Ética de la liberación de Enrique Dussel: Ética descolonizada y transmoderna

Por Gildardo Díaz Novoa

Ética de la Liberación de Enrique Dussel: Ética descolonizada y transmoderna presenta fundamentalmente la magna obra de Dussel: Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión (1998), punto de partida para las producciones de filosofía política crítica que Dussel ha profundizado y desarrollado durante los años que van del siglo XXI. ¿Desde qué contextos y con qué presupuestos trabaja Dussel su segunda ética? ¿Por qué esta ética es una arquitectónica y cuál es su estructura? ¿Cómo elaboró y articuló cada una de las tres partes de la denominada ética fundamental y cada una de las tres partes de la llamada ética crítica? ¿Qué es lo original e innovador de esta ética y qué propósitos tiene?

Para contestar estos interrogantes, el método seguido es bibliográfico-reflexivo de todas las obras pertinentes de Dussel, y de los artículos y ensayos de sus comentadores y críticos. La invitación es, entonces, a aproximarse a una ética radicalmente comprometida con la alteridad de todas las comunidades humanas que buscan el desarrollo de su vida humana.

• Idioma: Español
• Editorial: Ediciones Unibagué
• Fecha de lanzamiento: 1 may 2018
• ISBN: 9789587542806

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Primera Parte

Fundamentos de la Ética

Capítulo 1

Momento material de la ética y su verdad práctica. El criterio y el principio material universal

Antes de reflexionar sobre el criterio y el principio material universal, Dussel establece que la intención de la ética de la liberación es justificar la lucha por la vida humana y que este momento material de la ética es universal —contra Kant, quien no consideraba lo material como universal—. Además, expone la superación del dualismo antropológico alma-cuerpo y del consciencialismo de Descartes, Kant y Hegel, al recurrir a la ciencia neurobiológica y, por último, debate las éticas materiales del Utilitarismo, del Comunitarismo, la de Aristóteles, de Tomás de Aquino, de Hegel, de la Axiología, de Ricoeur, de Heidegger y de Zubiri, para valorar sus aportes y, a la vez, criticar sus deficiencias.

Para Dussel el contenido de la ética de la liberación es la vida humana, porque esta es la pulsión fundamental de todo ser humano y nada hay más digno que ella. Por eso, la crítica radical que realiza esta ética se apoya en la dignidad de todo ser humano que tiene como límite la plenitud de la vida, la cual es negada en los pobres y en las víctimas de los diferentes sistemas culturales. De modo que la perversidad es la negación de la vida humana en cualquiera de sus formas. Lo primero, entonces, para Dussel, es justificar la lucha por la vida y no la fundamentación de la razón, porque esta solo es una astucia de la vida del sujeto humano comunitario (Dussel, 1998).

1.1. Superación del dualismo alma-cuerpo y del consciencialismo

Así pues, Dussel pasa a sustentar, contra los formalismos éticos, que la vida, las inclinaciones, deseos y apetitos, o momento material, son universales; que lo empírico de conservar la vida proporciona leyes prácticas, porque tal empirismo tiene contenido moral. Esta defensa, que implica superar el dualismo alma-cuerpo y el consciencialismo, Dussel la realiza acudiendo a la neurobiología. En efecto, la biología cerebral, que articula el hecho neurológico con el hecho reflexivo de la subjetividad humana, recupera la corporalidad y los procesos autoorganizativos de la vida individual y de la vida social. Esto nos recuerda la afirmación de Edgar Morin & Kern (1993) sobre el superdesarrollo del cerebro en los seres humanos.

Dussel se fundamenta en el chileno Humberto Maturana (1985), quien plantea tres unidades orgánicas en los grados de la vida: 1. La célula viva que, por su autonomía, es autopoiética —ella misma se produce— e inaugura el proceso de la ontogenia, esto es, el desarrollo estructural de su vida– 2. Los organismos metacelulares que producen la filogénesis o evolución, así como la enorme complejidad del sistema nervioso que expande el dominio de las conductas, y 3. Los fenómenos sociales —desde las abejas hasta los primates superiores— con su dominio lingüístico entre los organismos participantes (Dussel,