuide y que crezca pronto.

    Yo lo cuido pero de pronto el bebé ya no está, no sé por qué… no logro recordar por qué el bebé ya no está… 

    D: Tamara, es necesario que sepamos lo que ocurrió con el bebé. Yo sé que es doloroso, pero tenemos que ir a ese momento.

    (La llevo a penetrar ese bloqueo).

    T: Ay, parece que se me cayó… Se me cayó al suelo y ahí murió. Yo estaba sola en la casa… limpiando y se me cayó de los brazos… sí, lo maté, se pegó en la cabecita. Me arrodillo para ver qué le pasa, y no se mueve, entonces lo llevo al doctor y me dicen que está muerto.

    D: ¿Cuál es el momento para ti más terrible, Tamara?

    T: (Sollozando) Cuando me culpan de haberlo matado… Al llegar a casa no sabía qué hacer. Cuando él llegó le dije y él me pegó, me pegó porque yo lo maté… y dice que todo esto es mi culpa… yo sé que fue un accidente… Él se va… ahí es cuando yo quedo en el suelo mirando la puerta abierta.

    D: Él te dice que mataste al bebé, y se va. Ahora quiero que te fijes porque esto es muy importante: ¿Cuál son tus reacciones físicas cuando

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